Las selecciones de Brasil y Ecuador ofrecieron un paupérrimo espectáculo la noche de este sábado en el último de los encuentros de la jornada sabatina de la Copa América Centenario, en el Rose Bowl de Pasadena, California, empatando a cero goles.
El protagonista del encuentro fue el árbitro chileno Julio Bascuñán, robándose el show y generando polémica con sus decisiones en el terreno de juego, que claramente favorecieron a la selección de Dunga, la cual quedó a deber futbolísticamente en el encuentro.
Tres decisiones del juez central andino pudieron dar otro sentido a una historia que no dejó nada para el recuerdo en lo futbolístico: perdonó a Casemiro, por un codazo a Enner Valencia y solo castigó con tarjeta amarilla; a Elías también lo sancionó a la ligera, pues en una descolgada de Enner Valencia, siendo el último hombre, recibió una falta por detrás y la penalización se remitió a la tarjeta amarilla.
El más escandaloso de todos los yerros fue al 67′. Miller Bolaños mandó un centro sobre la raya de fondo, antes de que la pelota saliera. El arquero de Brasil, Alisson, intentó cubrirla con el pecho y sus dos manos, pero cometió un tremendo error: el balón se le escapó y se fue adentro del arco. El nazareno cobró saque de puerta, pues según su criterio, la pelota salió antes del disparo.
Al final del juego, los asistentes al Rose Bowl castigaron a ambos equipos con un sonoro abucheo, tras un partido que muy pocos van a recordar. (MEDIOTIEMPO)
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