Con playas tranquilas, vegetación tropical y extensiones de cocoteros, la Isla de la Piedra es por excelencia un espacio recreativo único que ofrece toda una aventura al visitante.

De entrada, la llegada es toda una experiencia para quienes nunca han navegado, pues hay que embarcarse en una pequeña lancha y cruzar el canal de navegación, ¡sí, el mismo que recibe los enormes cruceros que surcan el Mar de Cortés para llegar al puerto y que forman ya parte del paisaje marismeño!

Son diez minutos de extraordinario viaje con salida del embarcadero, donde la romería matutina que se arma con la venta de pescado y la presencia de decenas de pelícanos son parte también del encanto mazatleco, pues no todos los días se puede presenciar el espectáculo tan cotidiano como el de alimentar a estas enormes especies que se pasean entre la gente como aves de corral.

Con el uso obligatorio de un chaleco salvavidas que proporciona el lanchero, los paseantes pueden llevar consigo alimentos, agua y accesorios de uso personal para pasar el día en una de las playas más tranquilas del puerto.

Desde el primer momento que se pone un pie en la isla se tiene la sensación de iniciar la mejor aventura de su vida, pues resulta ideal para quienes adoran las playas tranquilas y espacios confortables.

Las opciones para comer están a la orden del día, pues los tradicionales restaurantes que ofrecen comida a base de mariscos están siempre listos para dar el servicio, sin faltar los postres como las cocadas, un clásico que no hay que dejar de saborear.

La Isla de la Piedra ofrece para quienes gusten de otras actividades, paseos a caballo, en cuatrimoto, kayak, banana y catamarán.

Otra opción es sencillamente relajarse bajo una enramada de palma, recostarse en una fresca hamaca y dejarse arrullar por el sonido de las olas del mar.

Para los ambientados y bailadores, en este lugar hay músicos que ofrecen su mejor repertorio de canciones sinaloenses.

Son varios  kilómetros de  playas  vírgenes enmarcados  por  plantaciones de   cocoteros hacia el sur, mientras que al norte se encuentran los restaurantes.

Las aguas de esta playa  son  muy  tranquilas, ideales para la natación, pero conforme se aleja hacia el sur, las olas se vuelven más grandes, donde surfistas locales y extranjeros se deslizan hábilmente.

Si se es buen observador, después de los primeros minutos de caminata se descubrirá la riqueza existente en flora y fauna, pues no todo son cocoteros, también hay árboles de mango y nanchis; asimismo el trinar de aves, pues la Isla Cardones, ubicada en la Isla de La Piedra, sirve como refugio, anidación y espacio para alimentarse.

Se trata de especies nativas de la región y otras migratorias las que ofrecen un entorno auditivo armonioso.

El paisaje también lo enriquecen los isleños, que tienen en la comercialización de cocos y la pesca su principal actividad económica, a la que se ha sumado de manera importante la prestación de servicios turísticos.

El clima del área es tropical y subtropical, tipo cálido subhúmedo. El máximo de precipitaciones se presenta durante septiembre.

Las lluvias tienen lugar durante el verano y se inician a mediados de junio, siendo más cálidos los meses de julio, agosto y septiembre, así que no hay que olvidar hidratarse e ir preparados según el mes que se decida visitar la isla.

Mazatlán tiene las mejores playas, todas son hermosas y cuentan con el encanto especial que el contacto con el mar ofrece, elige la que más te guste ¡y lánzate a disfrutarla!

Cómo llegar

Por mar desde Mazatlán es de sólo un kilómetro, mientras que si decides llegar por tierra es de 25 kilómetros, entrando por el sur a través del poblado de Barrón.

Embarcadero Isla de la Piedra a Embarcadero Mazatlán: 10 minutos

Costo del pasaje en lancha: 30 pesos

Horario: Las 24 horas

Seguridad: Cuenta con salvavidas que recorren la playa a bordo de cuatrimotos y están al pendiente de ofrecer indicaciones y orientación sobre las condiciones del mar.