Comerciantes del centro de Culiacán: morir de asfixia

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Protestan, gritan, reclaman equidad, pero el municipio no cede

 

 

Carlos y Nino se apresuran por la calle. Acompañan a un contingente que marcha por el centro de Culiacán y que con mantas y gritos demandan trabajo. No son gente de protesta pero llevan tiempo sin poder trabajar y las cuentas son ya un severo problema a solventar. Los asfixia.

Es la tercera protesta en menos de una semana que protagonizan comerciantes del centro de Culiacán y del mercado Gustavo Garmendia. Sucedió el lunes 8 de junio por la disposición de mantener tiendas cerradas para evitar aglomeraciones y la propagación del Covid-19, la cual según comerciantes, se ha prolongado más de lo que ellos quisieran.

La decisión se ejecutó el jueves 16 de abril y al día siguiente el cierre de todos y cada uno de los establecimientos en el polígono que comprenden el bulevar Francisco I. Madero, la calle Riva Palacio, Paseo Niños Héroes y avenida Álvaro Obregón.

La “nueva normalidad” dio inicio el 1 de junio y negocios por toda la ciudad comenzaron a laborar pero el centro permaneció cerrado. Únicamente establecimientos catalogados como esenciales pueden abrir. Los demás, no. Y eso genera ruido en la gente del área.

“Que no se nos hace lógico que hay negocios que en este momento están operando, vendiendo todos los artículos que en el centro venden, hay negocios que están vendiendo zapatos, ropa, bisutería, ropa interior, ropa de hombre y de mujer, de niño, todo; tiendas como son Walmart, como son Costco, Coppel, ellos sí están abiertos, cómo es posible que estando aquí a una cuadra están abiertos y a todos los demás no se les permite, o sea, eso es todo lo que decimos, por qué no es parejo, eso es todo; estamos en rojo, tenemos que estar cerrados, está bien pero por qué no es parejo”, explica Carlos.

Y aunque los operativos para cerrar establecimientos no han sido agresivos ni han buscado extorsionar según explicaron, los más de dos meses y medio cerrados, las rentas que no les bajan, el pago de nómina e impuestos y los recibos suben, les quitan el poco oxígeno.

Los operativos por parte de Protección Civil y la Unidad de Inspección y Vigilancia se realizan a diario en esa zona y la explicación que dan a locatarios es que aún no tienen permiso de abrir sus cortinas. Culiacán aún experimenta un alto índice de contagios, y es lo que presuntamente buscan evitar.

“Las mismas disposiciones de sanidad las cumplimos o hasta más porque somos más pequeños, pero cuál es el motivo real, no han podido decir, nomás se encaprichan”, añade Carlos.

Y no existe apoyo de por medio. Ni siquiera una despensa. Por eso hay incomodidad entre los comerciantes. Poder entender que deben quedarse en casa se torna difícil cuando no hay qué comer y cuentas por pagar. Así lo explica Miguel Ángel Caballero, comerciante del área.

“Ellos se encuentran en una cerrazón para con los comerciantes del centro, los pequeños propietarios básicamente. Sabemos que las grandes cadenas comerciales no han cerrado ni un día, ellos han seguido trabajando, el problema radica en que nosotros somos pequeños empresarios y no podemos soportar más tiempo con las cortinas abajo”.

La medida pueden comprenderla desde el punto de vista de evitar aglomeraciones. Funcionó pero a medias. Los bancos en áreas aledañas juntan filas de calles enteras y las paradas del transporte urbano aún peor, sobre todo por el bulevar Madero.

“Nosotros podemos elucubrar, podemos tener una idea del porqué lo están haciendo, posiblemente hay algún interés particular en el punto económico del centro, del primer cuadro. Entonces lo que ellos están queriendo hacer es acabar con la economía del primer cuadro puesto que no nos apoyan con nada, no hay ningún subsidio de luz, de agua, no hay una despensa para que no trabajemos y nos quedemos en casa”.

Las pláticas con el Ayuntamiento han sido bastantes. La única noticia que reciben es que trabajarán en un protocolo y que la activación se dará a través del semáforo, el cual en Culiacán permanece en rojo.

Pero la medida es aplicada en el centro únicamente. Apenas la tarde del jueves se dio a conocer un proyecto por parte del Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN) para reordenar rutas y crear ejes sur y norte sobre Rosales y Buelna, y Colón y Escobedo. Pero nada sobre la reapertura.

Y este no es el primer rodeo de los comerciantes del centro. En 2009, 2010 y 2014 se han originado encontronazos por remodelaciones que a su conclusión dejan negocios reubicados o cerrados.

Así lo consigna Ángel Flores, quien lleva años soportando ese tipo de medidas y quien además critica la ausencia de apoyos por parte de los tres niveles de gobierno.

“Creo que a nivel federal, las acciones del gobierno para evitar la pérdida de empleos y el cierre de negocios y empresas, está diseñada como una estrategia política, ya que es imposible mantener una plantilla con un préstamo de 25 mil siempre y cuando cuentes con empleados y no hayas despedido a ninguno en el primer trimestre del año”, explica.

La secretaria de Economía, Graciela Márquez, anunció el 23 de abril que el gobierno de México pondría en marcha un programa de un millón de microcréditos por 25 mil pesos para “micronegocios” registrados en el padrón del Censo del Bienestar del Gobierno Federal.

“Personalmente, soy  enemigo de las dádivas. Lo que esperaba, era básicamente una actitud solidaria del gobierno, ofreciendo una prórroga en el pago de impuestos y también de parte de empresas como CFE, que han cortado la luz a muchos negocios del centro”, explica Ángel.

Sin embargo este tipo de apoyo tampoco no llegó. El pago debe hacerse sí o sí. El ejemplo es lo sucedido durante mayo y los incrementos en el pago de energía eléctrica que acusaron locatarios y ciudadanos.

A nivel estatal, se proyectó apoyos de préstamos por medio de Secretaría de Economía “Fosin Emergente Covid-19”, pero la cantidad de requisitos según opina Ángel es exagerada. “Tan es así, que no conozco a ninguno de los comerciantes del centro que haya proseguido con los trámites”, añade. Y a la fecha no existe un informe sobre los créditos otorgados.

Y mientras la autoridad se avoca en estrategias para evitar contagios en una ciudad que lleva más de dos meses con altos índices de contagios, los apoyos a los pequeños propietarios del centro no aterrizan, se siguen asfixiando.

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