Trata de personas en campos hortícolas, pone en riesgo exportaciones de hortalizas

JUNTA EN GUASAVE. Advertencia a tiempo.

En la reunión donde se analizaría la situación de marginación y pobreza de jornaleros agrícolas, que vienen a Sinaloa a trabajar en los valles agrícolas en condiciones casi de esclavismo o incluso bajo la sospecha de trata de personas, se lanzaron dos frases de advertencia: los productores agrícolas están bajo el riesgo de la frase de “tomate negro”, por utilizar mano de obra infantil en los campos del norte de Sinaloa, en específico en la zona de Guasave.

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La otra expresión fue la del secretario de Salud en Sinaloa, Cuitláhuac González Galindo, quien en una forma de salir al paso de los abundantes testimonios del vergonzante trato a jornaleros que habitan durmiendo en el áspero piso, cuando bien les va, sobre cartones o cobijas, si es que tienen, dijo que lo expresado le recordaba el libro que escribió el hoy gobernador Rubén Rocha Moya —junto con la periodista Carmen Aída Guerra—, al que tituló Tomate amargo, en el que se plasmaban las condiciones en que laboraban los trabajadores del campo.

De aquel entonces, a la actualidad, pareciera que nada ha cambiado.

En Guasave la temporada invernal ha comenzado a golpear y desnudar condiciones de pobreza a uno de los sectores más vulnerables.

A lo largo de las primeras dos semanas de enero, cuatro niños, hijos de jornaleros agrícolas, fueron internados por problemas respiratorios y de desnutrición; la directora de Salud y Bienestar Municipal de Guasave, Andrea Leticia Espinoza Camacho, reporta que les han brindado atención a 105 niños por infecciones en las vías respiratorias.

En ese inter, también ha nacido un bebé al que encontraron junto a su madre con el cordón umbilical casi infectado. Ambos fueron trasladados a un hospital.

“Uno lo hace por los niños, la niñez es la población que más sufre porque quedan solos… es tiempo de que actuemos” dice Andrea Leticia con un tono que refleja molestia. A su vez también comunicó que hay 38 cuarterías que producen el “tomate negro”, dicho delito puede cerrar las fronteras a la exportación de las cosechas y es denominado así porque los niños se encuentran trabajando en el campo.

En los galerones hay niños cuidando niños, infancias que crecen trabajando en las parcelas, niñas presuntamente abusadas; hay infantes sin derecho a la niñez.

En esta reunión, el alcalde de Guasave, Martín Ahumada Quintero, quien recorrió las cuarterías, dice que en una de ellas se miró a niños con sus manos que delataban su trabajo en el campo.

¿Cuántas cubetas haces al día?, menciona que le preguntó al niño y este le respondió una cifra. Ya no tenía caso preguntarle si trabajaba en los surcos.

¿Qué se hace para detener el trabajo infantil?

De acuerdo con Ahumada Quíntero, brindarles apoyo para que puedan acceder a la educación y contratar inspectores para asegurarse de que los infantes no suban para ser trasladados al campo de trabajo, son las medidas que se han estado implementado para impedir que los niños estén en el campo.

De igual manera, para atender la crisis que viven los jornaleros agrícolas, se han llevado a cabo reuniones cada dos semanas, en las cuales el tema central son las afectaciones a la salud que han llegado a tener estas personas.

En el marco del encuentro se revelaron los resultados del censo aplicado en dos localidades del municipio; en el censo llevado a cabo en Juan José Ríos hay alrededor de 700 trabajadores agrícolas adultos y 300 niños.

En el censo intermunicipal realizado el 4 de enero en la sindicatura de Adolfo Ruíz Cortines por SIPINNA, se contemplaron un total de 108 cuarterías en el área, de las cuales sólo se les dio acceso a 95 y de éstas sólo dos de ellas se encuentran regularizadas; también se develó que 63 de estos espacios, ubicados en el Valle del Campestre están construidos de lámina y cartón. 

Según Rodrigo Margarito Miranda Olguín, Síndico de Ruiz Cortines, pueden llegar a vivir hasta nueve personas en un cuarto por el que pagan una renta que oscila entre los 300 pesos semanales a 3 mil mensuales y no es congruente respecto a las condiciones en las que se encuentra la vivienda.

¿A quién le toca sancionar?

El mandatario municipal dice que es la dirección del trabajo la que podría intervenir, también el Instituto Mexicano del Seguro Social, pero se habla de una problemática multifactorial.

El alcalde lanzó una frase que provocó miradas cruzadas entre los asistentes y entre los que se encontraban transportistas y representantes de Vialidad.

Lo que sí es innegable es que hay paralelismos entre esclavitud moderna y trata de personas, dijo el presidente municipal.

Un problema añejo.

“Entre el colorido de las cintas de los sombreros, de las faldas y los paliacates, se van acomodando las mujeres junto a sus maridos, resguardando a los hijos que también van al corte. Alguien habla: Ya sabemos que el chamaco pierde el año de la escuela, pero qué le vamos a hacer; apenas con la raya de los tres, medio la hacemos, al fin que no es muy cerrado de la cabeza que digamos, ya se repondrá en las clases, pues el maestro ha dicho que es muy abusado para las cuentas y lee de corrido”.

Lo anterior es un pasaje del libro Tomate amargo, coescrito por Rocha Moya, publicado en 1988, mucho antes de que fuera gobernador.

Más de 36 años han pasado y nada ha cambiado, solamente los personajes.

Artículo publicado el 14 de enero de 2024 en la edición 1094 del semanario Ríodoce.

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