Culiacanazo: verdades a flote

LOS CARPINTEROS. Muertes impunes.

Tuve la convicción de que a los dos carpinteros los habían matado los militares. Fue una convicción construida a pedazos, con testimonios recogidos en el lavado de autos Car Wash, que vieron justo el momento en que los soldados dispararon contra los dos hombres que habían estado tirados boca abajo tratando de evitar las balas que iban de un lado a otro, en medio de fuego cruzado. También del padre de uno de ellos, que me aseguró haber visto un video donde se observa el momento en que un soldado se acerca a los muchachos y les dispara a quemarropa.

Busqué afanosamente el video porque sería la prueba madre de que los soldados habían cometido un crimen, pero no lo conseguí. De todas formas, Ríodoce publicó la nota al cumplirse el primer año de ese jueves de terror. No tuvo mayor trascendencia para efectos de hacerles justicia a sus familias, y es posible que tampoco lo tenga ahora, cuando documentos de la Fiscalía Federal de la República (FGR), hackeados por el colectivo Guacamaya, evidencian que, efectivamente, los dos trabajadores fueron asesinados a mansalva por elementos de una institución que, se supone, está para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Vivimos, hay que repetirlo hasta el agotamiento, en el reino de la impunidad.

Los pormenores de este crimen son narrados en una excelente crónica de Roxana Vivanco en esta misma edición, escrita con base en documentos oficiales y que, se suponía, tenían que mantenerse en la confidencialidad. Lo que no se expuso públicamente a pesar de decenas de solicitudes de información y lo que se trató de ocultar, sobre todo por el Ejército Mexicano, se tiene ahora gracias a un manotazo del colectivo Guacamaya.

En todo caso, la filtración nos sigue mostrando esa vocación del Ejército Mexicano por esconder la verdad, por proteger a sus miembros, de los rangos que sean, y por distorsionar hechos que deberían ser juzgados y castigados ejemplarmente. Y por eso también nos expone la flaca actitud de la FGR y su complicidad, pues han pasado tres años de los hechos y hasta ahora no hay un solo elemento castrense juzgado por los crímenes que se cometieron ese día por parte de las fuerzas federales, y que evidenciaría, solo por ello, la incapacidad de las fuerzas armadas para resolver con eficacia crisis de este perfil y esta magnitud.

Y esto fue algo que estuvo hace unos días en la discusión nacional, cuando se valoraba en el Poder Legislativo, si se les daban más facultades a las fuerzas armadas para combatir al crimen organizado y a la violencia que se vive en las calles en buena parte del territorio nacional. Si estaban o no preparados para ello, fue una de las preguntas principales.

Los hechos del 17 de octubre de 2019 en Culiacán habían demostrado que no lo están. Y lo demostraron en todos los sentidos (no me los quiero imaginar en una guerra convencional contra quien sea). El propio general secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, reconoció que el operativo para capturar a Ovidio Guzmán había sido mal planeado y que las fuerzas federales fueron rápidamente superadas y dominadas por los ejércitos criminales al mando de Iván Archivaldo Guzmán Salazar. Una humillación reconocida en el propio palacio nacional que debió, por lo menos, costarle el cargo.

Si uno revisa lo que este Ejército Mexicano ha hecho después de ese jueves negro, entonces se tiene que llegar a la conclusión de que el gobierno está rendido. En vez de proponerse estrategias para socavar las bases del imperio criminal del que somos víctimas, construyen murallas y refuerzan los perímetros de sus bases para resguardarse, mientras la ciudadanía se la vive en el más completo desamparo.

Ese es el resultado de dejar hacer y dejar pasar. La inacción contra el crimen por la que optó el gobierno federal desde la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, ha sido aprovechada por los cárteles de la droga para fortalecerse, pertrecharse, expanderse y adueñarse cada vez más de esferas importantes de los gobiernos, en muchos estados y en muchos municipios.

Bola y cadena
Y ESTA INACCIÓN NO ES NUEVA. Se hicieron públicas las fichas del propio ejército sobre el respaldo que dos ex gobernadores de Durango, fiscales, agentes del Ministerio Público, jefes policiacos… le daban al Cártel de Sinaloa en ese estado. ¿Para qué la información, entonces? ¿Para manejos políticos? ¿Qué se hará con los casos de Morelos, Veracruz, Estado de México, Tabasco, Jalisco… donde con la propia información del gobierno federal se sabe ahora que altos funcionarios está coludidos con el crimen organizado?

Sentido contrario
CUALQUIERA DIRÍA QUE LA SUERTE de Luis Guillermo Benítez está echada y que hay que ir pensando quién lo va a sustituir en el cargo. No hay manera de que no se vaya. En todo caso es él el que tiene que decidir la forma en que lo haga. Ya conoce la ruta que siguió Jesús Estrada Ferreiro y no lo veo mañana o pasado implorando piedad.

Humo negro
FUE UNA POSTULACIÓN QUE NOS LLEGÓ de sorpresa. Desde Vancouver, Canadá, empezaron a preguntar por nosotros porque estábamos postulados para el prestigiado Premio Allard. Fue un honor estar entre los finalistas junto con la valiente periodista checa Pavla Holcová y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, que nos ha regalado reportajes tan importantes como el Panamá Papers. Una distinción que nos obliga a ser cada día más profesionales en lo que es considerado uno de los oficios más hermosos del mundo. A todos, un millón de gracias. Que este pequeño barquito de papel siga navegando.

Artículo publicado el 23 de octubre de 2022 en la edición 1030 del semanario Ríodoce.

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Operativo de fuerzas federales en el sector de La Lima, tras enfrentamiento ocurrido la madrugada de este domingo en Culiacán, que dejó un elemento de la Guardia Nacional (GN), muerto y otro lesionado .
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