Las políticas se abrazan y se lanzan elogios…. las madres, en silencio

Doña Mirna Nereida Medina Quiñónez en su andar paleando entre el monte y el peregrinar en oficinas públicas, se volvió conocedora de muchas tragedias familiares y de repente se encontró con que las víctimas femeninas de violencia aumentaban día a día, por diversos motivos.

Y en silencio, el grupo Rastreadoras de El Fuerte decidió crear un albergue para mujeres maltratadas, que finalmente se convirtió en refugio. Contrarias a los procedimientos políticos femeninos de cacaraquear una obra ajena, ellas no necesitaron aplausos, ni “cebollazos”, ni fotografías de primeras piedras, ni develación de placas, tampoco discursos incendiarios o de besabotas, y mucho menos recursos públicos aportados por miles de contribuyentes para proteger a las mujeres que consideraran estaban en riesgo.

El dinero lo sacaron de sus propias historias que fueron publicadas en un recetario que todavía se vende al público, y sus protocolos de aceptación al refugio fueron escritos en el sentido común de cada una de ellas. Así han funcionado y así continúan trabajando, protegiendo, en silencio, sin fotografías de por medio.

Pero el pasado jueves, en silencio llegaron a la carpa que se levantó en el cruce de Paciano Contreras y G. Ortega, en el fraccionamiento Paseo Alameda de Los Mochis, y se acomodaron en las últimas filas, porque las primeras estuvieron reservadas para acarreados y burócratas que llegaron a hacer bulto.

Atestiguaron los elogios mutuos de la Secretaría de las Mujeres del Estado de Sinaloa, María Teresa Guerra Ochoa, de la Comisionada Nacional para la Prevención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, María Fabiola Alanís Sámano, y del secretario de Obras Públicas del Estado, José Luis Zavala Cabanillas, en la víspera de que este último explicara el gasto de 13 millones de pesos en la edificación de la sala de recepción y espera, siete cubículos de atención, ludoteca, consultorio médico, cámaras Gesel, bodega, cisterna y sanitarios, albergue temporal y asesorías psicológica, psiquiátrica, jurídica, educación y trabajo social, del Centro Regional de Justicia para Mujeres que beneficiaría a las féminas en situación de riesgo de Ahome, El Fuerte y Choix.

Medina Quiñónez y su grupo se mantuvieron atentas a los discursos en los que ponderaban la benevolencia de las políticas públicas de la 4T y que fustigaban con rigor a los sexenios anteriores, a quienes, de paso, colgaron la responsabilidad, autoría y negación de la violencia contra las mujeres.

Ya sin micrófono, Guerra reconocía que Ahome es un municipio con alta incidencia de denuncia por violencia contra la mujer con un recrudecimiento de feminicidios. A ese volumen de denuncia le siguen Guasave, El Fuerte y Sinaloa municipio.

Las causas detonantes han sido adicciones y celopatía, pero a muchos agresores les incomoda el liderazgo que han tomado las mujeres.

Alanís Sámano, coincidió parcialmente con Guerra sobre las causas de la violencia femenina, pues generalizó que estas son la exclusión, marginación y pobreza, causales que se combaten con políticas públicas acertadas como son el incremento del 26 por ciento en la economía familiar marginales y la creación de la red de apoyo, cuyo desafío es llegar a los hogares para educar en que la violencia contra las mujeres no es normal.

Esto ha permitido que el feminicidio disminuyera en 15.5 por ciento al 1 de junio del 2023 aunque las cifras permanecen altas en Guanajuato, Estado de México, Baja California y Jalisco.

La mayoría de los casos están vinculados a relación de pareja, y se está trabajando para una política de impunidad cero al abuso infantil y en general de la violencia contra la mujer, incluyendo a la violencia vicaria, que se busca sea investigada con protocolos de género.

Alanís Sámano dijo que Sinaloa bajó en violencia contra la mujer hasta el sitio 24 del ranking nacional, lo que ha permitido que, de 17 muertes violentas, solo dos sean consideradas como homicidios dolosos.

Insistió que la sociedad debe entender que no es normal la violencia contra las mujeres: humillación pública, irrespeto, ninguneo, socavar sus derechos, abuso sexual, abuso infantil, y descartar que la responsabilidad sea de particulares porque se da al interior de los hogares.

“Es un problema público, de Estado, de Gobierno, de las instituciones, es por ello que la administración federal ha construido 645 centros, 500 unidades especiales de atención de mujeres y 120 refugios, el tercero en Los Mochis.

Mirna y su grupo se alejan de la comitiva que buscan la foto y la pose en la construcción, y concluyen: “Se le está poniendo ganas al asunto, pero lo ideal es no hubiera nada; no debería haber estos centros, estos deben de estar vacíos. Pero hay muchas mujeres violentadas”.

Fuente: Comisión Nacional para la Prevención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres.

Artículo publicado el 13 de agosto de 2023 en la edición 1072 del semanario Ríodoce.