El ex presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, señaló que como nunca se enfrentan a “una ofensiva sin precedentes” por parte del gobierno español, pero ellos han preferido no caer en la violencia.

En su primera rueda de prensa en Bruselas, denunció la “represión del Estado español” y demandó al “pueblo de Cataluña que se prepare para un camino largo” para llegar a construir la nueva República, informó La Jornada.

Puigdemont, quien se encuentra refugiado en Bruselas desde el pasado 27 de octubre, ofreció la primera rueda de prensa desde que salió de forma furtiva de Cataluña, y lo hizo en el Club de Prensa de Bruselas.

Ante decenas de medios de comunicación, el líder independentista reiteró el mensaje que ha estado diciendo en los últimos días, ya sea a través de artículos de prensa o de apariciones periódicos en los medios públicos catalanes.

“Nos enfrentamos a una ofensiva sin precedentes. Contra un aparato judicial que pretende condenar con penas que sumarían 500 años a los miembros del gobierno. Pero nosotros acordamos que el gobierno catalán sería prudente, moderado y cauto. El PP y el PSOE no asumen que tienen un problema político inmenso que no saben afrontar de otra manera que con la represión”, señaló.

Insistió en que “este gobierno habría podido optar por forzar a los funcionarios fieles al gobierno, pero ha preferido que no hubiera enfrentamiento ni violencia. No se puede construir la república de todos desde la violencia. Si el Estado español quiere eso será su decisión. El gobierno dijo que no pondría a los funcionarios en una situación de riesgo y difícil, que no los obligaríamos a tomar partido, aunque el precio sea ralentizar el proceso de construcción de la República. Es un acto de coherencia que la República catalana será un Estado diferente”.

Puigdemont también insistió en su estrategia de “internacionalizar” el conflicto catalán y de llamar la atención de la Unión Europea (UE), que hasta ahora ha expresado su apoyo cerrado al Estado español y a la intervención que llevó a cabo en la administración catalana a través del artículo 155 de la Constitución.

“Hemos priorizado denunciar en el mundo y en Europa el conflicto catalán, poniendo en evidencia la postura cerril del Estado español, con su enorme déficit democrático a pesar de nuestra determinación por el diálogo. Así que vamos a apoyar a las diferentes iniciativas para evitar que el artículo 155 se siga aplicando y acabe por desmantelar el sistema institucional catalán. La gente que salvó a las escuelas el 1 de octubre también salvará nuestras instituciones. Los problemas se resuelven votando, no teniendo presos políticos ni golpeando a la gente”.

Insistió en su petición a la comunidad internacional y a Europa para que “reaccione, porque está en juego la democracia, la libertad, la libre expresión, la no violencia. Es un reto enorme que todo el mundo debe asumir. Y al pueblo de Cataluña le pido que se prepare para un camino largo porque nos enfrentamos a un Estado que está dispuesto a utilizar la violencia para que renunciemos a nuestros ideales. Pero no lo conseguirán y seguiremos adelante hasta el final”.

En las calles de Bruselas también se registraron manifestaciones en contra y a favor de la independencia de Cataluña, sobre todo a raíz de la visita de 200 alcaldes catalanes, que cantaron el himno catalán en el centro de la ciudad y fueron custodiados por la policía, ante el temor de que se registraron enfrentamientos entre ambos bandos.