Como cada 12 de diciembre cientos de creyentes se congregan en el templo de La Lomita en Culiacán para celebrar el día de la Virgen de Guadalupe.

Al pie de la colina, decenas de veladoras cubren los once primeros escalones del cerro. Veneran la imagen de la Virgen con las manos plegadas.

La tilma de Juan Diego se encuentra en cientos de representaciones, desde veladoras, retratos, dijes, hasta los vitrales triangulares de la iglesia.

Cientos de fieles acuden desde distintos puntos del estado y del país para pedir, agradecer y pagar favores. Muchos entregan ofrendas florales y veladoras, otros más deciden subir de rodillas las escaleras de La Lomita.

Muestra de ello, es un hombre que hincado trata de terminar el último tramo de los escalones hacia la iglesia. Solo quedan tres, muestra los dientes en señal de sufrimiento y resistencia; a su vez dos sujetos lo sostienen y evitan que caiga.

Una vez cruzado el umbral, se levanta. Una mujer le limpia el sudor y otra más le amarra los zapatos.

ermina el camino hacia el presbiterio a pie y, por último, recibe el rocío del agua bendita.

De la misma manera, una mujer sube los últimos escalones de los 114 que marcan el camino a la parroquia. Durante todo el trayecto no baja las manos. No desiste de levantarse hasta recibir el agua bendita.

Martín carga con su figura de la virgen. Vino desde Tepuche, está desde las 7:00 de la mañana. Llegó a pagar una manda con un arreglo floral y unas veladoras por el apoyo que la virgen le dio para curar a su hijo.

“Mucha fe en ella, porque me ha hecho muchos milagros”, dice sobre las razones que lo hacen preservar la devoción en la virgen del Tepeyac.

Al comenzar el cántico de la misa un grupo de individuos entra al templo. Portan una camiseta roja con el estampado de la virgen. El sacerdote menciona que vienen desde Tamazula, Durango, y pide un aplauso para ellos.

Braulio Aispuro es quien organiza a las personas que representan a la Parroquia San Ignacio de Loyola. Menciona que correrán de Culiacán a Tamazula para continuar con la tradición que tienen desde hace 34 años.

“Venimos a darle gracias a Dios que nos ha concedido todo lo que le hemos pedido”.