Por Arturo González
Este viernes, el Modular Inés Arredondo fue escenario de la entronización de seis nuevos miembros al Salón de la Fama del Caribe.
Vinicio Castilla, Erubiel Durazo, Miguel Flores, Benjamín ‘Cananea’ Reyes, Juan Manuel Ley y Alfonso Araujo Bojórquez, ingresaron a la inmortalidad.
La ceremonia fue encabezada por Juan Francisco Puello, presidente de la Confederación del Caribe y estuvieron además los ex grandes ligas Luis González y George Bell, así como Mike Brito, entre otras personalidades.
Fue el ‘Criminal’ Vinicio Castillo, quien participó en cinco series del caribe, el primero en recibir su placa como inmortal.
“Primero que nada le doy gracias a Dios por darme las facultades de jugar beisbol. Estoy muy contento y emocionado, y eso también es gracias a mi familia”, comentó Castilla.
Después, le tocó al turno al hermosillense Erubiel Durazo, quien entre una voz entre cortada dijo: “Hubo momentos bonitos y de adversidades, y recibir este reconocimiento me hace sentir que lo hice bien. Gracias a todos”.
Luego vino la entrega a Miguel Flores, quien jugó cuatro series, entre ellas la de Culiacán 2001.
En su intervención dijo: “Es un orgullo ser reconocido por la gente del Caribe, estoy contento y halagado por ser inmortalizado junto con grandes peloteros como son Vinicio (Castilla ) y Erubiel (Durazo)”.
Posteriormente vino una segunda entrega e iniciaron con el manager Benjamín “Cananea” Reyes, quien le dio el primer título a México en una Serie del Caribe, fue en 1976 en Santo Domingo.
Su hijo del mismo nombre, recibió la placa y agradeció a todos por esta distinción a su padre.
Siguió Alfonso Araujo, quien se ha dedicado al beisbol por más de 70 años.
Y para finalizar, llegó el momento de la entronización de Juan Manuel Ley López, quien por más de 50 años fue un gran impulsor en el beisbol mexicano.
Su hijo Juan Manuel Ley Bastidas recibió el reconocimiento en honor a su padre en manos de Juan Francisco Puello.
Por parte de toda su familia, Ley Bastidas agradeció a todos los que hicieron posible de este reconocimiento a su señor padre.
Antes de la culminación, Puello dio un pequeño mensaje: “Fue mi amigo y mi hermano. Y por si no sabía, era mi asesor personal. Y fue un gran amigo”.