El mundo lamenta todavía la invasión de Ucrania por el ejército ruso –guerra que se extendió más de lo que los expertos previeron–, cuando mira con espanto la nueva guerra entre Israel y los palestinos debido a un sorpresivo ataque del grupo Hamás, que no representa al pueblo palestino, pero que ha estado controlando de facto la Franja de Gaza desde hace algunos años.
Es un problema bíblico, dirán algunos y hay, en la disputa por el territorio, elementos religiosos como caldo de cultivo, pero, sin duda alguna es eminentemente político y nace cuando, después de la segunda guerra mundial, los líderes occidentales decidieron crear el Estado de Judío y que este debía tener su asiento en Palestina, desplazando a millones de palestinos que ya estaban allí porque era su territorio, aunque bajo mandato británico.
Los palestinos son millones y después de guerras contra los judíos, a las que se sumaron Egipto, Jordania, Siria e Irak, están distribuidos en el propio territorio de Israel bajo ciertas reglas, en Cisjordania, con reglas también impuestas por los israelíes, y en la Franja de Gaza, donde impera una segregación inhumana y absurda para los tiempos modernos, un clásico y criminal apartheid.
En resumen, los palestinos no tienen país gracias a una decisión que tomaron las potencias que se repartieron el mundo después de la segunda guerra mundial. Tienen historia, credos y creencias, son una comunidad… pero no tienen país ni un gobierno propio, si leyes propias ni instituciones propias. Y esto lo avalan organismos como la ONU, controlada siempre por esas grandes potencias, y hasta una parte de los países árabes.
Desde finales de los años 40´s, que las potencias occidentales decidieron despojar de su territorio a los palestinos, armaron a Israel para que se defendiera. Por ello Israel es ahora una poderosísima potencia bélica. Y nunca los palestinos podrían ganarle una guerra a Israel si este país ataca con tanques y los palestinos se defienden con piedras. Pero igual los judíos no podrán exterminarlos, aunque esa sea su intención, el exterminio. Para los judíos, los palestinos deberían desaparecer. Y la misma condición que tuvieron ellos frente a la locura criminal del nazismo, han pretendido dar a los palestinos frente a la suya.
No hay una salida por medio de la guerra, los judíos podrán arrasar con la Franja de Gaza, pero no van a exterminar a los palestinos, como Hitler no los exterminó a ellos a pesar del genocidio atroz del que el mundo fue testigo. Urge una solución y esta solo puede venir de una negociación que implique que los palestinos tengan su propio territorio, su país y el reconocimiento del mundo como nación soberana.
Pero no hay que esperar mucho de las naciones líderes del mundo, que en vez de buscar una solución están tratando de facilitarle a Israel la “limpieza étnica” que se han propuesto y que significa barrer a los palestinos de la Franja de Gaza y empujarlos hacia Egipto, a donde les han “sugerido” ir ante la amenaza de invadir por tierra la Franja y bombardearla por aire hasta no dejar una edificación en pie.
Los palestinos tienen más de 70 años luchando por un territorio, por su territorio, y siempre, como lo dijo alguna vez Yaser Arafat, el más importante líder palestino en esta guerra, han traído en una mano una rama de olivo—símbolo de la paz—pero en la otra un fusil.
Pero el fin de esta guerra y el inicio de una negociación debe estar en manos del mundo entero, de los pueblos, no de dos o tres potencias. Estamos en el umbral de un nuevo genocidio y los pueblos, las naciones y sus gobiernos, no pueden ser indiferentes ante esta amenaza. Vemos en el cine y en la televisión las imágenes del holocausto y lloramos y nos preguntamos cómo pudo el ser humano llegar a estos niveles de barbarie.
Bola y cadena
PUES LLEGAMOS ASÍ, LAMENTÁNDONOS, pero con los brazos caídos. Las últimas dos generaciones ni siquiera sabían que en el mundo había palestinos, menos que estaban segregados en el patio trasero de un país que fue impuesto por las grandes potencias. Se enteraron porque el grupo radical Hamás decidió lanzar un ataque provocador y en cosa de minutos las imágenes le dieron la vuelta al mundo. Nos dijeron que los palestinos son el demonio y les creímos, que habían degollado a 40 niños y les creímos, aunque nunca hayan aparecido por ningún lado. Y que lo mejor es exterminarlos, y solo levantamos los hombros.
Sentido contrario
UNA DE LAS ARMAS DE LOS EJÉRCITOS en guerra, de las más importantes, es la información. Y esto es porque bien o mal, la gente asume posiciones ante el conflicto, y juzga. En varios países de Europa se han llevado a cabo manifestaciones en apoyo a Hamás. Y en algunas los manifestantes han sido reprimidos. No se trata de apoyar soluciones radicales que impliquen el sacrificio de civiles ni de una parte ni de otra. Hay que ir al fondo del conflicto. El problema nació cuando los palestinos fueron despojados de su territorio hace tres cuartos de siglo. De esto hay que partir.
Humo negro
¿POR QUÉ EL EMPEÑO DE LOS directivos de la UAS para retrasar los juicios? ¿Esperan una decisión política del centro en medio del conflicto con el gobierno estatal? ¿No decían que estaban listos? Revocar los nombramientos de sus abogados defensores fue una jugada que solo les da unos días más, pero igual tendrán que sentarse en el banquillo y defenderse. Y escuchar la sentencia del juez. Eso es inevitable.
Artículo publicado el 15 de octubre de 2023 en la edición 1081 del semanario Ríodoce.
