Una obra confronta a vecinos de la colonia Rubén Jaramillo

 

 

La señora Martha tiene tres nietos de entre 2 y 8 años, quienes desde hace mes y medio tienen prohibido salir de su casa porque afuera de su vivienda hay un pozo de 6 metros de profundidad que se formó con una obra del gobierno del Estado.

En la calle Venus de la colonia Rubén Jaramillo, ubicada a espaldas del Residencial Interlomas pero en otra loma, una de alta marginación, el gobierno de Quirino Ordaz Coppel comenzó a construir una barda de 6 metros de altura en medio de una calle de terracería.

El plan original consistía en pavimentar la calle como parte del programa de pavimentaciones que el gobierno del estado lleva a cabo en todo Sinaloa. Sin embargo, una vez que inició la construcción se optó de forma repentina, por construir un muro.

A partir de ahí, el muro enfrentó a los vecinos en un conflicto social que actualmente tiene detenida la obra por lo menos desde hace mes y medio.

Las versiones de los vecinos sobre el conflicto son diversas, depende si viven en la parte de arriba de la calle o en la parte de abajo. Dos zonas que ahora están divididas por un enorme muro en proceso de construcción.

“Están peleadas la gente de abajo y la gente de arriba, las de abajo la quieren privada y las de arriba quieren que quede libre el paso, es vía pública”, explica el esposo de doña Martha, uno de los vecinos de la parte de arriba, quienes tienen afuera de su hogar un enorme pozo creado con la construcción del muro.

La señora Martha y su esposo, quienes viven en la parte alta de la loma, han tenido que construir poco a poco un angosto e improvisado camino de tierra para poder acceder a su casa.

Entre montones de tierra y escombro, la familia de Martha entra y sale de su hogar por una pequeña vereda que a su lado derecho da hacia el profundo pozo que la constructora contratada por la Secretaría de Obras Públicas dejó abierto, una vez que la obra fue interrumpida.

En entrevista, el subsecretario de Obras Públicas de gobierno del Estado, Cuauhtémoc Rosales Inzunza, admitió que el plan original no contemplaba un muro pero debido a la pronunciada pendiente del cerro, se decidió edificar la barda para dividir la calle en dos.

El funcionario público señaló que no tienen fecha exacta para reiniciar los trabajos, ya que según aseguró, los propios vecinos le han impedido a la constructora continuar con la obra.

Una vez que puedan retomar la construcción, Rosales Inzunza calculó que la obra llevaría otros tres meses más en concluirse.

Sin embargo, el contrato de la obra no está disponible de forma pública en el portal de Compranet Sinaloa y la Subsecretaría de Obras Públicas se negó a proporcionar los datos exactos de cuándo se contrató la obra, cuándo debió haber terminado, así como los montos exactos de su costo.

Rosales Inzuza se limitó a admitir que la obra ya está retrasada respecto a las fechas pactadas en el contrato.

Debido a la negativa de la autoridad, no se pudo confirmar cuánto tiempo lleva la problemática en la colonia Rubén Jaramillo. Según los vecinos, la obra comenzó en octubre y se detuvo en diciembre. A lo largo de enero y lo que va de febrero, los trabajos han estado detenidos. El conflicto lleva ya casi cinco meses.

 

Culpa Estado a los vecinos

La autoridad encargada de la obra en la colonia Rubén Jaramillo culpó directamente a los vecinos como los responsables de detener la obra y además generar “polémica” ante la prensa.

Y es que en la semana que transcurrió, diversos medios de comunicación han dado voz a los vecinos de la calle Venus, quienes acusan las condiciones deplorables en las que se encuentran desde que comenzó la obra y se generó la inconformidad.

En defensa de la construcción, el funcionario mostró fotografías de la calle antes de ser intervenida y un plano en el que explica que la pavimentación no era factible.

Rosales Inzunza explicó que de haber pavimentado la calle se habría dejado con diferentes niveles a las casas en relación con la calle. Algunos quedarían con accesos a sus hogares, muy por encima del nivel de la calle.

“No es posible que un carro baje o suba, si nosotros hacemos una calle con una pendiente hay que quitar todo el cerro y las casas van a quedar muy arriba de la calle. Vemos las condiciones de la calle y se determina hacer un muro en medio y entonces todos van a salir ganando nivel de calle con nivel de casa”, enfatizó.

Sin embargo, el subsecretario de Obras Públicas dijo que una vez que lo vecinos se opusieron al muro, algunos comenzaron a atravesarse a las góndolas impidiendo a la constructora continuar con su trabajo, por lo que la obra tuvo que detenerse.

“Ellos no dejan (vecinos). Llegan las góndolas a tratar de rellenar y hay una persona que se les atraviesa y lo que hace la constructora es que se retira”, dijo al argumentar por qué la obra está detenida.

Rosales Inzunza mencionó que en los próximos días se buscaría la ayuda de la autoridad municipal para poder reiniciar las labores.

Durante la entrevista se solicitó las fechas exactas en las que se contrató la obra y cuándo debía de haber terminado, así como el nombre del contratista. Sin embargo, el subsecretario de Obras Públicas en un primer momento manifestó no recordar el dato, pero ante la insistencia de la prensa se molestó y elevó el tono de voz.

El funcionario exigió que el reportero pidiera la información a través del sistema web de acceso a la información pública, una solicitud que se lleva por lo menos 10 días en ser contestada.

En ningún momento de la entrevista, la subsecretaría especificó cuánto tiempo lleva la obra en la colonia Rubén Jaramillo, desde que comenzó, fue detenida y luego se abandonó.

En el transcurso de la semana, regidores del Ayuntamiento de Culiacán se enteraron de la problemática y la expusieron ante el Cabildo.

Los regidores Imelda Castro, Miguel Martínez e Irán Zazueta expresaron haber conocido de la inquietud de los vecinos y pidieron al ayuntamiento que interviniera en defensa de los colonos. Acordaron visitar el lugar y conocer la problemática de primera mano, pero hasta el cierre de esta edición, todavía no habían acudido al lugar.

 

Tres meses más

En la parte de abajo del muro, Manuel sale de su casa por unas escaleras de madera improvisadas, pues la puerta de la vivienda ha quedado varios metros arriba de la calle, debido al raspado que se realizó durante la obra.

El joven cruza la calle y se mete al patio de la casa que está frente a su hogar. Pasa entre los tendederos llenos de ropa recién lavada por su vecina y sigue entre el monte. Sube por un camino de tierra y escala con una mano un pequeño cerro, mientras en la otra carga con su maletín.

Se dirige al trabajo pero con el muro que se ha construido afuera de su hogar debe entrar a propiedad privada para poder llegar a la calle donde pasa el camión urbano que lo llevará a su oficina.

—¿Cuánto tiempo tienes haciendo este recorrido? —se le pregunta a Manuel, mientras se le acompaña caminando por el cerro.

—No sé exactamente, pero ya son varios meses, todos los días tengo que cruzar por aquí y lo peor es que parece que los vecinos ya se molestaron y van a cerrar el paso, responde Manuel sin detener su camino.

Según el gobierno del Estado, una vez que logren reiniciar la obra, esta tardaría tres meses más en concluir.

 

Artículo publicado el 18 de febrero de 2018 en la edición 786 del semanario Ríodoce.

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