El ex ligamayorista y jugador de Pericos habla sobre el uso de
sustancias prohibidas y su futuro como manager en el béisbol
profesional
La contratación del ex ligamayorista Miguel Tejada por los Pericos de
Puebla fue la operación más importante en la Liga Mexicana de
Béisbol en esta temporada 2015.
Para lograrla, la directiva solicitó permiso para elevar el tope salarial
de 8 mil a 15 mil dólares y el pelotero dominicano firmó, junto con el
contrato, la aceptación de que se someterá a todos los controles
antidopaje que marca la regla.
En entrevista para Proceso, el detalle cobra relevancia porque en
agosto de 2013, la oficina del comisionado Bud Selig, de Estados
Unidos, decidió suspender 105 partidos al jugador, quien dio positivo
por anfetaminas.
Durante 16 años Tejada había brillado en las Grandes Ligas y su
castigo era el tercero más largo desde que en 2005 se instauraron los
controles antidopaje en la llamada gran carpa.
Tejada nunca volvió a pisar un diamante en las Mayores. La sanción
ocurrió en el ocaso de su hasta entonces impecable carrera, a los 39
años.
Después de Alex Rodríguez —suspendido 211 juegos en 2013 por el
escándalo de la clínica Biogénesis, que fue acusada de distribuir
sustancias prohibidas entre peloteros de élite— y del pitcher Steve
Howe —castigado 119 partidos en 1992 por abusar de la cocaína y del
alcohol—, ningún otro beisbolista ha recibido un castigo tan severo
como Tejada. Un pelotero rutilante se fue del mejor béisbol entre
sombras, por la puerta de atrás.
En entrevista, Tejada se duele de la situación. Igual que hace ya casi
dos años, insiste en que el medicamento (Adderall) por el cual dio
positivo no le ayudó a mejorar su rendimiento, que lo tomó durante
cinco años por prescripción de un psiquiatra —padece déficit de
atención— y que las Grandes Ligas lo autorizaron a consumirlo
gracias a una exención, hasta que se prohibió definitivamente. Él
siguió utilizándolo. Pagó las consecuencias.
¿Cómo ha vivido con la sombra del dopaje?
—Es muy difícil. Fui suspendido por un medicamento que usé por
mucho tiempo y ellos me permitían emplear. Mi equipo y la liga lo
sabían. Se me venció el permiso y ahí fue donde me agarraron. Tengo
la conciencia limpia. Fui suspendido por algo que no usaba para rendir
en el terreno, era para mi salud. Nunca di positivo por esteroides.
Siempre fui un pelotero intachable y terminé suspendido por algo que
no me hacía ser mejor jugador…
erminará su carrera en la LMB
Para Tejada, la LMB es el sitio donde jugará su última temporada.
Dice que quizá no deje unos números sorprendentes, pero que sí
puede aportar para tratar de darle un título a los Pericos, club que la
campaña pasada perdió en cuatro partidos la Serie Final contra los
Diablos Rojos del México.
Dona su sueldo
“No vine pensando en el dinero porque sé que no me van a pagar lo
que valgo”, ataja el beisbolista. “El dinero se va a donar al hospital
Robert Reid Cabral. Lo que gane no me lo meto a la bolsa. Vine
porque quiero jugar. Tenía ofertas de Japón, pero no sólo quiero ganar
económicamente, sino disfrutar el juego. Ya Dios me dio la
oportunidad de ganar para estar bien con mi familia. Estos son mis
últimos tiempos y prefiero estar en un sitio relajado. No voy a renacer
aquí porque ya es definitivo. Ésta es mi última temporada”.
¿Cuándo le propusieron venir no pensó en que es un país inseguro,
con narcotráfico y altos índices de violencia?
—Nunca lo he creído porque también así se habla de mi país. En
todos lados hay delincuencia, hay narcotráfico. No todo es malo.
Cuando decidí venir mucha gente me dijo: “Cuidado”. No tuve miedo.
No necesito seguridad ni nada de eso porque confío en el mexicano.