Bagdad. Al menos 47 periodistas iraquíes murieron mientras trabajaban para cubrir la ofensiva del ejército iraquí contra el grupo yihadista Estado Islámico para recuperar la ciudad de Mosul, según la Federación de Periodistas Árabes.
En su comunicado, publicado en su cuenta en la red social Facebook, indicó que otros 55 periodistas resultaron heridos durante la operación, destacando la victoria de las fuerzas de seguridad y a los “mártires de la prensa iraquí”.
El comunicado ha sido publicado cerca de una semana después de la muerte de dos periodistas en un atentado de Estado Islámico en la ciudad de Qayara, situada en los alrededores de Mosul.
La muerte reciente de un periodista francés y otro iraquí que cubrían los combates en Mosul, ha puesto de manifiesto la creciente dificultad a la que se enfrentan centenares de informadores iraquíes y reporteros extranjeros que intentan cubrir la batalla que tiene lugar desde octubre de 2016 en la segunda ciudad más grande de Irak.
Desde el comienzo, el pasado 17 de octubre, de las operaciones militares para expulsar a los terroristas de Mosul y de su provincia, Nínive, los periodistas han sido víctimas de numerosas agresiones.
A lo largo de estos ocho meses de ofensiva, los trabajadores de los medios que han cubierto los acontecimientos sobre el terreno han afrontado ataques e intentos de secuestros por parte de células durmientes de los extremistas.
El periodista francés Stephan Villeneuve y el iraquí Bakhthiar Haddad murieron tras la explosión de una mina en el caso antiguo de Mosul un día después de la ofensiva lanzada para completar la reconquista de la ciudad.
Reporteros Sin Fronteras (RSF) dijo que los dos periodistas murieron cuando acompañaban a las fuerzas del ejército iraquí en las zonas aún controladas por EI en el barrio de Ras al-Jadah, Mosul, en el norte de Irak.
“Irak es uno de los países más peligrosos del mundo para los periodistas”, sostuvo el secretario general de RSF, Christophe Deloire.
La organización indicó que un total de 26 periodistas han sido asesinados en Irak desde el comienzo de 2014. Al menos tres murieron desde el inicio de la batalla para retomar Mosul, en octubre de 2016.
Diez periodistas y trabajadores de los medios iraquíes también se encuentran retenidos por las fuerzas de EI en Mosul, según RSF.
“Las condiciones para informar en Irak son cada vez más difíciles y complicadas”, afirmó Pierre Barbancey, de L’Humanité, que lleva cubriendo el país desde los últimos 17 años.
“Es imposible sentirse realmente seguro porque, aun cuando piensas que estás fuera de la zona de combate, puede explotar un coche o aparecer alguien de no se sabe dónde con un explosivo en cualquier momento”.
Barbancey, que ha cubierto guerras en otras partes del mundo recuerda: “En Mosul, como en otras partes, no sólo somos blanco de asesinatos y secuestros. El riesgo existe como en cualquier parte del mundo, pero en Mosul el peligro es aún mayor”.
Laurence Geai, fotógrafa freelance que lleva cubriendo la batalla de Mosul para Le Monde, es ahora consciente de esos peligros. “Tienes que estar atento a los explosivos, a los francotiradores, a las minas”.
“Ambos bandos son nocivos, tanto las fuerzas iraquíes como del EI y la naturaleza del terreno no es favorable, así que cubrir este tipo de situaciones conlleva necesariamente un alto riesgo”, advirtió el también fotógrafo freelance Frédéric Lafargue.
Irak ocupa el puesto 158 de los 180 países que conforman la actual Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada anualmente por Reporteros Sin Fronteras.
El primer ministro de Irak, Haider al-Abadi, declaró la victoria sobre el Estado Islámico en Mosul, tras anunciar la liberación total de la segunda ciudad del país que había sido tomada por el grupo yihadista hace tres años.
La batalla por retomar Mosul comenzó el 17 de octubre pasado, cuando el Ejército iraquí, con el apoyo de los kurdos, las milicias chiitas y la coalición internacional dirigida por Estados Unidos, comenzó una gran ofensiva, más de dos años después de haber caído en manos del grupo yihadista.
Mosul, la segunda ciudad del país y el último feudo urbano del EI en Irak, cayó en manos de los yihadistas en junio de 2014, cuando fuerzas militares abandonaron sus armas y huyeron, lo que permitió a los extremistas apoderarse del norte y oeste del país.
Sin embargo, la reconquista de Mosul no supone el fin de la guerra contra el EI, que aún controla algunas zonas en el país y territorios en el este y centro de Siria, donde su feudo Al Raqa es objeto de asedio por fuerzas también apoyadas por Estados Unidos.