Museo Interactivo sobre las Adicciones, un lugar fuera de serie

mia

 

Los museos son recintos que albergan conocimiento sobre diversos temas de interés al hombre. A pesar de la diversidad de museos con los que contamos, aún relacionamos esta palabra con exposición de obras de arte. Sin embargo, en Culiacán existe un museo sobre las adicciones.

El Museo Interactivo sobre las Adicciones (MIA) es el único museo a nivel mundial en tratar el tema de las adicciones. El MIA está ubicado en el centro de la ciudad, en el complejo donde también está el Modular Inés Arredondo, la terraza NQUINCE y el MIA Proyect Room.

El recorrido en el MIA comienza por su entrada en la calle Ángel Flores. El costo del recorrido es de 35 pesos por persona, después de haber cubierto el costo es asignado un guía del recorrido; si la visita se realiza en grupo escolar o directo de una agencia de viajes, se les asigna un guía por cada quince personas.

Al ingresar recorres un pasillo largo, en color blanco y con palabras negras, cada palabra representa una etapa, sentimiento o consecuencia de las adicciones. Mientras recorres el pasillo, puedes observar palabras como desesperación, confusión, pérdida, abandono, SIDA, agresión y otras.

Al terminar ese pasillo llegas al primer nivel, donde vives una experiencia multisensorial en la que puedes experimentar los efectos de algunas drogas.

En este nivel encuentras diferentes juegos y simuladores. Además de estos simuladores, encuentras diferentes salas de video donde te muestran testimonios e historias de adictos.

También hay un ejercicio que es dirigido para niños, donde a partir de una aplicación en una tableta electrónica, aprenden hábitos alimenticios sanos, para evitar los trastornos de la alimentación.

En esta aplicación los niños crean un avatar, el cual “alimentan” con comidas que a ellos les gustaría consumir un día, y las cantidades que consumirían. Al final del ejercicio, se les muestra a los niños cómo serían de grandes y ancianos si continuaran con esos hábitos alimenticios.

Para mostrar los efectos del alcohol, a los asistentes adolescentes se les enseña mediante un juego de destreza física, en el que tienes que evitar conos mientras recogen pelotas y al final tienen que encestarlas, en la primera vuelta se les toma el tiempo.

Cuando van a dar la segunda vuelta, se les pone unos visores que simulan la visión que tendrían con cierto grado de alcohol en la sangre y repiten el procedimiento, al final se les da el tiempo en el que hicieron el ejercicio y les piden que compartan cómo vivieron ese juego con la visión que tenían con los visores.

En el nivel multisensorial también se encuentran juegos donde se ejemplifican las adicciones al internet y los juegos de azar. Además hay unas cabinas donde los usuarios pueden llenar una encuesta para saber el factor de riesgo que tienen de caer en una adicción.

Después se sube al segundo nivel, que es de ciencia y conocimiento. En este nivel hay una cabina donde se muestra a los usuarios un video motivacional con cosas cotidianas que hacen que la gente pueda liberar dopamina, que es la hormona de la felicidad, en lugar de consumir sustancias tóxicas para conseguir ese efecto.

Además hay paneles donde se informa de la adicción a la pornografía. También hay simuladores de los factores de protección como la escuela o la familia, en ellos se muestra cómo actúan familiares y amigos en pro de prevenir conductas de riesgo o adicciones en un ser amado.

También hay módulos donde los usuarios pueden investigar información sobre diferentes tipos de adicciones, y escuchar testimonios de personas con adicciones.

El MIA cuenta con 29 módulos en dos diferentes niveles, el recorrido dura alrededor de una hora con cuarenta minutos, y cada recorrido es personalizado a la edad de los usuarios.

El MIA ha atendido visitas de escuelas de Navolato, Los Mochis, Mazatlán, El Rosario, Escuinapa y algunas del estado de Durango.

El museo pertenece a la Asociación Nacional de Museos, y está avalado por la Comisión Nacional contra las Adicciones (CONADIC) como un método de prevención efectivo, porque los conocimientos ahí adquiridos se fijan a la memoria a largo plazo y según las encuestas aplicadas por el MIA, al salir del recorrido el conocimiento sobre las adicciones aumenta un 20 por ciento y la percepción del riesgo de caer en ellas aumenta el 15 por ciento.

 

¿Cómo llegar?

Desde la central de autobuses, utilizando transporte urbano se hace un recorrido alrededor de 25 minutos. Y utilizando taxi, 15 minutos.

El costo por persona para ingresar al MIA es de 35 pesos.

La entrada se encuentra por la calle Ángel Flores.

El complejo se encuentra en la calle Ángel Flores esquina con Ruperto Paliza.

 

 

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