El mundo en 2019 es la cabeza en la portada de la famosa revista The Economist, donde como todos los años su equipo de periodistas construye un ejercicio de prospectiva para anticipar los elementos que van a componer el año que está por iniciar. La ilustración de la portada imita el estilo del Estudio de las proporciones del cuerpo, de Leonardo Da Vinci, a propósito de los 500 años de su muerte, y encabeza sus trabajos una afirmación arriesgada: el fin de la hegemonía de América.

The Economist no hace un recuento de las noticias del año que concluye, sino una prospectiva del año que viene basándose en los sucesos ocurridos en el pasado. Un ejercicio de periodismo atrevido y arriesgado.

En México, a propósito de la muerte de la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso y el Senador Rafael Moreno Valle, se dio vuelo a una noticia de una adivinadora que supuestamente anticipó la muerte de ambos políticos. Un ejercicio de prospectiva a la mexicana. En realidad la mujer lo que hizo fue decir una generalidad, muy simple, y por tanto aplicaba para cualquier suceso de este tipo.

¿En qué ayuda la prospectiva? Primero que todo a reconocer las situaciones que se van a presentar basado en evidencia, no en adivinaciones. Al país desde hace mucho tiempo le ha hecho falta una visión a largo plazo en la toma de decisiones. La vida pública se ajusta a periodos sexenales, que se quedan cortos ante una realidad con visiones generacionales, no de periodos de gobierno.

Justo es aquí donde radica el primer reto de Andrés Manuel López Obrador, romper con la visión sexenal del país para construir una visión generacional. Y eso no significa, como dicen sus críticos, una ampliación de su mandato —al estilo Chávez en Venezuela o Evo en Bolivia— sino consistencia en las políticas públicas por la vía del involucramiento de los actores interesados y de los ciudadanos en general.

Lo que más daño hace a México es que en un sexenio se aprueben grandes reformas y al siguiente ni funcionen o se derrumben, como es el caso de la reforma educativa o la energética. Revela a un país, un gobierno y una sociedad sin rumbo, que no sabe dónde va.

Lo mismo aplica para el resto de los temas que conforman la columna vertebral de la vida pública de un país. En México se han construido siempre sueños y buenas intenciones, pero no soluciones a los retos que enfrenta.

Margen de error

(Cómo gastar) Morena tiene un reto mayúsculo en el Congreso: ser gobierno desde el Legislativo. Y su arma más poderosa es justamente la designación del presupuesto. Al aprobar la Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos de 2019, la mayoría de diputados estarían dictándole al Ejecutivo cómo y dónde debe gastar. Así se colocaría como el verdadero contrapeso de un poder frente al otro.

El margen de las finanzas, sin embargo, es muy estrecho y aparentemente se puede hacer muy poco. Ese es el discurso que desde el Ejecutivo se repite. Cierto que los presupuestos están comprometidos, dependen demasiado de la federación y aparte el Ejecutivo envía un paquete donde establece sus prioridades y sus intereses. Tradicionalmente el papel del Legislativo fue solo de validar los presupuestos al Gobernador en turno, con apenas alguna modificación simple que no representaba importancia en el total, para dejar establecido que sí hacía cambios al documento del Gobernador.

Si Morena repite ese comportamiento no habrá ganado el espacio que merece como poder del gobierno. Hace falta mucho ingenio, pero especialmente es necesaria una idea de Estado para involucrar al Ejecutivo en las prioridades que desde el Legislativo también es posible establecer.

Mirilla

(Cercados) Culiacán está cercado. Contingentes de fuerzas federales y locales se apostaron en salidas y entradas de la ciudad en todos los puntos cardinales. Esa es, hasta ahora, la única acción visible del Plan Estratégico de Paz y Seguridad 2018-2024 de López Obrador. Es demasiado poco y aislado como para dar los resultados que se esperan, aunque se necesita tiempo para conocer el Plan completo, con qué otras acciones estará encadenándose para ir disminuyendo los índices delictivos en zonas de conflicto, como Culiacán.

Casi por cumplirse un mes del gobierno de López Obrador no se nota ninguna diferencia con su antecesor en materia de políticas de seguridad pública, como con Peña Nieto tampoco surgió diferencia alguna con Felipe Calderón. Roma no se hizo en un día, y una estrategia de largo aliento en el tema de combate a la violencia en México llevará más días que construir un imperio… de legalidad, sin impunidad.

Deatrasalante

(Espectacular) Felipe Calderón fue estruendoso desde el inicio al recurrir al Ejército Mexicano en su guerra contra el narco. Cada movimiento estuvo caracterizado por la espectacularidad. En 2008, cuando hicieron su arribo a Culiacán, por ejemplo, desfilaron tanquetas y centenares de uniformados desde el aeropuerto a la Novena Zona Militar. Una fila que parecía interminable.

Después, muchas de las acciones castrenses fueron igualmente enfocadas al espectáculo más que a los resultados.

A la larga queda demostrada una verdad que le regatean constantemente al panista Felipe Calderón, y es que o es el Ejército quien encabeza la lucha contra la inseguridad o nadie más. Presidente de tres partidos distintos han tenido que tomar la misma decisión (PUNTO)

Columna publicada el 30 de diciembre de 2018 en la edición 831 del semanario Ríodoce.