El gobernador de Nuevo León, Samuel García y su esposa Mariana Rodríguez, “adoptaron” durante este fin de semana a un bebé del DIF Capullos, mediante un permiso de convivencia familiar, que solo se da para menores y familias que han formado un vínculo.

Mariana Rodríguez dio a conocer en sus historias esta decisión y a lo largo del fin de semana ha compartido los detalles de esta convivencia.

Este sábado publicó una foto de Samuel García cargando al bebé, con la leyenda ‘mis tigres’. “Gracias Samuel por seguirme mis locuras… por tu paciencia y tu amor y sobre todo gracias Dios por darme la oportunidad de vivir y hacer vivir a otros”, dijo en una de sus historias de redes sociales, de acuerdo a Aristegui Noticias.

La decisión de la pareja fue motivo de escrutinio público, en particular porque involucra a un menor de edad.

La Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) expresó su profunda preocupación porque la esposa del gobernador “extrajo del centro del DIF Capullos a un niño de 5 meses de edad, con discapacidad, bajo el argumento de un permiso de convivencia”.

La organización expresó que se deben cuidar todos los protocolos para no trivializar o manejar sin cuidado las figuras de adopción de niños, en particular de quienes viven bajo el cuidado del DIF, porque ellos están ahí debido a que ya fueron víctimas de violaciones a sus derechos humanos.

REDIM también alertó por el riesgo de la exposición mediática:

Preocupa también la exposición excesiva e innecesaria de este niño, si en efecto hay un interés legítimo por su vida y por su futuro. Las diversas fotografías de su persona expuestas en redes sociales, sin el tratamiento adecuado para la protección de su identidad y en algunos casos incluso usando colores identificados con la campaña del partido político que llevó a su cargo al actual gobernador y a su esposa, son muestra de ello.

REDIM hizo un llamado “respetuoso y firme” a Rodríguez y García para “actuar por la no cosificación de este niño, ni de ningún otro y otra”.

El llamado de atención también se extiende a los medios de comunicación y usuarios de redes sociales para velar por la integridad y dignidad del menor, además de no difundir aspectos claves de su identidad.