Al sepelio de Jorge Celestino Ruíz Vázquez no fueron funcionarios ni autoridades, la familia y los amigos apenas fueron acompañados por una patrulla de la Policía Estatal con tres elementos, su esposa Blanca dice que tiene miedo. “A los políticos no les gusta que les digan la verdad, él escribía lo que era, eso era lo que no les gustó.
Al periodista Celestino Ruíz lo asesinaron el viernes en Actopan, y a decir del gerente del Gráfico de Xalapa, durante una entrevista en Radiofórmula, lo mataron por la espalda y lo remataron en el suelo.
Blanca dice que ahora dejará en manos de las autoridades y de Dios la investigación del asesinato de su esposo, a quien recuerda le pidió en más de una ocasión dejar el periodismo, luego de las amenazas que sufrió. “Yo le dije, me vas a dejar sola, el no hacía caso, era necio, su pasión era el periodismo, vamos a ver ahora si eso le hará justicia”, publicó La Jornada Veracruz.
El cortejo encabezado por Blanca, esposa de Jorge Celestino, salió de su casa para darle sepultura. Por la calle principal de La Bocanita, escasos vecinos y amigos hicieron un cortejo fúnebre en medio de un quemante sol, hasta la iglesia de Cristo Rey, donde le ofrecieron una misa de cuerpo presente. Después fue sepultado en el panteón del pueblo alrededor de las 18:00 horas del domingo.
Jorge Celestino fue velado en su casa, donde apenas cabía su féretro, mientras en el patio están estacionados dos autos con logotipos del periódico donde trabajaba, uno de ellos está inservible desde un atentado, aún se le pueden ver las marcas de balazos.
Al periodista le sobreviven su esposa y dos hijos, uno de 13 y otra de 18.
Blanca no se cansa de comentar con los asistentes al sepelio todas las veces que fue a Xalapa acompañando a Celestino para pedir ayuda y protección.
Afuera de la casa hay una patrulla permanente, pero eso ya no le basta a Blanca.
“Yo les digo, para qué la quiero ahora, desde hacía dos semanas dejaron de pasar los rondines policíacos que eran parte de sus medidas de protección, nos dejaron desprotegidos”, expresa molesta.
Enumera las visitas oficiales que ha tenido, cuenta que la visitó el fiscal Jorge Wínckler, quien ahora sí le prometió avance en dos denuncias por los ataques de octubre y noviembre del 2018, cuando le balearon la casa y el automóvil.
“También estuvo Derechos Humanos, a ellos los fuimos a ver tantas veces y nunca nos hicieron caso”.
Recuerda que apenas hace unos meses aprovecharon una visita del gobernador Cuitláhuac García a Actopan, le contaron de las amenazas y las agresiones, él pidió conocer el nombre del fiscal a cargo, y dijo que ordenaría dar seguimiento al caso, pero nada más.
En diciembre, recuerda, le hicieron llegar una carta, en la que exigió al gobierno y la Fiscalía agilizar las investigaciones y dar con los culpables.
Jorge Celestino acusó en esa carta al alcalde de Actopan, Paulino Domínguez Sánchez, y al director de Obras Públicas, Melquiades Vázquez Carreto, de las amenazas.
“Él estaba amenazado, qué más les puedo decir, qué más prueba quieren, ahí está su cuerpo, él no merecía morir de esa manera, tan cobarde y traicioneramente, me quitaron mi apoyo principal y ahora yo también tengo miedo”, dice Blanca mientras señala el féretro café de su esposo.
Blanca también defiende el trabajo de Celestino, dice que el periodismo era su pasión, entrevistar, e investigar, recuerda que el oficio lo aprendió desde joven y lo combinada con otras actividades como la compostura de celulares y televisiones, y la venta de abarrotes. “Ya saben cómo es esto de los periodistas, el sueldo es poco, siempre tienen que poner, no hay seguros, nadie los protege”.