Trump, una incógnita respecto al narco

Trump, una incógnita respecto al narco

Ya pasaron las campañas, ya es presidente electo, y una vez en el poder se sabrá hasta dónde lo que dijo era solo palabrería para ganar votos o si cumplirá sus promesas de endurecer acciones contra el crimen organizado

A principios de mayo pasado, seis meses antes de las elecciones en Estados Unidos, el entonces candidato a la presidencia por el partido republicano, Donald Trump, dijo a la revista Rolling Stone que, de ganar las elecciones de noviembre, enviaría tropas de fuerzas especiales a México para acabar con los diferentes cárteles de las drogas y arrestar a sus líderes.

La declaración se unía a otra promesa hecha siendo aún presidente de Estados Unidos, cuando dijo que juzgaría a los narcotraficantes como terroristas. Ambas declaraciones dejaron helados a analistas de seguridad, sobre todo la primera amenaza, pues no sólo violaría la soberanía de México, sino que incrementaría la violencia que hay en el país.

Al final, en opinión de expertos en seguridad, sus palabras han sido sólo eso, y Trump las habría dicho para generar controversia y hacer proselitismo a su favor en vísperas de las elecciones.

Y, sin embargo, al ser electo nuevamente presidente de los Estados Unidos, el país más poderoso del mundo, la declaración de Trump ya no puede ser tomada como algo controvertido, sino como una amenaza latente a la soberanía de México, pero también para la economía mexicana.

“Sus comentarios son un atentado a nuestro país, y que vengan de quien será el presidente de Estados Unidos es grave, porque es quien tendrá a su disposición logística, material humano, inteligencia, y ya sabemos de lo que ese país es capaz; lo vimos en Afganistán y en la capacidad para secuestrar y arrestar a Ismael el Mayo Zambada”, observó Víctor Gerardo Garay Cadena, analista de seguridad y antiguo jefe de la división antidrogas de la desaparecida Policía Federal.

Garay Cadena, quien también fue comisionado interino de la Policía Federal, expresó su temor de que Estados Unidos no se ande por las ramas y que, la amenaza contra los cárteles, realmente ocurra, aunque cómo la aplique, será cuestión de esperar para ver el proceso.

Un ejemplo de lo que es capaz Estados Unidos fue el caso de Humberto Álvarez Machain, el médico que supuestamente estuvo involucrado en el asesinato de Enrique Kiki Camarena, en 1985, y por quien agentes federales de Estados Unidos ingresaran a territorio mexicano para secuestrarlo y llevárselo contra su voluntad a Los Ángeles, California, donde fue arrestado.

“Yo dudo que algo así pueda ocurrir, pero si Estados Unidos realmente envía a tropas de fuerzas especiales a México para acabar con el narco, sería un operativo quirúrgico, no sólo para ingresar al país, sino para ir tras los líderes de los cárteles de la droga”, insistió Garay Cadena.

Claudia-Trump

Sobre esa posibilidad, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, no se ha aventurado a expresarse sobre una posible incursión de agentes de fuerzas especiales de Estados Unidos al país, sino que ha sido cautelosa en cuanto a sus declaraciones y sólo se ha limitado a decir sobre las buenas relaciones que existen entre México y el gobierno estadounidense.

NARCOS. En la mira de EU. Foto: Cuartoscuro.

“Tuvimos una llamada muy cordial con el presidente electo Donald Trump en la que hablamos de la buena relación que habrá entre México y Estados Unidos”, publicó Sheinbaum en su cuenta de redes sociales X.

El discurso de la presidenta choca con las declaraciones de Trump, quien ha sido enfático en sus amenazas, pues en palabras del magnate estadounidense, el gobierno mexicano ha sido incapaz de controlar la inseguridad en su territorio, y por ello el presidente electo ha dicho que acabará con los cárteles de las drogas en México, “con o sin el apoyo del gobierno mexicano”.

Luego de las declaraciones de Trump, un jefe de sicarios afiliado al entonces llamado Cártel de Sinaloa, dijo que si “militares gringos”, deciden ingresar a México para cazar y desmantelar a las diferentes organizaciones criminales del país, ellos los enfrentarían.

“Si vienen (las unidades de fuerzas especiales de Estados Unidos), no nos vamos a quedar con los brazos cruzados; los vamos a enfrentar”, dijo el gatillero mientras sostenía un rifle de alto poder, durante una entrevista hecha en una casa de seguridad, concedida a Ríodoce y al periodista sueco Tigran Feiler, en junio pasado.

Sobre ese señalamiento Feiler, quien es corresponsal en Latinoamérica para la Televisión Nacional de Suecia, expresó que, aunque las palabras de Trump, pudieran ser sólo una retórica de campaña, es claro que esta vez el presidente electo viene más decidido, y con un mayor conocimiento sobre cómo funciona el aparato del estado, y que por tanto México debe tomar con seriedad su discurso, que tras su triunfo dijo que gobernaría con un solo principio, y ese principio era “promesa de campaña hecha, promesa que cumpliría”.

“Es claro que va a hacer algo, aunque sea algo simbólico (respecto a enviar fuerzas especiales a México), para demostrar que lo que prometió no fueron solo palabras, y de ahí puede valerse para usar diferentes temáticas como puntos de presión en su relación con México”, observó Feiler, quien tiene años realizando investigaciones sobre migración e inseguridad en México.

Entre otras amenazas hechas por Trump respecto a México, también se encuentra el realizar redadas y deportaciones masivas de mexicanos que viven en Estados Unidos sin documentos, visas o permisos de trabajo, además de indicar en repetidas ocasiones que iniciará una guerra comercial con México, incluso, que cerraría la frontera entre ambos países, sólo para demostrar a sus seguidores que cumplirá con sus promesas de campaña.

Pablo Carstens Madero, analista y experto en temas de Seguridad Nacional, observó que a México no deberían preocuparle tanto los comentarios de Trump, de quien ya se sabe que “habla mucho y hace poco”, pero que, sin embargo, sus señalamientos sí podrían afectar a la economía mexicana, no sólo por las incertidumbres de sus amenazas, sino por los cambios constitucionales que ha habido recientemente, los cuales afectarían los tratados comerciales con los cuales Trump no está muy contento.

“Es preocupante porque, ponle que no cierre la frontera, pero si sube los aranceles un 25 por ciento, y México es el principal socio comercial de Estados Unidos, ese sería un impacto fuerte, y si a eso le agregas que Estados Unidos tiene años afectado por el tema del fentanilo, que ha causado la muerte de cientos de miles de estadounidenses, y por ahí sí veo que Estados Unidos vaya a ejercer presión ante México para que le conceda sus demandas”, observó Carstens Madero, autor de libros investigación como Predadores urbanos.

La amenaza estará allí

Para Feiler sin embargo, aun cuando Trump mandara tropas militares a México, no va a acabar con el narcotráfico, sino que su discurso apuesta más a una forma de mostrar fortaleza, y decir que está haciendo algo, o que va a hacer algo.

“Los votantes de Estados Unidos eligieron a un político que promete soluciones muy drásticas, y se mete con temas relacionados con migración, comercio, inseguridad, y para México va a ser difícil, porque estos son temas que debe mejorar: migración, inseguridad, y el tema comercial con los aranceles”, observó Feiler.

Entrevistado vía telefónica luego de cubrir las elecciones en Estados Unidos, Feiler agrega con cierta preocupación: Respecto a que Trump envíe grupos de fuerzas especiales a México para acabar con los narcos, la pregunta es que, no sólo se violaría la soberanía mexicana, sino qué haría el gobierno mexicano ante esa situación, si acusaría la intervención cuando México ha demostrado que no puede contener la violencia y al hacerlo estaría protegiendo a los criminales, o emplea un método de colaboración; eso sería el gran reto del gobierno mexicano.

“Si ocurre, sería interesante saber cómo reacciona México”, insistió el periodista.

Para los analistas consultados, es prematuro saber qué tanta continuidad va a haber respecto a la estrategia de seguridad implementada por la administración de Joe Biden, ya que Trump ha insistido que va a limpiar las agencias de seguridad e inteligencia de su país, y con ello crear “estructuras de lealtad”, lo cual agrega mayor incertidumbre en las relaciones bilaterales entre ambos países.

Pablo Carstens fue más tajante aún, al señalar que, tarde o temprano, la relación se tensaría entre ambos países, debido a que Trump, más que negociar, le gusta amenazar, y ello eventualmente, podría romper las pocas relaciones que hay.

“Y van a pasar muchas cosas. Pero en lo relacionado a que Estados Unidos envíe tropas de fuerzas especiales a México, hay un problema de soberanía, pero la realidad es que si México no acaba con los narcos, alguien más lo tendrá que hacer”, concluyó Carstens.

Artículo publicado el 10 de noviembre de 2024 en la edición 1137 del semanario Ríodoce.

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