Los policías salvadores durante ataques para liberar al hijo del ‘Chapo’

balaceras

“Bajen a la gente, bajen a la gente. Pase hasta el frente, madre, pasen hasta el frente, por favor, bajen por favor, del otro lado del puente es mejor para ustedes, allá están los compañeros, ellos los van a subir…”

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—¿Qué está pasando?

—Una tracatera, padre. Una tracatera fea…

En medio de la refriega, ahí estuvieron policías municipales de Culiacán.

No sabía, dicen, qué ocurría con exactitud, solo que una parte de la ciudad —Tres Ríos, Chapultepec, Tierra Blanca y el Centro— estaba siendo tomada por grupos criminales que disparaban sus armas de fuego.

—Ahí está la gente —dijo uno de los elementos.

—Hay que traer a la gente —le responde otro.

—Vamos a traer a la gente, plebes. La gente, la gente…

—Vénganse con la bici, vénganse

Se escuchaban los disparos y personas corriendo a tratar de esconderse. Eso quedó grabado en videos con las cámaras instaladas en los cascos de los elementos.

“Rápido, córrele mija. Oríllate, corre por la orilla. Órale, señores… con cuidado, gente”.

Las balaceras comenzaron a las 15:00 horas en el Tres Ríos, hora en la que decenas de familias se trasladaban a sus casas para dejar a sus hijos o a comer en alguno de los restaurantes del sector. Ahí, los policías municipales se coordinaron para obligar a las personas a refugiarse.

“Nosotros pensamos en salvar gente, nos enfocamos en ellos, en sacarlos, los metíamos a negocios y a tiendas, y los encargados aceptaban eso, nos ayudaban”, dijo Erasmo Medina, policía municipal de Culiacán desde hace 23 años.

“Pensamos primero en ellos y después en nosotros, aunque no sabíamos qué estaba pasando, porque a nosotros no nos dijeron qué pasaba. Como elementos nos sorprendió un hecho relevante de esa magnitud, y más que nada, lo que a nosotros nos compete es salvar a la gente. Es el compromiso que tenemos”, agrega.

“Me quedé encerrada en la panadería, no me puedo ir a casa y aquí hay dos clientas”, narró Ana Bertha Félix, quien dirige una panadería en el Centro de Culiacán.

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Luego llegaron más personas que fueron llevadas por la Policía Municipal.

“Mi hermana veía cómo los policías metían a la gente a las casas, a los departamentos y a los negocios”, aseguró Natalia Reyes, habitante del Centro de la Ciudad.

Ahí estuvieron los policías, quienes por el radio solo tenían una orden: evitar muerte de civiles en las calles.

—¿Y sus familias?, ¿qué hicieron, les hablaron?

—No. En ese momento no podíamos atender llamadas y solo estábamos enfocados a salvar a la gente. Yo tenía muchísimas llamadas, pero no podía contestar hasta que terminó —dijo un policía municipal.

“Ya que llegué a la casa mi hija más chica estaba llorando, mi esposa también. Me abrazaron muy fuerte y les dije que estaba trabajando”.

Artículo publicado el 27 de octubre de 2019 en la edición 874 del semanario Ríodoce.

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Operativo de fuerzas federales en el sector de La Lima, tras enfrentamiento ocurrido la madrugada de este domingo en Culiacán, que dejó un elemento de la Guardia Nacional (GN), muerto y otro lesionado .
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