Primer debate electoral en Sinaloa, mucho dispendio y pocas propuestas

Mario Zamora-Rubén Rocha

Un debate electoral en el que todos los candidatos a la gubernatura se dijeron ganadores

 

No hubo candidato o candidata que no saliera del debate levantando la mano en señal de triunfo. Al final todos fueron declarados vencedores. Y entre ataques, acusaciones, insultos y repetición de propuestas, el debate pasó a segundo término.

Desde las primeras horas del jueves 22 se advertía que sería un evento más en las agendas de los candidatos. Dispendio de dinero, acarreo de gente y desorden en la vía pública. El argumento fue el debate entre candidatos y candidatas. El escenario fue el teatro Lince de la Universidad Autónoma de Occidente (UAdeO).

Vecinos del sector comentaron que desde las siete de la mañana comenzó el movimiento de personas. Algunos apartando lugares y otros colocando propaganda y el arribo de las primeras brigadas.

Terrenos fueron rentados para servir de estacionamiento a equipos de campaña y cocheras de casas aledañas también hicieron negocio rentando su espacio.

Banderas de Morena, del PAS, de Movimiento Ciudadano y las de Mario Zamora, sin logotipos, solo la tipografía del eslogan, a pesar de que su coalición la conforman tres partidos políticos, el PRI, el PAN y el PRD.

Para el mediodía el lugar ya era un hervidero de personas. El tráfico se volvió más lento de lo habitual en el cruce de Lola Beltrán y Rolando Arjona, y a pesar del paso deprimido en el lugar los vehículos se vieron embotellados.

Los más de 35 grados centígrados y las recomendaciones de las autoridades de salud no impidieron que se aglomeraran en el sitio decenas de personas. La autoridad estuvo ausente excepto por agentes viales que a duras penas controlaban el tráfico.

Para las cuatro de la tarde el lugar era la locura. El perifoneo de uno y de otro, y de otro, junto a las porras y el ruido de los motores contaminaron en exceso el sitio. Las banderas y propaganda partidista, del candidato, de la coalición.

Todos son iguales para el automovilista, y el no, gracias para aceptar la propaganda. En el celular se graba la mujer bailando y la pega de calcomanías en ventanillas. De todo.

Los esfuerzos de la autoridad electoral por guardar el orden para la realización del debate fueron vanos. Solamente el teatro Lince de la UAdeO pudo “blindarse”, ni siquiera los fotógrafos de los candidatos pudieron ingresar.

En las canchas de la escuela unas mesas con sillas separadas entre sí y una pantalla al fondo con bocinas. Ahí el público acreditado podría ver la trasmisión del debate pero al mismo tiempo escuchar las porras.

A un costado de la UAdeO, sobre la calle Alegría, los brigadistas de uno y otro candidato se encontraban. Mapaches, los vamos a sacar. Seguro son acarreados del PAS. Esos del PRI no aprenden. Consignas y ataques intercambiadas.

 

 

Adentro del teatro el panorama fue similar. Ataques y consignas intercambiadas, a veces Sergio Torres, otras Mario Zamora, también Ricardo Arnulfo Mendoza y hasta Yadira Cabrera, siempre contra Rocha Moya.

Y el candidato del PAS y Morena, como en una imitación del presidente López Obrador, respondía lento, despacio. Pero en un debate hay cronómetro, no hay tiempo que perder como lo hizo el profe Rubén que en al menos cuatro de sus intervenciones le fue cortado el audio del micrófono.

Y por si fuera poco criticaron su alianza con Cuen Ojeda, su enemigo jurado en la pasada elección y ahora máximo aliado.

Durante dos horas la dinámica fue la misma. Adentro, un debate falto de argumentos y afuera el relajo a la ene potencia. Adentro, la autoridad con mano fuerte para promover medidas sanitarias y afuera la omisión de todas las autoridades.

Al término del evento cada candidato enfila a la salida proclamándose ganador. El primero en salir fue Ricardo Arnulfo del PES. Yo gané. Pero apenas los reporteros comenzaban con los cuestionamientos aparece Mario Zamora levantando los brazos. Rápidamente las grabadoras, cámaras y micrófonos cambian de blanco.

El discurso es el mismo. Muy contento, muy entusiasmado. No es el debate que hubiéramos querido los sinaloenses pero es buen ejercicio y vamos a pasarla bien. Luego enfila a una cabina de radio móvil.

Atrás de él sale Alejandro Higuera, coordinador de campaña de Rocha y luego toda la comitiva que acompañó al candidato. Los reporteros otra vez cambian cámaras, micrófonos y grabadoras. Detrás del profe Rocha, Héctor Melesio Cuen y Alejandro Higuera.

El resto de los candidatos prácticamente fueron ignorados por los medios. Si acaso algunos micrófonos más que el resto de sus contrincantes tuvo Sergio Torres. Apenas uno o dos micrófonos con las candidatas Rosa Elena Millán, Gloria González y Yadira Cabrera y casi ninguno para Tomás Saucedo.

Al final los cuestionamientos fueron sobre el formato del debate. Poca fluidez y casi todas las intervenciones de las ocho rondas fueron terminadas por Mario Zamora, algo que causó descontento sobre todo en el equipo de Rubén Rocha.

Y al día siguiente los encabezados en medios de comunicación. ¿Quién ganó el debate? Pero en redes sociales la pregunta fue si realmente hubo uno. Ataques, dimes y diretes fueron la constante. El debate, tal vez después.

 

El malestar

El candidato a la gubernatura por Morena y el PAS, Rubén Rocha Moya, señaló que el formato del debate fue hecho para proteger al candidato de la coalición “Va por Sinaloa”, Mario Zamora Gastélum.

Inconforme por el poco que tiempo que se le asignó para exponer su plataforma y hacer réplicas y contra réplicas, el morenista expuso que su coordinador de campaña, el exalcalde Alejandro Higuera Osuna tuvo que presentarse ante la presidenta del Instituto Estatal Electoral de Sinaloa (IEES), Karla Gabriela Peraza Zazueta, porque en los nueve bloques siempre cerraba Mario Zamora.

Aunque se llevó a cabo un sorteo, la combinación de los formatos que se han hecho históricamente, se van rotando para que haya réplicas y contra réplicas, situación que fue observada por Higuera Osuna por lo que sostuvo una reunión con Peraza Zazueta para plantear su desacuerdo, toda vez que el formato no era correcto.

Rocha Moya planteó que si hay otro debate, el formato debe cambiar, y que haya preguntas previamente elaboradas por periodistas y el público en general, que se saque de una tómbola y les sea planteada a los candidatos.

Y es que el equipo del morenista consideró que el formato planteado por el IEES está hecho para no debatir, y lo que se busca es contar con uno que sí se los permita.

Esta situación prendió los focos rojos dentro del equipo de Rocha Moya, por la “chamaqueada” que les plantaron a sus dos representantes.

Artículo publicado el 25 de abril de 2021 en la edición 952 del semanario Ríodoce.

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