Llama a cuidarse pero guardando la calma

La tarde del miércoles 1 de diciembre el doctor Cristóbal Cháidez Quiroz, director del Laboratorio Nacional para la Investigación en Inocuidad Alimentaria (LANIIA) del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), advertía a este semanario que la variante Ómicron del COVID-19 podría ya estar en México. Su llegada sería inminente. Y dos días más tarde la autoridad federal confirmó el primer caso en el país en un hombre de 51 años, originario de Sudáfrica, quien presentó signos seis días después.

“Respecto a la variante Ómicron que hoy (viernes 3) se reporta oficialmente por las autoridades de salud federal, pues realmente es un reflejo de algo que ya está seguramente con nosotros desde hace semanas”, apunta.

El especialista, quien ha realizado secuenciación genética de variantes del COVID-19, advertía entonces que la falta de restricciones en los puertos y aeropuertos en México, podría haber llevado a que la variante Ómicron, considerada de “importancia” por la OMS, debido a su alta transmisibilidad, ya haya llegado.

“La estrategia que implementó el gobierno federal en los aeropuertos y los puertos no está enfocada a detener a las personas que llegan al país, no se les solicita prueba PCR y tampoco al llegar el país tiene un programa de vigilancia genómica”, explica.“

Las pruebas se realizan en función de que el paciente presente síntomas, este fue el caso que se está mencionando hoy, el paciente al parecer viajó a Sudáfrica y volvió al país con síntomas, se subió al avión, no sabemos si usó o no cubre bocas, llegó al aeropuerto, supongamos que directamente al de la CDMX y estuvo caminando por ahí con síntomas leves o quizá asintomático”, añade.

La situación parece idéntica a la vivida hace casi dos años con los primeros dos casos confirmados en el país, uno de ellos en Sinaloa. El resto se resume ya a tres olas de contagios y muertes que se siguen contabilizando.

La nueva variante del virus SARS-COV-2 se detectó en Sudáfrica el 25 de noviembre y un día después fue bautizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como Ómicron, como la décimo quinta letra del alfabeto griego.

A una semana de su descubrimiento se han confirmado más de 480 casos en 39 países, 32 de los cuales se encuentran en América: Brasil, Canadá y Estados Unidos y recientemente México.

“Lo que se conoce hasta ahorita es su capacidad de transmisión. Al parecer es mucho más rápida en transmisibilidad que la variante Delta, lo que sí no se sabe es el grado de daño que pueda provocar, no se tiene esa información todavía”, explica Cháidez.

Algunos casos en Europa reportan que las personas contagiadas con la nueva variante, no habían tenido contacto ni habían visitado países africanos, lo cual eleva la sospecha de que la enfermedad se propagó de forma rápida.

Una posible respuesta

En diciembre de 2019 especialistas advertían que la llegada del COVID-19 a México era inminente. El virus llegaría y la información entonces no brindaba mayores datos para advertir lo contrario. El combate contra el virus SARS-CoV-2 siempre dejó al sistema de salud un paso atrás de la enfermedad.

Y tres años más tarde, la nueva variante del virus hizo su arribo al país.

La Secretaría de Salud a través del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE) realizó la prueba PCR y después la de secuenciación. El resultado ahora es del dominio público y con ello el primer caso de Ómicron en México, lo cual lleva a más preguntas.

“Vuelvo al mismo punto”, acota Cristóbal Cháidez, “esta persona estuvo en contacto con no sabemos qué tantas personas y a cuántas más contagió y este es un solo caso de alguien que sí se atendió, pero cuántas personas no habrán ingresado al país con síntomas leves o asintomáticos y que fue contagiando o fue transmitiendo el virus a otras personas”.

“Entonces, en pocas palabras, la variante Ómicron va a desplazar a la Delta en las próximas semanas”, advierte Cristóbal Cháidez.

La llegada de Ómicron a México no puede ser catalogada como algo negativo. A pesar de que tras el paso de la variante Delta y los casi 9 mil muertos dejados a su paso, los datos sobre Ómicron aún no revelan que esta variante tenga esa letalidad, aunque sí se prevé que tenga de entrada mayor transmisibilidad, es decir, que se propague más rápido que las anteriores versiones del coronavirus.

“Se espera según los datos que reportan en Sudáfrica que los casos no sean graves, y esa podría ser una buena noticia, si la variante Ómicron se transmite rápido y desplaza a la variante Delta, pues estaríamos viendo un escenario en el cual la variante Ómicron sería la prevalente y quitaría a la más agresiva que sería la Delta”, señala Cháidez Quiroz.

“Ese es el escenario que queremos tener, sin embargo no contamos con la información todavía como para decirlo puntualmente, en estos casos se siguen haciendo análisis, estudios epidemiológicos de cada caso, de cada persona para que podamos tener la información con mayor asertividad”, añade.

Finalmente, según el especialista, la respuesta más efectiva sigue siendo la conocida hasta el momento: el distanciamiento social, evitar aglomeraciones, uso de cubre bocas y sobre todo la vacunación.

La aceleración del proceso de vacunación, según Cristóbal Cháidez, no debe incluir solamente a jóvenes adolescentes de 15 a 17 años sino generalizarla a niños de 5 años en adelante y continuar con todos los sectores que aún no han cubierto el 100 por ciento de sus esquemas.

“No sabemos todavía en realidad qué va a pasar con esta variante pero los niños se convierten en personas que transmiten el virus. No debemos de tener pánico, lo que debemos de tener es atención, respeto a las personas, protegernos y a las personas a nuestro alrededor y como comentaba acelerar el proceso de vacunación”.

Artículo publicado el 5 de diciembre de 2021 en la edición 984 del semanario Ríodoce.