Al relleno sanitario del norte de la ciudad, le quedan tres años de vida, mientras las autoridades municipales no han podido concretar el terreno para construir uno nuevo
La jaqueca por los gases invisibles expedidos por montículos de basura en un cálido día de verano durante una jornada de trabajo de ocho horas en el Basurón municipal de Culiacán no es el único inconveniente que precede a los pepenadores de la ciudad, ni al relleno sanitario.
Diariamente, Culiacán produce, en promedio, 1 mil 100 toneladas de basura; lunes y martes son los días en que se genera más. Y cada día, los pepenadores del Relleno Sanitario de la colonia Bicentenario, recolectan aproximadamente 10 toneladas de cartón de los desechos de la ciudad y de 12 a 15 toneladas de PET, según Enrique Gutiérrez Sauceda, dirigente de la Sociedad Cooperativa de Pepenadores Progreso.
Desde el 2019, Jesús Estrada Ferreiro, entonces alcalde de Culiacán, aseguró que al relleno sanitario de la ciudad le quedaban entre uno y dos años de vida. A mediados del 2022, Juan de Dios Gámez Mendívil, actual presidente municipal de Culiacán, hablaba de una vida útil de tres años para el relleno sanitario. En noviembre del mismo año se inauguró una nueva celda que actualmente alberga más de 100 mil toneladas de basura y que, en palabras de Alfonso Arce, director de Servicios Públicos, alberga, también tres años de vida útil.
“Ahorita actualmente, estamos trabajando en la celda 17, que fue una que se inauguró en noviembre del 2022, esa celda era para unir, teníamos de la celda 1 a la 15 (…) Al hacer esta unión ahorita nos queda aproximadamente para tres años de vida útil del relleno”, aseguró.
La efímera vida del relleno sanitario, aunado a las pláticas que sostuvo el ex alcalde Estrada Ferreiro con una empresa europea para instalar una planta generadora de biodiesel, provocó que en 2019, Pepenadores de la Cooperativa Progreso se manifestaran en el ayuntamiento de la ciudad para exigir que no se privatizara la basura.
La planta generadora está, actualmente, en desuso.
Privatizar la basura (refugio de desplazados)
Si bien, no hay certeza de que se pretenda privatizar la basura, la compra de terrenos para un nuevo relleno sanitario, se encuentra en la fase de negociación, mientras que el destino de aproximadamente 500 toneladas del total de la basura recolectada, van a parar a un relleno sanitario privado con el que el Ayuntamiento de Culiacán tiene concesión.
En palabras de Arce, en ese relleno se descarga toda la basura que no genera pepena, sólo se deposita basura orgánica o basura que no lleva PET, ya que esta no le sirve a los pepenadores de la ciudad.
“Hicimos una reingeniería en las rutas para tirar en ese relleno privado la basura que no genera pepena, y mandar al relleno de nosotros, se puede decir, la basura rica, donde alrededor del 40 a 50 por ciento de lo que se deposita se lo llevan los pepenadores, estas cooperativas de pepenadores que tenemos”.
En contraste, Enrique Gutiérrez, recuerda que, durante la administración de Sergio Torres, su entonces director de Servicio Públicos, Sánchez Osuna, impedía que los pepenadores ingresaran al relleno sanitario privado, del que asegura “allá se va todo lo más rico de las fábricas, de todo. Cae un material que no te imaginas” y del que, durante una prueba que hicieron por cinco días sacaron en una semana lo que en un mes sacan del relleno público.
El basurón de la ciudad hospeda y da soporte a más de 500 personas, quienes trabajan en dos grupos y, algunos, de manera independiente. Enrique Gutiérrez, como líder de uno de los grupos comenta que él tuvo en su grupo a 60 desplazados, de los cuales, una parte regresó a su hogar y otros migraron a la costa, algunos, con la idea de volver.
Para los pepenadores, la posible privatización de la basura, y la cantidad de trabajadores de la zona comparten causas y efectos adversos para los segundos, que implican la baja de mano de obra y declive de un trabajo que sostiene a las familias.
“Yo he andado donde hay (rellenos sanitarios) privados, pero en Monterrey sí hay, y cuando mucho ocupan de 15 a 20 gentes, nada más. Porque ellos ya traen sus choferes para las máquinas, va a ser más maquinaria que todo, entonces imagínate, yo cargo 236 gentes, y esos porque se fueron unos pocos”, explica.
Basura de industrias, alimento de pepenadores
Durante una visita al basurón Bicentenario, una sonrisa cálida resplandeció el rostro de un pepenador al hallarse un paquete de salchichas y uno de jamón durante la descarga de basura de uno de los camiones, y es que, los desechos de las industrias alimenticias abonan al plato de aquellos que rebuscan en la basura.
La ayuda del gobierno no llega a los pepenadores, sostiene Gutiérrez Sauceda, mientras explica que fue él quien tuvo que formalizar un convenio con una industria alimentaria (La Chata) para que les dieran la merma que tenían, e ir al área de salud para que revisaran que esto no les causara daño.
Costo de la basura
Aproximadamente 10 empresas privadas utilizan el relleno sanitario municipal; el costo por tonelada de basura que cobra el Ayuntamiento de Culiacán ronda entre los 324 pesos, pues, según explica el director de Servicios Públicos cualquier persona o empresa puede tirar basura, solamente se necesita sacar un permiso y especificar el tonelaje aproximado que va a tirar.
En términos medioambientales el precio son los lixiviados o contaminantes líquidos que amenazan al suelo, al agua y al aire.
Vivir de la basura tiene un costo multifactorial, la seguridad para los pepenadores, las promesas de una guardería para los hijos e hijas de quienes trabajan la basura, el sueño de un consultorio médico, y las sobras contables de comida que arrojan a los desechos.
Artículo publicado el 30 de julio de 2023 en la edición 1070 del semanario Ríodoce.
