Estrenan filme mexicano ‘Te juro que yo no fui’

Angel de Castro González

Una de las clasificaciones que pueden hacerse de las películas es la de: malas, que se promocionan mucho y ganan bastante en la taquilla; buenas, que no se difunden y menos recuperan su inversión porque no alcanzan a llegar a las salas; y regulares, que duran poco en las marquesinas o les dan horarios inaccesibles, y tampoco les va bien económicamente. Es una pena que no exista equidad en la distribución/exhibición, pero es más lamentable que Te juro que yo no fui (México/2018), dirigida y escrita por Joaquín Bissner, haya recaudado casi 25 millones de pesos en dos semanas, cuando es una de las peores mexicanas estrenadas este año.

La trama de la cinta no es para nada interesante: carece de ingenio y el único recurso que se le ocurre a Bissner es hacer que los protagonistas corran de un lado a otro, para escapar de los árabes ineptos que no tienen la capacidad de atrapar a una chica desarmada. El problema no es que vayan a prisa a todas partes —Corre, Lola, corre (1998) o Todos contra Gregorio (2001) hacen lo mismo, pero de manera justificada y coherente– sino que se trata de la única salida para alargar la película, porque la historia se puede resolver en 20 minutos. Por cierto, el tráiler está mucho mejor elaborado, entendible y entretenido.

Todo el acelere se debe a que un músico (Mauricio Ochmann) planea pasar unas vacaciones con su pareja (Ariadne Díaz), en Cancún, pero una española (Marta Hazas) que huye de los árabes que la quieren secuestrar se mete en el estuche de su instrumento y aparece en su habitación, provocando los celos de su esposa. Ahora los dos tendrán que escapar juntos, con el riesgo de volverse más que cómplices.

La cinta está plagada de incongruencias. Se entiende que en las comedias haya situaciones absurdas para provocar la risa, pero existe una enorme distancia entre lo “absurdo” de las películas de Chaplin o Cantinflas, por ejemplo, en donde destacaba la creatividad y originalidad, y lo que pasa en Te juro que yo no fui.

En el filme, mientras se ofrece un concierto, tres personas burlan la seguridad de un teatro ante los agentes encargados de cuidarla y estos solo se limitan a verse entre sí y no hacen ni el intento de ir a buscarlas; una mujer viaja en avión en el estuche de un contrabajo y los guardias del aeropuerto no se dan cuenta, cuando los viajeros no pueden ni siquiera meter una botella de agua de contrabando; unos árabes persiguen a la protagonista y son muy diestros en saber en dónde está, pero nunca logran alcanzarla, balearla ni detenerla; los empleados del hotel se meten a los cuartos en contra de la voluntad de los huéspedes; y la seguridad de este lugar nunca se entera del escándalo por las carreras y los balazos, si se supone que, por su categoría, mínimo debe haber cámaras por todos lados.

En Te juro que yo no fui también hay planteamientos inverosímiles: no hay explicación ni credibilidad en el repentino amor entre el músico y la española; y no es posible el tiempo que ésta permanece en el estuche del contrabajo sin respirar y no le pasa nada. Por si fuera poco, las actuaciones son muy malas, hay personajes innecesarios y algunos diálogos no tienen sentido. Vaya a verla… bajo su propia responsabilidad, como siempre.

Artículo publicado el 28 de octubre de 2018 en la edición 822 del semanario Ríodoce.

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