El presidente Andrés Manuel López Obrador y Jair Bolsonaro tienen similitudes en su proceder político que los convierten a ambos en bolas de demolición, escriben Arminio Fraga, expresidente del Banco Central de Brasil, y Guillermo Ortiz, gobernador del Banco de México y exsecretario de Hacienda del Gobierno de Ernesto Zedillo.
Los economistas escribieron para el diario Financial Times un artículo llamado “Los presidentes de Brasil y México son bolas de demolición, en el que analizan las afinidades entre ambos mandatarios.
Para Fraga y Ortiz ambos mandatarios han desafiado las medidas sanitarias recomendadas por la pandemia de coronavirus, por ejemplo al hacer mítines y rehusarse a llevar tapabocas.
En México, López Obrador usó cubrebocas por primera vez hasta que realizó un viaje a Estados Unidos para encontrarse con Donald Trump. Mientras que Bolsonaro fue obligado por la Corte a usar mascarilla en junio, publicó Eje Central.
En el aspecto ambiental Bolsonaro y López Obrador son similares al impulsar políticas que degradan los ecosistemas.
“También comparten un flagrante desprecio por el medio ambiente. Bolsonaro ha dado un giro de 180 grados en la protección del Amazonas . López Obrador ha recortado los presupuestos ambientales, degradado la energía renovable a favor de la refinación de petróleo”, escriben los economistas.
Fraga y Ortiz indican que la única área en la que han diferido es en su enfoque económico, pues Bolsonaro gasta sin reparar en montos, mientras que el mandatario mexicano ha recortado en todas la áreas de gobierno bajo la orden de una austeridad republicana.
“Había muchas esperanzas de que fueran agentes de cambio positivos en las dos economías más grandes de América Latina. En cambio, con la intención de dañar el entorno institucional de sus países para hacer avanzar las agendas políticas retrógradas, parecen bolas de demolición”, dicen los expresidentes de los respectivos Bancos Centrales.
A pesar de las fallas en las administraciones, Arminio Fraga y Guillermo Ortiz coinciden en que el Poder Judicial y la sociedad civil han funcionado como contrapesos a los gobiernos de México y Brasil. (Con información de Financial Times)
