A los del Partido Verde, el mes de la patria les gustó para poner en práctica la “austeridad republicana” que se avecina con la falta de financiamiento en 2019.

Atrás quedó la “ola verde” de José de Jesús Galindo Rosas, el Pacho, suplente del otrora propietario diputado federal Quirino Ordaz Coppel, y cierran las oficinas de la Coordinación Municipal del Partido Verde Ecologista de México, en Mazatlán, por falta de dinero público para operar el gasto corriente.

El PVEM es uno de los seis partidos que no le ajustaron las canicas para recibir financiamiento público en 2019, por lo que ya empezaron por cerrar las oficinas de Mazatlán, con la perspectiva de cambiarla al domicilio de algún militante.

“Están cerradas las oficinas del partido (PVEM en Mazatlán), el martes (25 de septiembre) vinieron de la Ciudad de México y se llevaron  las cosas…”, dijo a Ríodoce el ex diputado federal José de Jesús Galindo Rosas.

En 2015, Galindo Rosas, El Pacho fue suplente del entonces diputado federal, por el 8 distrito, Quirino Ordaz Coppel, y en 2016, asumió la curul en la Cámara de Diputados, cuando éste llegó a la gubernatura del estado de Sinaloa.

El 24 de junio, cuando faltaba menos de un mes para que se celebraran las elecciones, Galindo Rosas, desde la soberbia que le daba su curul en San Lázaro, se ufanaba de que la estructura municipal del PVEM, estaba fuerte y preparada para ganar las elecciones en consabida alianza con el PRI.

Publicada su fotografía en su cuenta de Facebook, donde aparecía en compañía del alcalde con licencia Fernando Pucheta Sánchez, y las aspirantes a las diputaciones locales por el PRI, presumía la alianza y la estructura del PVEM:  “La Ola Verde presente… sin duda la estructura está más fuerte y preparada que nunca para ganar la elección del 1 de julio”.

Antes  de julio, casi todo mundo asumía que Andrés Manuel López Obrador, sería  electo presidente de México, como ocurrió, pero el pasmo fue mayor cuando Morena se llevó carro completo, y es hora que algunos ex pretensos a puestos de elección popular, PRI-PVEM, no entienden el por qué de la derrota.

Las cuentas alegres del Pacho, suponían que la eventual reelección de Pucheta Sánchez, lo pondría como ex diputado federal, en condiciones de seguir manteniendo  la hegemonía de la Coordinación del PVEM en el puerto.

Cerradas las oficinas del Partido Verde, en la avenida Ejército Mexicano, las voces que largamente tuvo El Pacho bajo control, pugnaban por salir del silencio a reclamarle su indiferencia a consolidar el partido cuando fue diputado.

“La indiferencia del Pacho no sólo era hacia su partido, sino hacia su propia familia y pueblo de Santa Lucía, Concordia, cuando fueron desplazados, por la violencia de los grupos delictivos”, dijo el abogado José Ortega Huízar, ex militante del PVEM.

El 12 de septiembre de 2017, un grupo armado integrado de 40 sicarios, asaltó la tienda de Diconsa de Santa Lucía, llevándose aceite vegetal comestible, avena, atún de aceite, arroz envasado, chocolate en polvo, frijol pinto, galletas, harina de tigo, azúcar envasada y pasta de sopa, entre otras mercancías.

En Santa Lucía, Concordia, tierra natal del Pacho, había 200 familias, pero aterrorizadas por los delincuentes sólo quedaron siete, las demás abandonaron casas, muebles, animales y tierras sembradas próximas a la cosecha de maíz.

Entre las familias desplazadas por la violencia, estaban los familiares del entonces legislador federal, quienes abrumados por el miedo, salían despavoridos con sus pertenencias en sendas camionetas hacia Mazatlán.

Los familiares del Pacho ya habían vivido la soledad de sentirse abandonados por el Gobierno, cuando acudieron con el entonces presidente municipal de Concordia, Felipe Garzón López, a pedirle seguridad pública para Santa Lucía.

“Yo lo único que puedo hacer es mandarles camionetas para que ante la violencia abandonen Santa Lucía”, había dicho Garzón López.

Cuando elementos del Ejército hacían rondines intermitentes, pero sin vigilancia permanente para impedir que los malandrines regresaran a perpetrar asaltos, algunos pobladores preguntaban a los militares qué opción dejaban a la sociedad civil, a lo que éstos respondían que mejor abandonaran el pueblo.

“Abandonen el pueblo, es lo mejor para ustedes”, recomendaba la milicia.

Aquel septiembre de 2017, Ríodoce preguntó a algunos pobladores, sobre qué decía el entonces representante popular, Galindo Rosas, originario de Santa Lucía, y si ya había acudido a solidarizarse con su pueblo a lo que respondieron  con sus voces tristes y miradas cabizbajas negativamente.

Con su silencio, el Pacho, como parte del Gobierno, parecía decirles a sus paisanos, amigos y familiares de Santa Lucía: “Sálvese el que pueda”.