Si en el pleito Rocha-Cuen el público está esperando sangre, puede esperar sentado. Lo de “sangre” es solo una metáfora, lo aclaro. Mucha gente, al interior de la Universidad Autónoma de Sinaloa y al exterior, sobre todo en los círculos políticos y en la clase media informada, quisiera que el gobernador diera un manotazo y rescatara a la casa rosalina del cacicazgo que la domina desde hace 17 años, por lo menos, cuando Héctor Melesio Cuen Ojeda inició su periodo rectoral. Pero no lo hará. Si algo ocurriera en esa dirección, es decir, liberar a la UAS de ese control, no sería por obra de una acción contundente y premeditada del Gobierno –y aquí englobo al estatal y al federal con todos sus instrumentos–, sino de procesos paulatinos, de mediano y largo plazo –dialécticos, dirían los académicos.
¿Una investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) en la Universidad? Por favor, vean en lo que se ha convertido. ¿Que la Fiscalía General de la República (FGR) puede abrir carpetas de investigación por presuntos actos de corrupción, desvío de recursos…? No me digan. ¿Y hasta dónde llegarían con el espantapájaros en que se ha convertido su titular?
La suerte para Cuen Ojeda es que el gobernador sigue en todas sus líneas las formas de gobernar del presidente de la república y se está plegando a sus propósitos rumbo al 2024. Hace algunas semanas, cuando hablábamos aquí de un posible rompimiento como el que ocurrió, dijimos que el rector Jesús Madueña, si tuviera que escoger esquina, lo haría con Melesio Cuen porque él lo hizo, al él se debe y le debe la rectoría.
Habían pasado apenas unas horas de que el gobernador dijo que el PAS se estaba financiando en la UAS, cuando el rector dijo que eso no era cierto. No defendió a Melesio Cuen porque no ocupaba hacerlo, pero sí lo hizo, implícitamente, al sacar la cara por el proyecto del que forma parte desde hace tres lustros, Partido Sinaloense incluido.
Tan no tiene pensado un manotazo el gobernador, que los argumentos que expuso en su semanera del lunes pasado –todavía ecos de la osadía de Cuen y del PAS de colar en Morena 14 delegados distritales—son triviales. Hay evidencias documentales, dijo, de funcionarios de alto nivel de la UAS que se corresponden con el PAS ¿Y eso qué?… “directores de escuelas y facultades son presidentes de subcomités del PAS”… ¿Y eso qué?
Dijo que no es correcto que un partido ejerza control sobre la universidad. Esto es verdad. Si está ocurriendo puede ser lo más grave porque están de por medio los derroteros académicos de la institución, la manipulación de los recursos humanos, y el manejo de los recursos económicos siempre escasos, que podrían ir no solo al PAS, sino a los bolsillos de algunos de los principales funcionarios bajo mil formas.
Después del control que la izquierda tuvo de la Universidad y de sus recursos humanos y materiales, incluso a través de estructuras partidistas a las que el propio gobernador perteneció, como el Partido Comunista Mexicano (PCM), la casa rosalina entró en un proceso de oxigenación donde los funcionarios, académicos y trabajadores, podían militar en el partido que les diera la gana, pero no ideologizar ni partidizar los procesos internos de la UAS. Fueron rectores muy identificados con el PCM Arturo Campos Román, Eduardo Franco, Jorge Medina Viedas, Audómar Ahumada Quintero, casi todos con cargos directivos, y David Moreno Lizárraga, que venía de la Corriente Socialista- PSUM-PMS. Fue el Gordo Moreno quien empezó a plantear que había que separar las estructuras de los partidos de las tareas académicas de la UAS. Le siguió Rubén Rocha, quien había ocupado también cargos directivos a su paso por estos partidos. Jorge Luis Guevara venía del PMT, de Heberto Castillo…
Y cuando parecía que la Universidad había sido liberada de las estructuras partidistas que le condicionaban sus “actividades sustantivas”… llegó el PAS. Héctor Melesio, primero como rector y luego como líder moral de un proyecto que se concibió no a lustros, sino a décadas. Y muchos quisieran que para toda la vida.
Bola y cadena
PERO SERÍA UN ERROR LIMITAR el tema de la UAS a la presencia e influjo del PAS en sus estructuras administrativas, académicas y laborales. El PAS no existía cuando Melesio Cuen ya controlaba las estructuras de la Universidad. Se reformó la Ley Orgánica de la institución para favorecer este empoderamiento del cuenismo y pretender socavarlo pasa por una contrarreforma profunda.
Sentido contrario
EL PROBLEMA AHORA PARA el rochismo es si podrá llevar a cabo esta contrarreforma con los alientos que el ahora gobernador le dio al Partido Sinaloense al llevarlo en las elecciones pasadas como un partido aliado al que ahora llama traidor. En todo caso, si Rocha Moya quería acabar con ese control del PAS sobre la Universidad –del cual tiene conocimiento desde hace lustros–, lo que tenía que hacer era socavar las bases del partido, pero hizo lo contrario, lo infló artificialmente y le dio un poder que no tenía.
Humo negro
ESTE PLEITO YA QUEDÓ SUJETO a la agenda 2024. Por eso Rocha no le dará escobazos al panal. Dirá lo que quiera en las semaneras o cuando los reporteros le pregunten sobre el tema en las banqueteras, pero no pasará de declaraciones. La fotografía del gobernador con las secretarias de Educación entrante y saliente y donde aparece el rector Jesús Madueña Molina, lo dice todo.
Artículo publicado el 21 de agosto de 2022 en la edición 1021 del semanario Ríodoce.