Para Georgina, con fraternidad y sororidad
El pasado 28 de mayo en la academia militar de West Point, ante los cadetes recién graduados, el presidente norteamericano Barack Obama afirmó que los Estados Unidos son la nación indispensable.
“… América rara vez ha sido más fuerte respecto al resto del mundo. Aquellos que argumentan lo contrario —que sugieren que Estados Unidos está en declive, o ha visto disminuir su liderazgo mundial— malinterpretan la historia o participan de la política partidista. Piensen en ello. Nuestra milicia no tiene igual. Las probabilidades de una amenaza directa contra nosotros por cualquier nación son bajas y no se acercan a los peligros que enfrentamos durante la Guerra Fría… Los valores de nuestra fundación inspiran líderes en parlamentos y nuevos movimientos en plazas públicas alrededor del mundo. Y cuando un tifón golpea Filipinas o niñas son secuestrados en Nigeria u hombres enmascarados ocupan un edificio en Ucrania, es América a quien el mundo voltea a ver en busca de ayuda. Así que Estados Unidos es y seguirá siendo la nación indispensable. Eso ha sido así durante el siglo pasado y será válido para el siglo venidero.”
Obama menciona expresamente que la cuestión no es saber si los Estados Unidos serán los líderes globales, sino cómo van a ejercer ese liderazgo. Sostiene que América siempre debe liderear el escenario mundial, pues de lo contrario nadie lo hará. Reconoce que muchos de los problemas que han tenido después de la Segunda Guerra Mundial se deben a la disposición a intervenir militarmente sin preocuparse por las consecuencias.
Después, el presidente norteamericano enuncia un principio básico de su administración: los Estados Unidos emplearán la fuerza militar, unilateralmente de ser necesario, cuando sus intereses fundamentales lo demanden, sus ciudadanos sean amenazados, su modo de vida esté en riesgo o la seguridad de sus aliados se vea en peligro.
“Creo en la excepcionalidad americana con cada fibra de mi ser. Pero lo que nos hace excepcionales no es nuestra habilidad para burlar las normas internacionales y el Estado de Derecho; es nuestra voluntad de afirmarlos a través de nuestras acciones.”
Para el presidente Obama, un componente del liderazgo norteamericano en el mundo es la voluntad de actuar en nombre de la dignidad humana. Sostiene que para los Estados Unidos, el apoyo a la democracia y los derechos humanos es un asunto de seguridad nacional. Declara a los gobiernos democráticos como sus amigos más cercanos ya que las economías basadas en los mercados libres se desempeñan mejor y se convierten en destino para sus productos.
Por último, el mandatario expresa que su liderazgo mundial los obliga a ver el mundo tal como es, con todos sus peligros e incertidumbre. Pero también los obliga a ver el mundo como debería ser, un lugar donde la esperanza gobierna y no sólo los temores; donde las verdades escritas en los documentos fundacionales norteamericanos pueden dirigir las corrientes de la historia en dirección de la justicia.
Arrogante ¿no crees paisano? No creo que haya otra manera de ser presidente de los Estados Unidos. Aún así, parece que Obama se expresa en términos de una reformulación de la vieja doctrina del Destino Manifiesto y nos recuerda aquella expresión de Abraham Lincoln de que los Estados Unidos son la última y mejor esperanza sobre la faz de la tierra.
¿Son la nación indispensable? Seguro eso pensaron en su momento los ingleses, españoles, franceses, romanos, persas, macedonios y egipcios. ¿Cómo no pensarlo con tal acumulación de riquezas y poder? Seguro argumentaron la certeza de su destino en sus dioses y creencias.
No creo que la nación norteamericana sea más o menos indispensable que, digamos, la nación mongola. ¡Y mira que los mongoles fueron una fuerza dominante en oriente por muchos años gracias a Genghis Khan! Me niego a creer que el poder sea la característica de la indispensabilidad. Prefiero pensar que lo único indispensable en nuestro mundo es la civilización.
Si la historia nos demuestra la existencia de alguna civilización indispensable, ésta sería en mi opinión, la nación sumeria. Desarrollaron la agricultura, crearon la escritura y registraron sus textos, establecieron las primeras instituciones de culto religioso, iniciaron la literatura, organizaron el gobierno, establecieron la aritmética, inventaron las rascacielos, la cerveza, el reloj, el calendario, la rueda y los carruajes, fundaron la astronomía, originaron los tratados médicos, las escuelas y, por si fuera poco, a ellos pertenece el primer autor registrado en la historia de la humanidad, la sacerdotisa Enheduanna.
Sumeria se desarrolló en el territorio que hoy ocupa Irak, nación sobre la cual el gobierno norteamericano ya nos demostró de qué habla Obama.
¿O tú cómo la ves paisana?
