Miguel Ángel Félix Gallardo se declara inocente del asesinato de Enrique Camarena, agente de la DEA

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“Han pasado 32 años. Es una eternidad para un hombre que no cometió ningún delito”, declaró Miguel Ángel Félix Gallardo por primera vez desde que fue sentenciado por un juez en Jalisco a 37 años de cárcel por el asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar.

Con 75 años de edad, asegura que nunca pasó por su mente fugarse. Opina que la violencia es consecuencia del desempleo y la desigualdad social, que el presidente Andrés Manuel López Obrador está resolviendo poco a poco. “Hay que darle el tiempo”.

Postrado en una silla de ruedas en el área de máxima seguridad del penal estatal de Puente Grande, en Jalisco, Félix Gallardo concedió una entrevista a Noticias Telemundo en la que se declaró inocente y envió un mensaje a.la viuda de Camarena.

Era una tarde, a principios de agosto, y venía del pabellón médico de la prisión. Tiene enyesado el brazo izquierdo porque sufrió una caída hace algunas semanas. Ha perdido la visión en uno de sus ojos y es sordo del oído izquierdo.

Esas dos últimas condiciones dificultaron un poco la entrevista, por lo que la periodista tuvo que escribir las preguntas en una cartulina para que las leyera.

“Tengo la mitad del cuerpo paralizado”, dice Félix Gallardo, de 75 años, fundador del Cártel de Guadalajara. Quedan pocos rastros del hombre que durante los años ochenta fue considerado como uno de los líderes criminales más poderosos del mundo.

Tras cinco años y cuatro meses de insistencia, Félix Gallardo decidió atender la solicitud de entrevista del medio.

“Esta es la primera vez que yo concedo una entrevista, usted me está preguntando que por qué le concedo la entrevista, por su lucha, por su afán de lucha”, comentó.

Un cadáver que respira

Félix Gallardo fue arrestado en abril de 1989 y ha pasado 32 años preso en cárceles mexicanas. En 2017 fue sentenciado a 37 años por haber estado involucrado en el asesinato del agente de la DEA Enrique ‘Kiki’ Camarena Salazar. Entre otros cargos, fue acusado de acopio de armas, cohecho, delitos contra la salud y homicidio. También fue sentenciado por delitos como tráfico de drogas y lavado de dinero.

En diversas investigaciones judiciales y académicas, su figura está muy ligada al inicio de las grandes organizaciones del narcotráfico en México. Según la Administración de Control de Drogas (DEA) y múltiples investigadores, Félix Gallardo fundó junto con Ernesto Fonseca Carrillo y Rafael Caro Quintero una organización a la que la DEA le daría el nombre del Cártel de Guadalajara.

Los tres hombres fueron condenados por su participación en el secuestro, tortura y asesinato de Camarena Salazar, pero solo Félix Gallardo permanece recluido en un centro penitenciario.

Félix Gallardo tenía 28 años preso cuando fue sentenciado por un juez en Jalisco a 37 años de cárcel por el asesinato de Camarena Salazar. En teoría desde 2017 estaría pagando por esa condena. Por eso ha perdido toda ilusión y cree que morirá en prisión.

“Han pasado 32 años. Es una eternidad para un hombre que no cometió ningún delito”, dice con desaliento.

Esta es la primera entrevista que Félix Gallardo ha concedido durante su larga condena.

–¿Cómo ha sido su vida en la prisión?

–No voy a hablar de… porque a todos nos han tratado mal. O sea, no visitas, no locutorios, no abogados. No sé ni por qué estoy. Muy desafortunadamente.

–¿Cómo fue su captura en 1989?

–Estaba en una casa de Cosmos en Guadalajara. Cuando tumbaron la puerta, sin ninguna orden de aprehensión, sin ninguna orden de presentación, [estaba] con mi familia. Estaba mi hija, mi hijo. Fui golpeado y sacado en menos de un minuto y… me quebraron cuatro costillas. Pregunté el motivo y lo único que recibí fue más tortura. Recibí bolsa para sofocar, ‘tehuacanes’, golpes. Así fue mi tortura.

–Usted fue sentenciado a casi 40 años de cárcel por el asesinato de Enrique ‘Kiki’ Camarena Salazar, agente de la DEA…

–Es un tema muy lamentable. Este señor Camarena, quienes fueron, quienes hayan sido, hay autores materiales e intelectuales presos, que han pagado su vida en la prisión y que les ha ido muy mal. Ignoro por qué se me relaciona, porque a ese señor no lo conocí. Yo no soy una persona de armas. Lo lamento mucho porque sé que era un buen hombre.

–¿Usted le diría algo a la viuda del agente Camarena?

–Que le deseo la resignación y que tenga la satisfacción de que los culpables de eso están pagando sus culpas.


–¿Qué relación tuvo con Caro Quintero y Fonseca Carrillo?

–No los conozco. En la calle no nos conocimos. Estas personas y yo nunca hemos platicado al respecto.

–Recientemente una serie de televisión habló sobre su vida y lo está retratando como un narcotraficante, como el zar de la cocaína por haber abierto las rutas de coca desde Sudamérica hacia Estados Unidos y tener tratos con Pablo Escobar.

–A esa persona ni lo conocí. Esta persona que usted me está mencionando. Jamás estuve en Medellín o en Cali, como la serie esa dice. No lo conocí (…) Cuando yo estaba en la cárcel, él murió.

No existe el zar, no existió eso. Nunca existieron cárteles en Guadalajara. Quién sabe ahora. Nunca existió. O sea, llevábamos una vida de familia. Llevaba a mis hijos a la escuela.

–¿Usted se identifica con el personaje que aparece en la serie?

–No. Miguel Félix Gallardo es un hombre honesto.

–Usted ha pasado muchos años en prisión, ¿alguna vez ha pensado fugarse?

–Nunca pasó por mi mente una fuga.

–¿A qué se dedicaba usted antes de ser arrestado?

–Yo me dediqué a la agricultura y a la ganadería desde chico. Mis padres fueron los primeros que exportaron legumbres a Estados Unidos en 1942. Yo nací en el 46. Voy para 76 años. También tenía unas farmacias y dos viejos hoteles.

–¿Se arrepiente de algo?

–Como no he cometido un error, no tengo por qué arrepentirme. No participé en un hecho así.


–¿Qué le gustaría hacer si recuperara su libertad algún día?

–Yo perdí más de la mitad de mi familia en la cárcel: una hija, mis padres… mi madre murió sin que le regresaran sus muebles, ¡Sus muebles! No estoy pensando en la libertad. Pienso en mis nietos.

–¿Tiene esperanzas de salir de prisión?

–No (…) Fui seccionado del estómago. Me quitaron ocho hernias. Me privaron de la vida, me privaron de los oídos y como ve, no puedo caminar. No estoy esperando. ¡Claro! Todos creemos en los milagros, pero…

–Con la amnistía del presidente Andrés Manuel López Obrador para los reos mayores de 75 años, ¿usted tiene esperanzas de beneficiarse de esa medida?

–No estoy buscando eso. Sé que el señor presidente es un hombre de buena voluntad que está combatiendo la desigualdad social. Está dando pensiones, está dando muchas cosas y yo no le quitaría su tiempo.

Yo soy un cadáver el cual no espera más que ser enterrado en la raíz de un árbol. No le estoy pidiendo nada al señor. Al contrario, ojalá y le vaya bien. Esto de la bacteria bajó mucho el poder adquisitivo de los mexicanos, pero este hombre es de buena voluntad y ojalá que Dios le ayude.

–¿Cómo ve la situación de violencia en el país?

–La violencia es consecuencia del desempleo, de la desigualdad social, que el señor López Obrador está resolviendo poco a poco. Hay que darle el tiempo.

–¿Cómo le gustaría que lo recordaran?

–Como la persona honesta que fui siempre, un hombre que no fue de armas.


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