En Recoveco las mariposas y globos amarillos se alzaron para el profe Cruz Hernández Fermín. Ahí en su amada CBTA 133, donde cada año realizaba el Festival Cultural Gabriel García Márquez, ahora fue el personaje principal.

El ballenato se escuchaba; los personajes de los libros del escritor colombiano desfilaban por la plaza principal, había fotografías y libros Eran los estudiantes que seguían su legado, la fiesta que desde hace 21 años organizaba.

A penas hace unos días el profe partió, pero ya tenía organizada las actividades de este evento, del que el propio Gabo tuvo conocimiento.

No estaba el Profe Cruz, pero sí todos aquellos que los que reconocieron al que ha sido el mayor promotor de la lectura en Sinaloa.

Su esposa Alma Sapiens Payán, no es de discursos, así lo dijo cuando recibió un reconocimiento, pero sí compartió su tristeza por su ausencia.

“Me invade una tristeza, pero me ayuda a ser fuerte y a crecer, la lágrima no es la que cae de los ojos y se resbala por la cara, esa se puede secar, la que más duele es la que cae del corazón en el silencio que desgarra el alma”, señaló.

“Cruz llenó la carrera de una larga vida, porque será recordado con amor por su familia y sus muchos amigos. Su alma era grata, porque vivir en la cultura, cuando se aplauden antivalores, lo valoramos mucho”.

Sus hijos y ella, mencionó que se sienten orgullosos de ser su familia, y creen en su carisma y labor autentica.

“Su vida fue para servir a los demás y no será olvidado fácilmente, el ejemplo es permanente. Fue muy buen conversador, pero su manera de hablar, su conducta, su amor a la familia, y a los amigos, y a los libros fue su mejor ejemplo.

“Un abrazo de luz para él, agradezco a todo el personal por el cariño brindado en vida y por este homenaje”.

¡Nada para el Coronel!

Guillermo Gallardo, coordinador del festival, recordó que ¡Nada para el Coronel¡, era una de las frases cotidianas del Profe Cruz y la repetía cada que lo veía o platicábamos. Era su forma de iniciar conversación.

En su adolescencia contó que tuvo su primer contacto con García Márquez, y desde entonces quedó atrapado en el realismo mágico de su literatura.

“Esta pasión lo llevó a crear lo que hoy es el Club de Lectura La Hojarasca, por allá en el año de 2002, realizando la lectura ininterrumpida de Cien años de soledad y tertulias literarias, a la para formó lo que hoy es el Festival Cultual”.

El Profe Cruz indicó se fue a temprana edad y hoy Macondo está de luto.