La bautizaron como: “Una botella, una vida”. Se trata de un proyecto desarrollado por integrantes del Sindicato de Biólogos y Ambientalistas del Estado de Sinaloa (SIBAES) para enfrentar el desabasto de materiales de protección contra Covid-19.
Los biólogos Raúl Jiménez y Efraín Payán explicaron que si todo el mundo tuviera una máscara antigases, todos estuvieran protegidos, pero no todos pueden tener acceso.
La idea es un prototipo de una mascarilla antiviral ultraligera, tipo cubrebocas que pretende beneficiar al sector salud que atiende actualmente a pacientes afectados por Covid-19, así como a personas sanas para evitar contagiarse.
Los creadores, egresados de la Facultad de Biología de la UAS, buscan impulsar el proyecto para replicarlo a nivel industrial y producirlo en serie, por lo que lo ponen a disposición de los diferentes niveles de gobierno, industriales y personas de la sociedad civil que quiera sumarse para aterrizar la idea.
Expresaron que es una realidad el desabasto de este tipo de materiales de protección, por lo que se dieron a la tarea de diseñar el prototipo, cuyo diseño recuerda a una máscara antigases.
Indicaron que lo que cuesta hacer una botella de dos litros de plástico desechable, es lo mismo que se necesita para realizar la mascarilla que ellos proponen. Se trata de una mascarrilla realizada con plástico tipo pet, un filtro N95 que se toma de un cubrebocas certificado, una válvula de entrada que permite que entre el aire, pero que no se regrese, el filtro no se humedece ni pierde calidad, además tiene otras dos válvulas de salida para que no se acumule dióxido de carbono.
En el contorno de la mascarilla tiene silicón blanco, similar al que se usan para bucear, para que tenga un sellado hermético en el rostro.
Comentaron que cualquier industrial que puede hacer 100 mil botellas, puede hacer el mismo número de mascarilla en un día. En tanto que las válvulas son sencillas, de aire común, y por tanto muy económicas.
Por ser un material ligero, indicaron, los médicos pueden trabajar muy cómodos y seguros, además que puede ser reutilizable una vez sanitizado y cambiado el filtro.
El equipo de diseñadores el que también participan los biólogos Luis Manuel Piña, Sarahí López y Berenice Martínez González, piden el apoyo para para poder multiplicar el proyecto en una forma muy económica para proteger a la comunidad en general en medio de la emergencia sanitaria.