El agente del grupo Elite, Joel Noé, fue declarado culpable por el homicidio de una de las dos jóvenes asesinadas en Sanalona; y absuelto del otro.

Esta mañana el juez dicto el fallo después de tres meses de juicio.

El juez Sergio Valdez Meza consideró que era responsable del homicidio calificado con ventaja de Ana Carolina y lo absolvió del homicidio de Andrea; y del homicidio en grado de tentativa en perjuicio de Dulce María y Julio César: y del delito cometidos por servidores públicos.

También lo declaró culpable de abuso de autoridad.

El juez señaló que es culpable del homicidio de Andrea con grado de participación indeterminado porque se acreditó que los policías dispararon pero no quién disparó la bala que privó de la vida a la joven.

Con Ana Carolina, indicó, encontraron en su cuerpo una ojiva que según los peritajes pesó 5.1 gramos y las balas que dispararon los agentes pesan 3.1 gramos.

El juez señaló que no hay correspondencia entre las balas y la ojiva.

En los delitos de homicidio en grado de tentativa y delitos cometidos por servidores públicos no se acreditó que los haya cometido.

El próximo lunes el juez dictará la condena por los dos delitos que fue declarado culpable.

Joel Noe fue detenido en marzo de 2020 y desde el 3 noviembre pasado empezó el juicio en el que comparecieron más de 70 testigos y presentaron pruebas contra Joel Noé.

De acuerdo con la Fiscalía, la madrugada del 27 enero de 2020 los cuatro jóvenes circulaban en un automóvil Honda en el templete de la presa Sanalona cuando agentes del grupo Elite les dispararon.

En el lugar murió Ana Carolina y quedó lesionada Andrea y fue trasladada a Cruz Roja pero en el camino falleció.

Dulce María y Julio César fueron detenidos y subidos en un vehículo blindado en el que después de varias horas fueron llevados al Ministerio Público que se negó a recibirlos por retención prolongada y luego los trasladaron a Barandilla por presuntamente alterar el orden públicos pero fueron puestos en libertad porque no se acreditó la falta.

La versión de los policías indicaba que desde el Honda les dispararon y ellos respondieron la agresión por lo que se inició un tiroteo.

Del vehículo, según los policías, bajó un hombre vestido de negro que corrió hacia el monte y huyó. Por el lugar donde supuestamente escapó lo agentes encontraron una pistola.

De acuerdo con la FGE los agentes alteraron la escena del crimen, sembraron el arma, inventaron la historia del quinto tripulante que huyó y contaminaron con plomo las manos de las víctimas para simular un enfrentamiento.

Durante el juicio declararon peritos que dijeron que las armas dieron negativo a disparos recientes debido a que limpiaron las culatas.

Dentro del Honda encontraron dos casquillos que según los peritajes fueron detonados por el arma que se encontró en el lugar, pero los peritos establecieron que desde el interior del vehículo no se efectuaron disparos.

Los peritajes también establecieron que la cantidad de plomo en las manos de las víctimas era excesiva y el perito determinó que fueron contaminadas de manera deliberada.

Una mujer que se encontraba en el templete dijo que desde el Honda no hubo disparos, solo desde una de las patrullas y que los policías circulaban con las luces apagadas.

Dulce María y Julio César declararon que no iba una quinta persona con ellos y no llevaban armas

Señalaron que los policías nunca les marcaron el alto.

Con pruebas de balística se acreditó que los 22 casquillos encontraron en el lugar, fueron disparados por los fusiles de los cuatro policías.

En la causa penal también están involucrados los agentes Luis Antonio, sujeto a proceso penal; y Alfredo e Ismael quienes están prófugos con orden de aprehensión.

El coordinador del grupo Elite, Carlos Alberto, está acusado de abuso de autoridad.