A pocos metros de la sala de conferencias del Auditorio Nacional del Sodre, en Montevideo lo interceptó Julio Bocca para saludarlo. “Lo conocí estando con Fito Páez en Buenos Aires” , explicó una vez reunido con la prensa. Muy calmo, el trovador de Úbeda destacó lo importante que fue actuar en la calidez de un teatro (para un total de 11 mil personas) : “En estas seis noches pude relacionarme de otro modo con el público y me voy con más nostalgia que nunca” .
El miércoles lo sorprendió el presidente José Mujica, a quien “venía admirando desde hace muchos años” con un detalle que no olvidará.
“A ningún otro presidente se le pasaría por la cabeza ir a buscarme al hotel. Me dijo que no le gustaba el protocolo y que ahí íbamos a estar más tranquilos. Luego creí que estaría diez minutos y estuvimos una hora y media tomando mate, charlando de lo Divino y de lo humano, muy políticamente incorrectos los dos como debe ser. Fue una verdadera delicia, es algo que me llevo en el corazón” , relató.
Consultado sobre la legalización de la marihuana en Uruguay, opinó que le parece una medida “ejemplar” porque “la batalla contra las drogas, como demuestran México y Colombia y tantos otros lugares, está absolutamente perdida” . “Se han perdido miles y millones y sólo se ha potenciado el narcotráfico y la corrupción. Yo creo que hay que legalizarlas todas, sin excepción, porque en Chicago cuando se estableció la Ley Seca no se acabó con los borrachos, pero sí con los gánsters y con los tiros. Yo sólo le reproché a Mujica que aquí no me dejan fumar, (se ríe)” .
Durante su estadía en Montevideo salió muy poco del hotel para cuidar su voz. Y aunque le gusta caminar tranquilo, esto no le fue posible.
“Estaba seguro de que en Montevideo podría hacerlo, pero esta vez no. Salimos por esas calles peatonales que hay por el Centro y hubo de pronto una aglomeración que no era exactamente lo que yo quería y nos fuimos. Aún así hemos salido a comer tres o cuatro veces.
“Y luego como han sido días muy apretados, de cantar dos días y descansar uno, y como lo que me queda de voz no es mucho, entonces me mantuve mudo en el hotel. Me rodeé de libros y de discos, me llevo discos de Mateo, leí un libro de mi amigo Darnauchans y libros sobre el Uruguay contemporáneo para al menos no sentirme como un turista japonés” .
Sabina, a sus 65 años, no piensa en retirarse de los escenarios y en cambio trabaja en la producción de un nuevo disco, asegurando que “por lo menos habrá una penúltima gira” .
“Tengo un montón de papeles que voy metiendo en un baúl. Cuando me lo pide el cuerpo los saco, los ordeno y agarro la guitarra. Pero hay mucho material disperso” , agregó sobre los bosquejos que pronto se convertirán en canciones en este presente en el que ya no cierra los bares.
Encontró otro método para no perder la inspiración: irse a una ciudad en la que nadie lo reconozca. Para Vinagre y Rosas fue a Praga y ahora cree que podría ser Nueva Orleans. “Allí no me conoce ni Dios y puedo ir a los boliches solo” . Sabina no tiene celular, no usa Internet y no conduce automóviles.
“Sé que me pierdo algo pero creo que me perdería mucho más leyendo esa cosa horrorosa que son las redes sociales y todo ese veneno y esa basura que corre por ahí” , continuó. En cambio lee tres o cuatro periódicos por día porque en ellos están “las noticias que verdaderamente importan” . (Eje Central)
