Cine: ‘Minions: Nace un villano’

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Desde que era un niño en los años setenta, Gru ya disfrutaba hacer maldades y su mayor sueño era pertenecer al grupo de Los Malvados 6, por lo que solicita unirse a ellos, pero lo rechazan porque no lo consideran lo suficientemente villano. A partir de ahí, el pequeño hace todo lo posible para demostrar que puede estar al nivel, en lo cual sus amigos los Minions intentan ayudarlo, aunque, en realidad, le hacen más complicada la tarea.

Sin dudas, la diversión está garantizada en Minions: Nace un villano (Minions: The Rise of Gru/EU/2022), dirigida por Kyle Balda, Brad Ableson y Jonathan del Val. En la secuela de Minions (2015) y precuela de Mi villano favorito (2010) no hay espacio para pestañear, mucho menos para ir al baño o por más palomitas y refresco: su ritmo acelerado y la gran cantidad de acciones no lo permiten.

Si bien el entretenimiento es seguro, no significa la película que regresa a la escena a esos pequeños extraños seres de color amarillo, de lenguaje indescriptible, sea verdaderamente buena, pero sus planos exageradamente iluminados y coloreados, y su interesante ambientación en la década de los setenta, con referencias a peinados, vestimenta, objetos, actores, actrices, cantantes, canciones… y hasta la peculiar bola de espejos típica de las discotecas, la hacen muy atractiva.

La fórmula para que el filme funcione es muy obvia y sencilla. Principalmente, el solo hecho de poner a los Minions asegura el éxito y eso lo sabe muy bien Illumination Entertainment, su productora.

Inexplicablemente, esos diminutos cilindros tienen un encanto y todo lo que hacen y “dicen” provocan, sí o sí, carcajadas, sobre todo en los niños, su público objetivo.

El otro ingrediente que lleva al triunfo a la película con un guion de Matthew Fogel, basado en una historia suya y de Brian Lynch, es que se trata de un cúmulo de pequeños actos en medio de una historia que bien pudo contarse en 10 minutos. Así sean muy atractivas las caídas, golpes, peleas, corridas, persecuciones, explosiones y choques, solo están ahí para alargar la trama.

En ese sentido, en la cinta todo pasa muy rápido y nada se desarrolla ni se explica. Por ejemplo, en su paso por el barrio chino de San Francisco, cuando van hacia el rescate de Gru, tres Minions se topan con una acupunturista que les da clases de Kung Fu en tres minutos, de lo cual no aprenden nada, aunque más tarde, resulta que son muy diestros en eso y les ayuda a salvar a su gruñón amigo en la escena más importante.

El filme que en su primer fin de semana de estreno arrasó en la taquilla y ha recaudado millones de dólares, recurre además al recicle de escenas y así asegurar más su victoria, como esa en la que un pequeño Gru cubre con queso a quienes están en la fila de una heladería, tal cual lo haría un Gru adulto, pero en una cafetería y con hielo, en Mi villano favorito.

Si a lo anterior se le agregan unas agradables voces, la diversión es un hecho. En español, Andrés Bustamante queda excelente de Gru; Itatí Cantoral no decepciona como Donna Disco; y Ricardo Tejedo hace un titánico trabajo encargándose de que todos los Minions “hablen”. Véala… bajo su propia responsabilidad, como siempre.

Artículo publicado el 10 de julio de 2022 en la edición 1015 del semanario Ríodoce.

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