MAZATLÁN.- Gran ambiente se vivió el miércoles pasado en esta ciudad, donde ya se respiraba la LMP por todos los rincones del puerto. Desde la imponente Marina Mazatlán, pasando por el Malecón, desde cerritos hasta Olas Altas, la Zona Dorada, los centros comerciales y la periferia, no se habla de otra cosa que no sean los Venados y el béisbol.

Lo atestigüé personalmente con el desfile del equipo y por la noche lo vi con el gran lleno que se dio en el Teodoro Mariscal, donde los Venados derrotaron 5-1 a la famosa Banda MS en un juego a beneficio de la reconstrucción de la Casa Hogar Mi ángel de la guarda.

La gente se volcó en serio al parque de pelota, donde incluso tomaron su turno el coach de bateo Matías Carrillo y el manager Miguel Ojeda. En medio del juego, el vocalista de dicha banda, Alan Ramírez, prendió en serio al público al ponerse a cantar y luego, para sorpresa de todos, se anunció la llegada del popular Julión Álvarez, con bate en mano, para enfrentarse al amigo José Manuel García —jefe de prensa de los Venados—, quien había entrado al relevo y dominó al chiapaneco con una rola al cuadro.

Ya de regreso de la primera base y ante un público que lo aclamaba, Julión tomó el micrófono y se puso a cantar uno de sus recientes éxitos en medio de un ambiente beisbolero y musical.

“Todos nosotros los gruperos somos de hueso colorado al béisbol y seguido jugamos”, me dijo uno los integrantes de la MS.

Hace unos días, agregó, en una careada, “Julión se subió a la loma a pitchear y se le soltó un lanzamiento… Le dio un bolazo accidental a uno de nuestros compañeros”.

Agradezco mucho al manager Miguel Ojeda y al representante de la MS, Andrés Osuna, la invitación que me hicieron para jugar en dicho encuentro que resultó muy emotivo por la convivencia con los peloteros, los músicos y sobre todo porque fue para una noble causa.

¿Qué por qué jugué con los Venados y no con la MS? me preguntaron algunos colegas en el estadio. Sencillo: es más cómodo tratar de batearle una recta al trompetista, al vocalista o al baterista, que a uno de los velocistas de los rojos, entre ellos a Luis Carlos Rivera, quien en sus tiempos llegó a tirar 100 millas por hora en las Grandes Ligas y ese día por momentos le puso a la bola en su relevo.

VIOLENCIA… Olmo Rosario y Anthony Kapra vivieron una situación muy desagradable en plena Serie del Rey 2015 de la Liga Mexicana: Ambos fueron asaltados en Monclova y los amenazaron con armas de fuego.

La noticia no trascendió en los medios, pero el sábado que ganaron la continuación del juego para acercarse 1-2 en la serie contra los Tigres de Quintana Roo, los delincuentes les cayeron en sus departamentos, en una actitud por demás rara.

A Kapra le quitaron una cadena de oro y dinero en efectivo, mientras que a Rosario le exigían 20 mil pesos para dejarlo con vida, lo cual al final no pasó a mayores sin darles nada a cambio. Los dos jugadores sospechan que más que un asalto se trató de intimidarlos, aún y cuando estaban con el equipo de casa.

Rosario era el mejor bateador de los Acereros en la postemporada y desde entonces ya no estuvo cómodo, al grado de que cometió costosos errores en los juegos 4 y 5, que fueron factor en la coronación de los Tigres.