¿Cuál es la diferencia?; entre México y Estados Unidos

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Los vientos del huracán Odile que durante los días 14 y 15 de septiembre pasado atacaron a Los Cabos, Baja California Sur, me aventaron hasta San Bernardino California; el objetivo de venir a la tierra del “tío Sam”, no fue el de buscar el famoso “sueño americano”, cuya descripción está imperfecta, pues la verdad es que los miles de mexicanos y centroamericanos que se fletan en tal aventura, ustedes lo saben, es la mas de las veces una pesadilla, en cuyo camino miles encuentran la muerte, y los que logran cruzar la frontera, que ya registra millones, viven una vida llena de penurias, clasificados en una clase de quinta, pues desarrollan los trabajos más penosos y por consecuencia más mal pagados.
Sin embargo, esto no le interesa al gobierno mexicano, sino al contrario, festejan y difunden complacidos cuando anuncian las remesas de dos o más de miles de millones de dólares que nuestros sufridos paisanos han enviado a sus familiares. Pero ni remotamente se ponen a pensar en los grandes sacrificios, e incluso vejaciones, a las que se han expuesto aquellos, que por no tener empleo en su lugar de origen, exponen su vida para vivirla en un país extraño, aguantando humillaciones y los sufrimientos de la nostalgia.
Claro, no faltará quien refiera que los Estados Unidos es una tierra de promisión en la que han triunfado algunos como Cesar Millán, el famoso encantador de perros, que además es orgullosamente de origen sinaloense. Estoy de acuerdo en esa teoría, pero esos casos corresponden a “un garbanzo de a libra” porque la inmensa mayoría, algo así como 27 millones de mexicanos, no cuentan con la inteligencia del señor Millán, o con el apoyo que algunos empresarios y políticos brindan a sus hijos para que estudien en las mejores universidades de la Unión americana.
No, el asunto está con la masa del pueblo, esa gente jodida que está así porque la mayoría de los gobernantes mexicanos no han sabido conducir a las instituciones, como la Secretaría del Trabajo y la Confederación de Trabajadores de México, que han demostrado ser sólo un membrete que sirve para cobijar a ladrones explotadores, entre ellos connotados líderes charros, como Fidel Velázquez, recordado más por su nefasta imposición.
Tal vez otro pregunte: ¿Y los explotadores gringos qué? Eso tiene una respuesta universal. El empresario, sea gringo, chino, koreano o del origen que sea, siempre buscará la forma de cómo explotar más a sus trabajadores. Son las instituciones las que deben regir las leyes para que las condiciones del empleado sean humanas y justas.
Con el afán de que tengamos una idea de por qué somos distintos los mexicanos de los gringos, aquí les comento un poco de lo que observé al cruzar la frontera. De inmediato te llama la atención la limpieza urbana, y por sólo esa razón, sientes que el aire está más limpio. La señalización tanto en las ciudades como en las carreteras, es perfectamente visible y clara, y te puedes desplazar con mucha facilidad y seguridad, al ver la presencia de policías que imponen respeto. Sólo por referir estas dos normas que rigen el comportamiento colectivo, tanto de los norteamericanos como de las diversas razas que visitan o viven allá. Si alguien tira una basura en cualquier lugar público, es sancionado de inmediato, y si reincide, es enviado a la cárcel, o bien paga con trabajos sociales, en este caso, lo mandan a las calles a recoger basura con trinche y costal. El infractor de las leyes de tránsito es acreedor a multa, y si presenta indicios de alcoholismo o consumo de drogas, además de ser severamente sancionado económicamente, es encarcelado y obligado asistir a terapia, a la AA o un psiquiátrico, según sea el caso.
Pero sin duda, la diferencia más significativa es que en los Estados Unidos los gringos sí aplican las leyes, mientras que acá, la mayoría de los gobernantes mexicanos utilizan las leyes para esquilmar, abusar; todo para beneficio personal o de grupo. De ahí se desprende que desde hace décadas nos gobierna una plutocracia oligarca denominada “Delincuencia Organizada”, que se sostiene mediante el terror recurrente en todo el país, de sobra demostrado ahora, con los casos de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos en Ayotzinapa, y en Sinaloa, el salvaje asesinato del comentarista Atilano Román Tirado, que fue balaceado en una cabina de radio.
¿Quiere más luces sobre estos asuntos? vea la película La dictadura perfecta, cuyo nombre corresponde a la frase con que definió al gobierno el escritor Mario Vargas Llosa cuando Carlos Salinas de Gortari gobernaba oficialmente este país, ahora que lo hace desde las tinieblas, en contubernio con Televisa y otros medios, la situación de este México Bárbaro, definido así por el escritor estadounidense John Kenneth Turner; eran los tiempos de otra dictadura, la de Don Porfirio Díaz; denunció a los oligarcas de aquellos tiempos, que amafiados con el dictador, mantenían al país en la más horrenda de las pobrezas y la injusticia; era pues una situación similar a la actual, encaminada hacia un destino incierto que presagia estallido social; por eso se dio la Revolución Mexicana.
Vea la película, pero también lea Los corruptores del escritor mazatleco Jorge Zepeda Patterson, quien por cierto, acaba de ser reconocido en España con el Premio Planeta. Sin duda, con la película y el libro, sabrá mucho más de las grandes diferencias que existen entre un país desarrollado, como son los Estados Unidos de Norteamérica y otro eternamente sub-desarrollado, como son los Estados Unidos Mexicanos.
leonidasalfarobedolla.com

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