Durante la XXVI edición de la Feria Internacional del Libro se entregaron cuatro Doctorados Honoris Causa, tres de ellos a personalidades vivas, uno de ellos post mortem. Se trata de los otorgados a la escritora Elena Poniatowska, al historiador Jean Meyer, al científico Juan Ramón de la Fuente y al desaparecido escritor Eduardo Galeano. Los cuatro con una obra vasta en sus respectivos campos. La Universidad se vistió de luces en el Paraninfo Enrique Díaz de León y bajo la sombra de los frescos imperecederos y vigentes de José Clemente Orozco.
Hay consenso de que los reconocimientos fueron justos para quienes han hecho una contribución a las ciencias sociales, humanas y la literatura, lo que significa que los doctorados dan realce a la feria del libro más importante del mundo hispano. Extraigo fragmentos de la Gaceta Universitaria de quienes son los galardonados:
Elena Poniatowska. “Fue la primera mujer que recibió el Premio Nacional de Periodismo en 1978, en el rubro de entrevista. Es autora de La Noche de Tlatelolco, libro con el que obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia, el cual rechazó después de preguntar quién iba premiar a los muertos. Otras de sus obras son Paseo de la Reforma, Hasta no verte Jesús Mío, Querido Diego, te abraza Quiela; Tinísima (Premio Mazatlán de Literatura, 1992), La piel del cielo (ganadora del Premio Alfaguara de novela 2001) y El Tren pasa primero (Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos).
Jean Meyer, “hizo la primera investigación profunda sobre la guerra cristera. Mostró que fue una lucha por conservar la libertad religiosa. Sus investigaciones sobre el tema le atrajeron el reconocimiento no sólo del gremio de historiadores, sino también de algunos de sus protagonistas. El mismo cuenta que cuando publicó La Cristiada, los veteranos cristeros reconocieron en un escrito colectivo que el historiador “había levantado la loza que disimulaba y callaba la memoria cristera”. Lo llamaron “hermano y mexicano de honor”.
Durante la gestión de Juan Manuel de la Fuente como rector de “La Universidad Nacional Autónoma de México consolidó su prestigio internacional y liderazgo académico… por sus trabajos de investigación y sus aportaciones en el campo de la salud, recibió el Premio al Mérito en Psiquiatría, en la ciudad de Washington, en 1979. También fue acreedor al Premio de la fundación Mayo, en 1996 el del American College of Physicians, en 1998”. Fue rector de la UNAM de 1999 hasta 2007.
Eduardo Galeano. “Es uno de los escritores hispanoamericanos más importantes de la segunda mitad del siglo XX. A su labor como periodista, hecho fundamental para entender la mayor parte de su obra…. fue uno de los cronistas de trayectoria más incisiva, inteligente y creativa de su país. Una de sus obras más populares y citada es Las venas abiertas de América Latina, que ha tenido más de 30 ediciones y ha sido traducida a más de 20 lenguas”. Publicada en 1971, es un análisis de la explotación del continente desde los tiempos de Colón hasta su época presente, con el propósito de enfrentarse a lo que él llama la “usurpación de la memoria” en la historia oficial”.
Una Universidad se mide por los resultados que ofrece a sus alumnos en la docencia, en los frutos de la investigación para la sociedad, en la extensión de cultura para las masas pero, también, a quienes se otorgan los doctorados honoris causa, estos títulos ad honorem deben ser otorgados a quienes le suman su prestigio a la institución, es decir, antes que la Universidad otorgue reconocimiento, deben ser éstos los que le den un plus a la institución.
En último término, estos reconocimientos son producto genuino de la universalidad, de la unidad de lo diverso, vamos, como un ejercicio de libertad y compromiso con las mejores causas de la humanidad y eso pasa por la solidaridad con la institución, no con los funcionarios, que les toca otorgar.
