La mayoría están internados por homicidio, portación de arma de fuego del Ejército, robo, delito contra la salud y violación.

Los niños y adolescentes cada vez son más cooptados por la delincuencia organizada para cometer delitos dada la ausencia de sanciones, señaló la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en un informe en el que revela que en el Centro de Internamiento para Adolescentes de Sinaloa tienen personal suficiente pero no está capacitado.

En el Informe sobre las condiciones que viven las personas adolescentes y jóvenes en conflicto con la ley penal en los Centros de Internamiento, evalúa 45 centros, entre ellos el CIA, ubicado en la sindicatura de Aguaruto y administrado por la Secretaría de Seguridad Pública del Estado.

El informe señala que a nivel nacional en la revisión de los centros encontró que hay deficiencias y carencias relacionadas con las instalaciones, falta de clasificación, insuficiencia de personal y atención técnica, deficiencias en el trato y carencia de áreas especiales para mujeres.

Menciona que la mayoría de los adolescentes están internados por homicidio, seguido de portación de arma de fuego del Ejército, robo, delito contra la salud y violación.

El informe indica que no es coincidencia que estos delitos sean los más frecuentes, ya que los niños y adolescentes se han convertido en el último eslabón de la cadena del tráfico de droga, aquél en el que las personas adolescentes son más prescindibles e intercambiables por otros, donde existe un mayor riesgo de ser detenidas por la policía y que da lugar a un menor nivel de beneficios por las actividades desarrolladas pues regularmente estos grupos delincuenciales les brindan un lugar “importante” en las organizaciones y les aseguran un salario.

“Se considera que las bandas de la delincuencia organizada cooptan cada vez más a las y los adolescentes para cometer delitos dada la ausencia y/o reducción de las sanciones y a la vulnerabilidad en la que se encuentran, debido a que se encuentran en una etapa de tránsito caracterizada por cambios biológicos, emocionales y sociales; lo cual sucede especialmente en regiones del interior de la república, donde este tipo de criminalidad ha tomado el mando y desarrollan sus actividades en total impunidad”, menciona.

Indica que “los grupos que se dedican al tráfico de drogas utilizan y explotan a los niños para sus actividades, ya sea en acciones de vigilancia, para el traslado y la venta de la droga, como para la realización de actividades violentas relacionadas con el mantenimiento de los intereses de los grupos de narcotraficantes”.

En el análisis la CNDH señala que las infancias y juventudes han vivido situaciones adversas y de violencia de manera cotidiana, que ha repercutido en su desarrollo y en la garantía de sus derechos, por lo que hoy reclaman atención.

A nivel nacional, en el año 2022 se registraron mil 111 homicidios dolosos de personas de entre 0 y 17 años, de los cuales 182 víctimas eran mujeres y 929 hombres.

“Geográficamente hay una concentración de la violencia que se acentúa en algunas zonas de nuestro país, lo que permite visibilizar la situación y realidad que atraviesan las personas adolescentes y jóvenes, pues son distintas las condiciones para quienes se encuentran en entidades de bajos índices de violencia, en comparación con la realidad que enfrentan las niñas, niños y adolescentes quienes se ubican en las entidades con mayores índices, que en la mayoría de los casos se relacionan con el crimen organizado, la disponibilidad y el acceso a armas de fuego y al consumo de sustancias, la normalización de conductas violentas y el consumo de identidades que hacen apología a la violencia”, señala.

En la evaluación del CIA de Sinaloa, señala que tiene personal suficiente, pero carece de capacitación.

Conforme a los estándares internacionales de la materia y para el alcance de los fines del internamiento de las personas adolescentes el personal deberá ser competente y contar con un número suficiente de especialistas, como educadores, instructores profesionales, asesores, asistentes sociales, psiquiatras y psicólogos, establece.

Detalla que el CIA tiene personal jurídico, de sicología, pedagogía, trabajo social, pero sin capacitación en perspectiva de género, en materia de niñas, niños y adolescentes y justicia para adolescentes.

Un aspecto primordial para el alcance de los objetivos del tratamiento que se proporcione durante el internamiento, detalla, está relacionado con los criterios de selección del personal que mantenga contacto con este grupo de población, por lo que éste deberá seleccionarse conforme de su integridad, actitud humanitaria, capacidad y competencia profesional.

El informe concluye que es imperante generar un diagnóstico de las actuales necesidades de capacitación que deben brindarse al personal que labora en cada una de las áreas que conforman los Centros, a partir de una evaluación exhaustiva de sus perfiles, formación y especialización en atención de las juventudes, para que a partir de esos resultados, se generen acciones de coordinación, que faciliten programas y capacitaciones periódicas a quienes brindan acompañamiento y atención a la población adolescente en internamiento.

Establece que se debe dotar de recursos materiales y humanos suficientes para que el Sistema esté en condiciones de operar, de conformidad con lo previsto en la ley y pueda realizar las acciones necesarias para gestionar los recursos y los esfuerzos del equipo multidisciplinario.

Artículo publicado el 30 de julio de 2023 en la edición 1070 del semanario Ríodoce.