Robots agrícolas vs tractores viejos

dron

La revolución digital está transformando la agricultura. Sinaloa puede trabajar para ponerse en la punta y que este sea un motor del relanzamiento de la economía estatal.

Sin embargo, si no ese elabora una estrategia incluyente, el sector social puede quedar excluido y caer en la pobreza pero si ni siquiera se elabora un plan estratégico perderemos competitividad y los capitales locales emigrarán.

La agricultura está cambiando. La inteligencia artificial permite usar los datos que registran los satélites o drones para determinar el estado de la siembra en vez de recorrerla a pie; posibilita respaldar la toma de decisiones rápidas a través de modelos predictivos y hace posible mantener sistemas de seguimiento continuo, todo el día y todos los días.

Los robots agrícolas son una tendencia fundamental. Ya se están utilizando robots agrícolas en el campo para ayudar a los agricultores a medir, cartografiar y optimizar el uso del agua.

El robot de deshierbe, a su vez, permite la eliminación de malezas de los cultivos con un alto grado de precisión.

La agricultura de precisión es un ejemplo de una aplicación de la Internet de las cosas en la agricultura.

El uso de sistemas de orientación, de tecnologías de dosis variable y de drones también pueden reducir el uso de agua y plaguicidas, así como los costos de mano de obra y de recursos.

Este nuevo contexto mundial hace preciso un replanteamiento radical, en Sinaloa, por parte de los responsables de las políticas, las organizaciones y los líderes empresariales. Que todo siga igual no es la solución.

Hasta ahora los países desarrollados encabezan la aplicación a escala nacional de estrategias para la agricultura digital.

En algunos casos, esto se debe a la integración del sector agroalimentario como objetivo clave dentro de las estrategias digitales nacionales existentes que tienen por objeto transformar la economía y la sociedad.

Los pequeños productores y otras personas que viven en las zonas rurales corren especialmente el riesgo de quedar rezagados, no solo respecto de la alfabetización electrónica y el acceso a los recursos digitales, sino también en cuanto a la productividad.

La introducción sin más de las tecnologías no basta para obtener resultados. Será necesario que los sistemas sociales, económicos y normativos ofrezcan las condiciones básicas y los habilitadores de la transformación digital. La “Ley de la Disrupción” (Downes, 2009) postula que la tecnología cambia exponencialmente, pero a los sistemas económicos y sociales les cuesta seguir el mismo ritmo.

Crear una cultura agroempresarial digital sostenible es un proceso político y práctico. Requiere un entorno propicio que permita asumir riesgos, relaciones basadas en la confianza entre las partes interesadas, oportunidades financieras, servicios profesionales, un ecosistema digital sostenible, la disponibilidad de aptitudes adecuadas y una actitud orientada a compartir o a la “innovación abierta”.

Para establecer un “ecosistema de la agricultura digital” se necesita un entorno propicio para la innovación por parte de los agricultores y agroempresarios. Ya existe una creciente financiación y colaboración en materia de proyectos de agricultura digital, y las nuevas empresas están comenzando a atraer a los inversores internacionales y la atención de los medios de comunicación.

En el sector agroalimentario, la transformación digital cambiará la estructura del mercado laboral y la naturaleza del trabajo. Es necesario desarrollar un modelo de capacitación en aptitudes digitales destinado a los agricultores.

La educación es el factor más importante para acelerar la innovación y la transformación digital. Los gobiernos deben adoptar un enfoque de tres vertientes a fin de estimularla investigación y el desarrollo (I+D) y la educación en materia de innovación: invertir en I+D, incrementar la I+D y trabajar con una amplia coalición de asociados a fin de reformular la educación de modo que se haga hincapié en las herramientas de aprendizaje electrónico, el aprendizaje práctico e independiente, las recompensas a la experimentación, el pensamiento crítico y la alfabetización digital, financiera e informática.

Cerrar las brechas con el conocimiento más avanzado en la agricultura digital es una oportunidad y es muy posible.

Se debe iniciar por crear un Think tank, un centro de pensamiento sobre agricultura digital de élite mundial aquí en Sinaloa y por negociar colectivamente con las empresas tecnológicas de punta en lugar de hacerlo en forma individual.

Artículo publicado el 26 de enero de 2019 en la edición 887 del semanario Ríodoce.

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