Hay un crecimiento sostenido de contagios; se saturan los hospitales
Un grupo de mujeres busca guarecerse de los rayos del sol. Es casi el mediodía del martes 6 y el lugar luce lleno de gente. Cristina, una de las mujeres, es de las que recién llegó ese día para que atendieran a su mamá, enferma de COVID-19.
El lugar es a un costado de urgencias del Hospital General Regional número 1 del IMSS en Culiacán. En menos de dos semanas las camas para pacientes con el coronavirus comenzaron a llenarse. Pero la variante ahora es que tanto adultos vacunados como jóvenes y niños son también hospitalizados.
Uno de ellos es la señora Loreto, madre de Cristina quien recién se había aplicado la segunda dosis de la vacuna Sinovac el domingo 27 de junio y el viernes previo, su esposo, Armando, también fue vacunado en su segunda dosis.
Sin embargo ambos adultos, de 54 ella y él de 56, están padeciendo el COVID-19. Armando estuvo grave en casa con oxígeno pero se estabilizó, no así Loreto quien tuvo que ser internada la mañana del martes 6 de julio con un cuadro respiratorio grave.
“Ella estuvo manteniendo oxigenación en 98, guardando cuarentena pero el domingo comenzó la temperatura. A las 5:00 de la mañana el termómetro le marcó 38.3, le di medicamento para la calentura, la bañé y compresas y hasta las 12:00 del día logré estabilizarle la temperatura”, explica Cristina.
Finalmente acuden al hospital a que atendieran a su mamá. Y ahí, debajo de un árbol, Cristina aguarda por noticias por parte de las trabajadoras sociales que tan sólo en esa mañana vieron despedir a tres pacientes que perdieron la batalla contra el virus.
También, ese mismo martes, de acuerdo al testimonio de Cristina fueron 10 pacientes los que se ingresaron al llamado “hospitalito covid” del IMSS, cuyas capacidad ya no tenía aforo para más pacientes.
Al corte del viernes 9, datos de la Secretaría de Salud Federal del censo de camas para pacientes COVID-19 ubicaban a dicho hospital al 77 por ciento de su capacidad. La cifra parece decir mucho o poco, lo que es un hecho es que adentro ya comienzan a internarse muchos pacientes y la capacidad de 192 camas podría ser insuficiente de mantenerse el ritmo de contagios.
Tan sólo el día previo, el jueves 8, Culiacán registró 149 nuevos contagios y más de mil pacientes con el virus activo. Y la cifra puede ser mayor.
Por otra parte, los pacientes pediátricos comienzan a multiplicarse también. La doctora Estela Robledo, directora del Hospital Pediátrico de Sinaloa, explicó en entrevista al periódico el Debate que durante los primeros nueve días de julio se igualó la cantidad de consultas a pacientes por problemas relacionados con las vías respiratorias.
Además, señaló que al corte de ese día tienen a tres pacientes internados en el hospital por coronavirus, uno de 15 años y dos niñas de tres años. Sin embargo datos federales ubican al hospital al 67 por ciento de su capacidad hospitalaria con respecto a pacientes internados en camas con ventilador.
Y sin embargo aún existen personas que dudan de la capacidad hospitalaria o la atención que se les brinda a pacientes con coronavirus. Cristina no es ese caso, al contrario.
“La gente tiene esa idea de que si vas al Seguro te mueres, dicen, pero no, se muere el que no llega a tiempo”.
Ella tiene una amiga que trabaja en el IMSS quien le recomendó llevar a su mamá a internarse debido a que su estado de salud no mejora, y la decisión la tomaron entre todos los hermanos. El doctor también les recomendó lo mismo.
“Desgraciadamente muchas personas hasta la fecha se creen inmunes, y pues dicen que no les va a pasar nada. Es una pesadilla muy grande que no se la deseo a nadie, jamás imaginé esto”.
Y ante el crecimiento en la demanda de camas en el HGR1 del IMSS, la actual delegada del Instituto, Tania Medina, señaló que una vez más trabajan en la reconversión hospitalaria.
“Hay un incremento en la ocupación, pero ya estamos de nuevo reconvirtiendo camas para COVID y estamos ahorita haciendo esa reconversión para poder atender por el incremento en número de casos”, comentó a los Noticieristas.
No darse abasto
El martes pasado, en la clínica 36 del IMSS en Infonavit Humaya se realizaron 90 pruebas a pacientes sospechosos de coronavirus, y casi el 50 por ciento resultó positivo. La tendencia se mantuvo para el viernes 9 fecha en que se realizaron 106 pruebas y 52 de ellas positivas.
La escena se reproduce en otras clínicas, como en el mismo HGR 1 que en ese mismo martes se realizaron 82 pruebas y 30 de ellas positivas y para el viernes 77 pruebas con 19 de ellas positivas, todas del turno matutino.
Es decir, el índice de positividad del coronavirus ronda el 50 por ciento en Sinaloa.
Esa muestra es nada más en dos hospitales de Culiacán pero se repite en cada sitio en donde se realizan estudios de este tipo, como laboratorios privados. Empresas como Delia Barraza y Salud Digna simplemente tienen saturado su agenda de citas.
En Salud Digna por ejemplo, el 9 y el 11 de julio no tienen servicio para tomas de pruebas de PCR, no hay turnos. En el caso de Delia Barraza el servicio ya no es por citas y el este se realiza por turno de llegada en todas las sucursales. La oferta y la demanda.
El retrato es similar para las tomografías. Las filas en empresas que realizan estos servicios se hacen largas y los turnos se prorrogan también. Enfermos sospechosos de coronavirus no solamente adultos sino personas ya vacunadas e incluso menores de edad.
El inicio de la locura
El 28 de junio la Secretaría de Salud actualizó sus datos. Ese día reportaron mil 219 contagios “rezagados” de los últimos tres meses.
Según cifras estatales abril habría dejado mil 741 casos y un promedio de 58 contagios al día mientras que mayo apenas mil 210 casos y un promedio de 40 contagios diarios. Pero a finales del mes siguiente, junio, deja más de 3 mil 100.
La “actualización” vuelve difícil establecer la real cantidad de casos durante abril y mayo, meses en que la pandemia comenzó a bajar según las cifras estatales y desmentidas a finales de junio en que comenzó la escalada de contagios.
Luego del 28 de junio las cifras comenzaron su ascenso. Los dos últimos días de ese mes reportaron 128 y 144 contagios, cifras no vistas desde finales enero.
Fue durante julio en que comenzó la locura, el ascenso. El día primero 169 contagios, al día siguiente 198, luego 199. En comparación con la misma fecha de hace un año, en que la contagiosidad del virus era sumamente alta y prevalecía el “si puedes quédate en casa” y la jornada nacional de sana distancia, las cifras entre los primeros tres días no superaba los 400 casos.
Pero la verdadera explosión vino durante la siguiente semana. Apenas los primeros cuatro días (entre el domingo 4 y el jueves 8) en Sinaloa se reportaron mil 307 nuevos contagios. Para poner en contexto, el pico más alto de la pandemia en el estado dejó mil 472 contagios en una semana, y en cinco días, la cifra es casi alcanzada.
Los justos por pecadores
Óscar es uno de los empresarios que se verá afectado por las medidas que se tomaron a partir del jueves en Culiacán. El alcalde Jesús Estrada Ferreiro hizo la solicitud de aforar al 65 por ciento restaurantes y el cierre de bares y antros de manera provisional.
La medida la comprende. Sin embargo es un segundo cierre y en un periodo de apenas mayor a seis meses del anterior, su negocio dedicado a los alimentos condimentados lo sigue padeciendo. La recuperación no ha llegado.
“Las medidas arbitrarias del gobierno nos afectan directamente a toda la iniciativa privada. No hay un sistema de incentivos por parte de ninguno de los tres niveles de gobierno mediante los cuales podamos mitigar esa reducción en el aforo de clientes. Al principio de la pandemia se nos ofreció un ‘préstamo’ por parte de red FOSIN pero con los requisitos propios de una financiera, cuestión que no solucionó nuestros problemas ya que solamente nos vimos inmersos en una deuda más, no en una solución a los problemas de flujo financiero que es de lo que viven todos los negocios”, dijo.
“Es indignante que durante las campañas políticas se haya mantenido un semáforo verde a sabiendas de lo crítica que estaba la situación de COVID-19 en Sinaloa, motivando el corolario que hoy tenemos referente a infecciones” opina el empresario.
“Ahora somos nosotros los que debemos pagar los platos rotos, pues no solamente tenemos que ver reducidos nuestros ingresos y el de las familias que dependen de nuestros negocios, sino también se nos obliga a pagar completamente nuestras cuotas obrero patronales, impuestos y demás contribuciones municipales, estatales y federales. ¿Podría nuestro gobierno operar eficientemente con el 50 por ciento de nuestras contribuciones? La respuesta es más que obvia”, añade.
Agendas proselitistas de entre dos y tres eventos durante abril se multiplicaron hasta a 14 en un solo día. Sin importar el color o el cargo, los y las candidatas aumentaron su actividad con el semáforo verde y con ello la movilidad, y las restricciones comenzaron a ser cada vez menos.
Tan sólo los cierres de campaña de Rubén Rocha Moya y Mario Zamora Gastélum aglomeraron a mucha gente. El primero sobre la avenida Álvaro Obregón y el segundo en el palenque de la Feria Ganadera, llegando a presumir a 15 mil asistentes en un lugar con aforo para 5 mil.
Por eso, un nuevo cierre, además de lesivo resulta ofensivo para el comercio en Culiacán.
“Más que otra cosa, las medidas implementadas por los tres niveles de gobierno demeritan tanto nuestras empresas, que pareciera que quisieran erradicar a las PyMES y no acabar con el COVID-19. El cierre de negocios debido a la alta contagiosidad parece justa, sin embargo, comerciantes y empresarios nos sentimos burlados. Durante todo mayo el semáforo epidemiológico permaneció de color verde y la movilidad al 100 por ciento en toda la capital en conjunto con las campañas políticas”, concluye el empresario.
Y si bien los números que Culiacán reportados pueden resultar alarmantes, municipios pequeños o que no habían tenido grandes contagios comenzaron a sucumbir al virus. Por ejemplo, Navolato y Rosario. El primero con un golpe muy duro en la primera oleada y el segundo con un crecimiento exponencial en la actual crecida.
El recrudecimiento de casos coloca a Sinaloa como la segunda entidad con mayor índice de contagiosidad y de ocupación hospitalaria por pacientes con coronavirus. Con más de 2 mil 200 casos activos, municipios pequeños como Escuinapa y Elota comienzan también a incrementar sus casos activos. La tercera ola ha sido la peor.
Artículo publicado el 11 de julio de 2021 en la edición 963 del semanario Ríodoce.