TIJUANA.- El colofón de la Serie del Rey 2016 no pudo ser mejor. Gerardo Benavides y Alberto Uribe juntos en el festejo de campeones de los Pericos de Puebla, en el que inclusive se intercambiaron las gorras de sus equipos, se abrazaron y se tomaron una fotografía con sus respectivos gerentes.
Esa gráfica de humildad, de respeto mutuo y de una pasión desbordada por el béisbol, fue la que invadió ayer las redes sociales y no la del MVP Travis Blackley o la del batazo de jonrón de Daric Barton.
Y es que un escenario de ese tipo era impensable en el béisbol profesional mexicano. Es como si Juan Manuel Ley (Qepd) hubiese ido al vestidor rival en los años de gloria de los Tomateros para felicitar a Enrique Mazón por un campeonato de los Naranjeros o viceversa. Igual Alfredo Harp a Carlos Peralta o a la inversa.
Hoy son otros tiempos los que se ya viven y los que se avecinan en la Liga Mexicana.
Es tanta la afinidad entre Benavides y Uribe por hacer transformaciones en la LMB, que la felicitación y el encuentro efusivo después de terminado el juego, les salió natural.
Ahora se espera un invierno muy movido, en el que podrían tomarse decisiones de fondo siempre y cuando la nueva corriente de dueños encuentre mayoría para los cambios que requiere la LMB.
¿Qué están buscando? Uno, que aumente la calidad deportiva y el espectáculo, algo que ya avanzaron mucho este año con el ingreso libre de los jugadores de doble nacionalidad y el arribo de mejores extranjeros. Dos, que varios equipos no dependan ya de los gobiernos estatales en turno, sobre todo los del Sureste; tres, que haya franquicias sólidas en las que a mitad de temporada no desmantelen los rosters ni haya quincenas atrasadas hacia los peloteros. Cuatro, que la liga comercialice el producto para que a corto o mediano plazo haya ingresos económicos en beneficio de los 16 conjuntos.
En pocas palabras están buscando una liga más profesional y funcional, en la que también se mejoren las condiciones de los estadios para atraer más aficionados.
Todos coinciden en que Plinio Escalante ha hecho un gran trabajo al frente del circuito, sin embargo buscan apoyarlo a través de otras áreas que les permita dar ese salto cualitativo.
Cuando un grupo de nuevos dueños se reunieron en San Diego hace algunos meses, la conclusión fue que habían de salir cuatro clubes para iniciar una nueva etapa con 12 equipos a partir de 2017.
No obstante, con el tiempo se han percatado que no será fácil sacar a ciertos clubes aún y teniendo serios problemas económicos (Ciudad del Carmen ya agarró un nuevo aire quién sabe de dónde y Virgilio Ruiz manda señales de que no se van).
Para sacar a cuatro equipos tendría que votar sólo el Consejo de Administración (compuesto por cinco presidentes de clubes) y no toda la asamblea.
Por lo pronto, tendrán reunión el próximo 27 en la Ciudad de México.
TÍTULO… Sin objeción alguna, los Pericos de Puebla fueron mejores en el terreno que los Toros de Tijuana, y al final el béisbol los premió con el campeonato.
Los cuatro abridores de Puebla funcionaron de maravilla y la ofensiva respondió bateando un colectivo de .296, contra .199 de los Toros cuyos inicialistas no estuvieron a la altura, salvo Horacio Ramírez y al final Barry Enright, en el sexto duelo.
Willy Taveras, Alberto Carreón y César Tapia batearon arriba de los .300, mientras que Daric Barton, Rodolfo Amador y Nyjer Moran conectaron batazos a la hora cero e incluso el tercero siempre fue una amenaza en los senderos.
Caso contrario, Tijuana batalló mucho para hacer carreras y si le quitamos ese chispazo de ocho anotaciones en el noveno inning del quinto juego, sus números hubieran palidecido aún más.
Dustin Martin fue el único que bateó arriba de .300 (.348) y se cayeron Óscar Robles, Alex Romero, Guadalupe Chávez, Carlos Valencia e incluso Roberto López, que si bien dio un doblete y un cuadrangular, apenas tuvo un porcentaje de .182.
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