El reality show de ‘Frida Sofía’

 

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 El drama humano convertido en baratija mediática. Nada de ética parece haber quedado en Televisa cuando el sufrimiento humano lo utiliza para mantener en alto el rating en una audiencia que se estruja las manos mientras siguen la telerrealidad creada alrededor de Frida Sofía.

Existe confianza de que los comentarios sean tan reales como la escenografía de brigadistas, médicos, escombros, se trata de establecer un hilo conductor entre la información de la reportera Danielle Dithurbide y los comentarios de Denisse Maerker y Julio Patán.

Las tragedias humanas para los grandes medios de comunicación, no bastan en sí mismas, es necesario añadir el plus del espectáculo. Como si fuera una pelea de box o un partido de la NFL o la NBA. Es transformar los hechos en realidades virtuales. Despojarlos de cualquier sentido humanitario. Se trata en definitiva de entretener al espectador mientras se bebe una cerveza y se come una rebanada de pizza.

Es el caso de “Frida Sofía”, que hoy sabemos empezó por una versión que dejó correr un brigadista la mañana del 20 de septiembre y fue refrendado por los altos cargos de la Marina, lo que recuerda el montaje de la detención de Florence Cassez que demostró que este tipo de acuerdos suceden entre autoridades y televisoras.

Se dijo que había una persona con vida entre los escombros del Colegio Enrique Rébsamen y fue cuando Televisa hizo propia la noticia y le dio hilo durante el resto del día.

Fueron horas estrujantes que administraba Denisse Maerker, quien ahora sale a decir que la trasmisión fue de “buena fe” ante un público que la seguía, consciente de que cada minuto podía ser decisivo en la vida de “Frida Sofía”.

El periodista Javier Risco  llegó a poner el apellido de Ledezma, incluso, afirmó que la niña había sido rescatada y se estaba buscando a sus padres. Al cuestionársele de porque no se había visto en televisión, explicó que estos rescates son de alto riesgo y por ello no se trasmiten en tiempo real.

La reportera Danielle Dithurbide de Televisa reconoció lo sucedido cuando afirmó: “Reportábamos aquí que la pequeña tenía vida y estaba dentro de los escombros, se llamaba Frida Sofía… tanto así que ha sido una tendencia en redes sociales y se ha convertido en una historia de esperanza y esta historia que el país entero está siguiendo”.

Es una construcción mediática con una salvedad que fue creada para ser vendida como un gol de Messi. El resto del día duró este sui generis reality show donde la audiencia estuvo atenta para conocer el desenlace y quizá para luego gritar al unísono los infaltables: ¡Si se puede!, ¡Viva México!

Pero en esta manipulación no contaban con una evidencia contundente proporcionada por los padres y maestras de los niños del Colegio Enrique Rébsamen, incluso por los altos cargos de la Marina. La niña nunca existió. Nunca estuvo enterrada entre el escombro. Fue una historia inventada probablemente concertada. Se trataba de instalar la historia en lógica de espectáculo, con la precisión de un malvado inteligente, de mantener la atención en el llamado Canal de las Estrellas.

Igual, no se trataba que permaneciera indefinidamente, sino activo el mayor tiempo posible, como una historia dramática de las que acostumbra a transmitir Televisa. En este tipo de montaje lo importante no es el hecho en sí mismo sino el efecto mediático. Se trata de banalizar el drama humano. Reducirlo solo a una historia de emociones y evitar la racionalización de los hechos. De evitar que la gente busque explicaciones de por qué, por ejemplo, siempre en este tipo de situaciones los jodidos son los que salen más lastimados. O porque en este caso alcanzó también a franjas de las colonias de las clases medias que habitan en Roma, Condesa, Del Valle o Coapa.

Sin embargo, en un mundo y especialmente en una ciudad con los mayores niveles de información del país, es inevitable que la gente se haga preguntas, cuestione la parálisis de la autoridad, someta a juicio a los políticos o ponga en entredicho este tipo de versiones que lleva a conclusiones equivocadas.

Luz, la madre de uno de los niños rescatados, ha salido al paso la noche del 21 de septiembre en una entrevista que ofreció a Carmen Aristegui y  en ella pide que el Ejército se retire de las inmediaciones del Colegio Enrique Rébsamen porque ahí no hay nada que hacer y menos la medalla  que ellos buscan. Que “Frida Sofía” es una marrullería más.

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