Las conferencias matutinas del presidente Andrés Manuel López Obrador estaban planeadas, según su propia estimación, para durar una hora, pero a la fecha en promedio rebasan las dos horas. Hoy destacó que llegó la número 500.

La conferencia de más larga duración ocurrió el pasado 11 de noviembre, cuando habló durante 3 horas con 13 minutos; en tanto, la más corta, fue el 11 de marzo de 2019, que duró 20 minutos, pues ese día dirigió un mensaje largo momentos después, en el Patio Central del mismo Palacio, cuando cumplió sus primeros 100 días de gobierno, publicó Proceso.

En aquella ocasión, estimó que las conferencias matutinas se realizarían durante una hora después de la reunión que encabeza de 6:00 a 7:00 horas con el gabinete de seguridad, pero poco a poco en las siguientes semanas se fue extendiendo hasta promediar poco más de dos horas cumplidas entre exposiciones de funcionarios y sesión de preguntas y respuestas.

El Salón “Tesorería” es el lugar donde habitualmente se desarrolla la conferencia, excepto cuando esporádicamente, realiza una gira de trabajo por el interior de la República cuando va a gira de trabajo, o bien, en ocasiones especiales, como el pasado 27 de julio cuando compareció en el Hangar Presidencial, para significar el avión Boeing 787-8, utilizado el sexenio pasado como transporte del titular del Ejecutivo.

La conferencia de prensa matutina, ha sustituido la mayoría de los actos oficiales, hecha en efemérides, arranques o supervisión de obras y exhibiciones militares.

Inclusive, los anuncios del sector empresarial, ha congregado en el ejercicio a los magnates mexicanos, incluido Carlos Slim, los magnates de la televisión, y líderes de cámaras y organismos empresariales, así como de actos diplomáticos como la visita de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.

Espacio para refutar toda crítica

Conocida coloquialmente como la “mañanera”, ha sido principalmente el lugar de la polémica con quienes considera “adversarios”, identificados en general como “conservadores” y en particular, alusiva a partidos o líderes de la oposición, dirigentes empresariales, dueños de medios de comunicación y columnistas, movimientos sociales y, prácticamente toda expresión que resulta crítica a su accionar de gobierno.

Al respecto, desde los primeros días de su gobierno, el mandatario ha descrito sus posturas, como “un diálogo circular”, con “mensajes de ida y vuelta”, y ha considerado que el formato es la única forma de sortear el monopolio de la información, refiriendo como ataques las publicaciones periodísticas que le incomodan.

Esos “ataques”, han sido respondidos en algunos momentos con expresiones como “hampa del periodismo”, “muerden la mano del que les quitó el bozal”, o “pasquín inmundo”, la expresión que dedicó al diario Reforma y luego hizo extensiva a El Universal, los dos diarios sobre los que suele referirse con mayor frecuencia.

Las declaraciones presidenciales han recibido extrañamientos de organismos multilaterales especializados en libertad de expresión, así como de organizaciones dedicadas a su promoción y defensa, lo que el mandatario ha rechazado afirmando que respeta la libertad de prensa, pero tiene que responder, lo que logra a través de la “mañanera”, y de “las benditas redes sociales”.

De hecho, la conferencia de prensa matutina, se transmite por Facebook, YouTube y Spotify, así como por distintos canales y emisores del Sistema Público de Radiodifusión.