(Irse al otro lado) Más que vanagloriarse y presumir el éxito de la Feria del Empleo México-Estados Unidos, deberíamos avergonzarnos. Primero, el secretario de Desarrollo Económico Aarón Rivas, después el gobernador Mario López y de paso hasta el secretario del Trabajo Alfonso Navarrete. Vergüenza, que miles sean empujados a un empleo lejos de la tierra, la casa y la familia, porque aquí en Sinaloa no lo obtienen.
Que la policía sea necesaria para contener y mantener a ralla no a delincuentes sino a quienes buscan empleo es lastimoso. Soportaron a la intemperie uno de los peores aguaceros de la temporada —se inundaron otra vez 17 colonias en Culiacán con 100 milímetros de agua en tres horas—, durmieron ahí haciendo fila, y solo uno de cada cuatro de los más de 3 mil asistentes quedaría en posibilidades de obtener una de las mil 263 visas que ofrecía el gobierno americano.
Los gringos no vinieron buscando ingenieros competentes —como migran tantos de Korea o Japón—, ni enfermeros o médicos —como reciben a los filipinos—, no, querían emplear jardineros, operadores de camiones, empleados de hoteles, lavaplatos en restaurantes, ayudantes en la construcción, jornaleros en el campo. Lo peor remunerado en la escala, lo que los americanos, chinos, japoneses, italianos, afroamericanos, irlandeses no quieren hacer. Es como una migaja para el hambriento.
Solo esas dos vertientes son motivo de vergüenza: la primera el número de asistentes y la desesperación; la segunda, el nivel del empleo que ofrecen los gringos.
Que el gobernador Malova suelte ahí que “se están construyendo las bases para un mejor futuro económico de Sinaloa, que será en pocos años uno de los estados más competitivos del país, y en consecuencia, habrá más empleos y mejor pagados”, es desafortunado, fuera de lugar, una burla. Que guardemos silencio ante lo evidente es igualmente vergonzoso. En todo caso, debió otorgar una disculpa pública por no poder generar las condiciones para que esos miles se queden aquí. Con un trabajo legítimo y remunerado según sus capacidades.
Vale recordarles a las autoridades que festejaron la Feria, a Rivas, López, Navarrete y Torres, que competitividad es, “la capacidad de atraer y retener inversiones y talento”, así de sencillo lo define el IMCO, así de fácil para que lo recuerden.
MARGEN DE ERROR
(Menos con menos) Y cuando esos miles reclaman empleo, hay que explicarles también a un jornalero, ayudante de albañil, mesero o repartidor, que hoy gana en México 20 pesos menos que hace 20 años. Podría entenderlo mejor que el economista que dio el dato, aun cuando se muestre desconcertado. Y es que en pesos reales el salario mínimo compraba 78.84 pesos actuales, y hoy solo significa en realidad 57.71 pesos.
No puede sonar más que chocante —bizarro ajusta mejor, pero en el significado que ofrece como galicismo— la discusión sobre los salarios mínimos que lleva ya dos semanas en México. El Secretario del Trabajo Alfonso Navarrete, atribuyéndose que ellos iniciaron la discusión, el jefe de gobierno del DF, Miguel Mancera, amenazando que lo desaparecerán… Ellos discutiendo, y aquí está lo chocante: 6.4 millones de trabajadores cobrando un salario mínimo como pago por su empleo, otros doce millones apenas entre uno y dos salarios mínimos.
¿Por qué prefieren entonces irse al otro lado?
MIRILLA
(El nuevo Peña) Cerca del segundo informe, el Presidente Enrique Peña volvió al maquillaje, las luces y al aire. Y es que aprobadas las reformas y concluida esa etapa de necesidad de acuerdos, ahora el Presidente toma mejor otra carretera. Da un viraje en la política de comunicación y vuelve a la televisión principalmente. Ahí es donde se siente más cómodo Peña Nieto, es su hábitat. Fuera de él se le nota errático.
Lo que sí es evidente que hasta ahora a la Presidencia le han resultado acertadas sus estrategias en comunicación. Primero “modificando la narrativa”, en el tema de seguridad pública. Lograron quitarle presión. Luego, en posicionar el tema de las reformas estructurales sin polarizar al presidente con las fuerzas políticas. Ahora, la esperanza del horizonte luminoso que esas reformas traerán al país. Al menos, eso es lo que se vende.
PRIMERA CITA
(¿Y ahora qué?)
La inédita unión de empresas de comunicación en Sinaloa, que extrañó a periodistas de medios de cobertura nacional, a la propia autoridad empezando por el gobernador Malova, se dibuja incierta para continuar en alguna reforma de fondo que implique un nuevo tema, el que sea.
Las agendas periodísticas y de intereses podrían tomar caminos distintos luego de la derogación del artículo 51 Bis. O por el contrario, podrían convertirse en un legítimo contrapeso ante cualquier tema. Por desgracia o fortuna se vislumbra más lo primero que lo segundo. Un frente de medios con puntos comunes en la agenda sería un terrible lastre para cualquier autoridad.
Esa primera cita del No al 51 Bis podría quedarse en eso. Un buen encuentro para recordar, al fin que siempre tendremos París.
DEATRASALANTE
(Los pluris) En 1977, la reforma de Reyes Heroles abrió una pequeña válvula a la presión política. Desde el mismo sistema se promovía la inclusión de grupos que hasta entonces se mantenían en la clandestinidad e incluso en choque violento con el gobierno. Entre otros temas destacaba el sistema de representación plurinominal, que hoy desde el partido que lo gestó, el PRI, se pretende adelgazar. Y es que César Camacho anunció que promoverá una consulta pública en las próximas elecciones, preguntando si aprueban eliminar 100 plurinominales del Congreso Federal.
Las plurinominales no era un invento de Reyes Heroles, ni mucho menos. Existía y existe en muchos países. Y funciona cabalmente. Buscaba abrir la representación en los parlamentos de diferentes fuerzas políticas y evitar la sobrerepresentación de algún partido. Y lo logró. Tan es así que desde 1997 —es cierto que tuvieron que pasar 20 años exactamente— ningún partido cuenta con la mayoría absoluta en la Cámara (no creo necesario aclarar que antes siempre la tuvo el PRI) lo que ha permitido lo que se conoce en la teoría política como gobiernos divididos que con todos los asegunes es cómo se gobierna en democracia(PUNTO)