Antes de iniciar hoy lunes la tercera semana del juicio contra Joaquín el Chapo Guzmán en Brooklyn, Nueva York, la fiscalía presentó una moción solicitando que la defensa no pudiera utilizar como evidencia los correos electrónicos de un agente de la DEA que describían al acusado como alguien no tan importante ni poderosos como se creía. La fiscalía también solicitó que Emma Coronel Aispuro pase por el detector de metales antes de entrar a la sala, ya que se le vio al interior de la misma con un celular.

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El Juez Brian Cogan negó la primera moción, permitiendo que la defensa introduzca el contenido del correo electrónico del agente de la DEA como parte de su interrogatorio. Por otro lado concedió la moción de hacerle la revisión a Coronel, para asegurarse de que no entre con un teléfono celular a la sala.

En el descanso del almuerzo, la sala se está acondicionando para el siguiente testigo, cuya identidad será revelada una vez que la sesión reinicie. Las dibujantes de la corte recibieron instrucciones expresas de no dibujar a dicho testigo con rasgos identificables. En un documento anterior, se explicó que las identidades de testigos como éste serán púbicas, pero no existen imágenes que se hayan asociado con sus nombres. Por su seguridad y para mantener sus pasados ocultos de sus familiares, las fotos que se introduzcan como evidencia serán pixeladas.

Este será el octavo testigo de la fiscalía. Después de Jesús Reynaldo Zambada García, el Rey, la fiscalía llamó como testigos a Thomas Lenox, agente retirado de la DEA quien testificó sobre las famosas latas de chile La Comadre, por medio de las cuales traficaban cocaína, descubiertas en 1993. También llamaron a Owen Putman, también agente retirado de la DEA, quien testificó sobre llamadas interceptadas que hablaban del Chapo pero ninguna tenía la voz del acusado. Incluían la voz de Miguel Ángel Martínez, que participaba en la importación de cocaína por vía aérea y se espera testifique en el juicio.

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La fiscalía llamó también a Michael Humphries, empleado de aduanas que incautó 1 millón 226 mil 354 de un Bronco de Arturo Guzmán Loera a finales de los 80’s en la frontera. Y finalmente, a Donald Charles Semesky, Jr., agente retirado de la DEA y consultor especialista en lavado de dinero que asesora al gobierno de Estados Unidos y durante 2008 a Eduardo Medina Mora, a personal de la Procuraduría General de la República y de la Agencia Federal de Investigación de México. En toda su carrera, que inició a principios de la década de los 80, Semesky, Jr. nunca supo de incautaciones de efectivo, caletas o propiedades a nombre de Guzmán Loera.