Sexy por accidente

Las películas no siempre valen por aspectos meramente cinematográficos —guion, planos, ángulos, ritmo, etcétera— y no es necesario que incluyan impresionantes efectos especiales para atraer la atención. Muchas veces, la interpretación de un histrión y el mensaje que pretende darse son suficientes para que el espectador se tome la molestia de verlas. Ese es el caso de Sexy por accidente (I Feel Pretty/ EU/2018), dirigida y escrita por Abby Kohn y Marc Silverstein, que con la sola presencia de Amy Schumer y su discurso de la autoconfianza, merece que no se le deje pasar desapercibida.

Renee Bennett (Amy Schumer) está un tanto alejada de los estereotipos sociales de la belleza femenina: no es bonita y tiene kilos de más. Por eso cuando publica en internet una fotografía junto con sus amigas Jane (Busy Philipps) y Vivian (Aidy Bryant), que lucen similar a ella, no recibe ningún “me gusta”.

Después de un accidente en el gimnasio, Renee se percibe hermosa y con un cuerpo firme, lo cual le da la seguridad para dejar de ser la empleada de la compañía de cosméticos Lily LeClair que se desempeña en un sótano del Barrio Chino y convertirse en la recepcionista de esa misma empresa en plena Quinta Avenida de Nueva York, en donde encanta a todos, incluso a los nietos de la dueña (Lauren Hutton): Avery (Michelle Williams), quien no posee la mejor voz para hablar en público; y Grant (Tom Hopper), un cotizado galán que solo sabe gastar dinero.

Esa actitud también hace que la chica impacte a Ethan (Rory Scovel), un aspirante a camarógrafo, al grado de que quiera salir con ella y la considere la mujer más bella del mundo.

En plena cúspide de esa nueva vida, a punto de presentar una campaña que la posicionaría aún mejor en su trabajo y en una relación más formal con su novio, Renee descubre lo que realmente pasó con ella y es la razón por la cuál se percibe diferente, lo que no le agrada en absoluto y la pone en riesgo de perder su empleo, a Ethan y a sus amigas.

A pesar de que Sexy por accidente es una cinta predecible —su título en español dice bastante— algunos personajes están por demás estereotipados: la bonita y rica, pero insegura; el guapo con dinero, que es un nini; las no tan atractivas chicas, pero bondadosas; modelos talla cero, superficiales, que solo cuentan con su belleza, no deja de tener sus buenos momentos divertidos, como esa escena del concurso de bikinis, pero sobre todo sobresale su discurso alentador.

Más allá de mostrar un empoderamiento femenino, lo que el filme intenta decir es la importancia de que las personas, y no solamente las mujeres, recuperen la confianza en sí mismas, esa que tenían, sin prejuicios, en su infancia, que les permitía mostrar la belleza interior y disfrutar la vida, y no resaltar la apariencia exterior y perderse en las frustraciones.

Desde Esta chica es un desastre (2015), Amy Schumer demostró que le va muy bien ese rol de la chava despreocupada, aventada, reventada y sin pudor, y aunque corre el riesgo de encasillarse en el mismo papel, Sexy por accidente se salva, precisamente, por las ocurrencias, soltura, seguridad, autoestima e impresionante carisma de la actriz. No se la pierda… bajo su propia responsabilidad, como siempre.

Artículo publicado el 1 de julio de 2018 en la edición 805 del semanario Ríodoce.

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