La otra cara del gabinete de Claudia Sheinbaum

La otra cara del gabinete de Claudia Sheinbaum


Era de esperarse que en las tandas finales Claudia Sheinbaum deslizara las cartas del presidente AMLO en su gabinete. Si la continuidad fue uno de sus lemas de campaña, en la conformación de su equipo de gobierno tenía que refrendarlo. Al menos es congruente, esto prometí, esto es. Repite Ariadna Montiel Reyes en la Secretaría de Bienestar, uno de los pilares más fuertes del triunfo del 2 de junio gracias a los programas sociales y el trabajo de los 25 mil servidores de la nación —en Sinaloa hay 1 mil 100—quienes, pese a las quejas de los partidos de la oposición, que fueron resueltas a su favor en el INE y en el Tribunal, siguieron haciendo barridos en todo el país, sección por sección promoviendo a Morena con recursos públicos —simplemente usando chalecos con el color de este partido— y enalteciendo la figura del partido y del presidente. ¿El viejo PRI? Sí, el viejo PRI ahora de otro color (y los que nos quejamos en 2006 del frijol con gorgojos).

La señora Montiel tendrá como objetivo reforzar los programas sociales y qué bueno, pero en el fondo, no lo niegan, el propósito será político y no social, el mismo que fue con el presidente AMLO, es decir, mantener cautivo el voto de los más de 25 millones de beneficiarios en favor de la llamada cuarta transformación.

En la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana se esperaba el nombramiento de Omar García Harfuch, aunque aquí la pregunta es qué hará este señor en la dependencia si le han quitado las armas. La Guardia Nacional, que dependía de esta secretaría, pasará a la SEDENA y será fortalecida, así lo dijo el jueves, pero desde la SEDENA, con criterios castrenses y mandos castrenses. Le quedan, sí, áreas de inteligencia y de coordinación con los estados y un montón de direcciones que quién sabe para qué sirven, pero sin la Guardia Nacional el nuevo secretario no tendrá libertad de acciones y movimientos y será entonces como un león chimuelo.

Con sus antecedentes, deberíamos esperar mejores resultados que los que tuvimos con Rosa Icela Rodríguez, que va a la Secretaría de Gobernación, pero esto ya dependerá de la coordinación que logre, más allá de las atribuciones de cada dependencia plasmadas en los papeles, con las fuerzas armadas. No hay que olvidar que García Harfuch, pese a la política obradorista de abrazos no balazos, logró asestar golpes muy importantes a las estructuras criminales de la Ciudad de México, que, dicho de paso, no tienen la misma dimensión que cárteles como el de Sinaloa o el de Jalisco.

También se había especulado que la actual secretaria de Seguridad iría a Gobernación, lo cual se confirmó el jueves. Rosa Icela es pieza de López Obrador como Harfuch lo es de Claudia. Uno estará limitado a su secretaría mientras que la otra será el enlace con todo el gabinete, la Cámara de Diputados, el Senado de la República y todos los gobiernos estatales. Es verdad que hemos tenido secretarios y secretarias de gobernación que han sido como floreros que lucen para el poder presidencial; en este caso tal vez no sea un florero, pero muy probablemente las gestiones que haga y las decisiones que tome la nueva secretaria pasen por una mirada previa hacia algún rancho perdido en Chiapas. Es una mera conjetura, ojalá no fuera así.

Pero la designación infumable del jueves fue la de Mario Delgado en la SEP, lo cual refrenda que la importancia de esta secretaría para la 4T no es educativa, científica, académica, sino política. “Peor imposible”, me dijo una compañera con la que reboté el tema esa misma mañana del anuncio. Trabaja en la SEPyC, lo cual dimensiona su opinión. Es cierto que Delgado fue secretario de Educación cuando Marcelo Ebrard gobernaba la Ciudad de México, pero eso no le da tablas para una encomienda nacional. Y si de paso lo comparamos con otros secretarios que hemos tenido, mejor ni hablar.

Los perfiles de los secretarios de Educación se distorsionaron cuando los cientos de miles de maestros que hay en el país —ahora más de 2 millones— fueron parte del corporativismo del viejo sistema. Aquí ya no importaba tanto el aprendizaje de los niños y jóvenes, sino el control político de los maestros. (No por nada luego de salir de la conferencia donde se hizo el anuncio, Mario Delgado se reunió con la cúpula del SNTE, firmando el compromiso de que seguirán siendo “grandes aliados”.

Bola y cadena
FALTAN NOMBRAMIENTOS, CINCO O SEIS, entre ellos la SEDENA y la Marina, donde la mano del presidente AMLO pesará más que la de Sheinbaum. Y la de ellos también, ahora más que nunca, pues en esta administración recibieron más canonjías y privilegios que nunca antes en la historia moderna de nuestro país. Y primero morderán antes que soltar el hueso.

Sentido contrario
EL “ADIÓS A LAS ARMAS” DE mi pasada columna es solo una metáfora basada en la novela de Ernest Hemingway y solo quise decir que bajarían las tensiones del conflicto entre el gobierno estatal y los directivos de la UAS, buscando llegar a un acuerdo. Pero no termina la semana cuando el jefe de comunicación de la casa rosalina, Arnoldo Valle, es atacado a balazos en la torre de rectoría. No hay que especular respecto al motivo ni sobre los autores, intelectuales, sobre todo. Lo único cierto es que el ataque se da en medio de este conflicto, pero también en el contexto de una descomposición cada vez más clara del grupo dominante en la Universidad.

Humo negro
NO SOLO NO RENUNCIÓ A LA DIRIGENCIA del PRI después de la paliza que les dio Morena a él y a sus aliados el 2 de junio; tampoco piensa dejar el liderazgo en agosto, cuando debería elegirse un nuevo comité ejecutivo nacional del partido, no, por el contrario, Alito ahora pretende modificar los estatutos del partido para reelegirse por otros ocho años. Como dicen en mi rancho, no tiene llenadera. Ni pudor.

Artículo publicado el 7 de julio de 2024 en la edición 1119 del semanario Ríodoce.

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