En Zacatecas va a disminuir la violencia, pero eso va a pasar cuando uno de esos grupos acabe con el otro, y entonces llegue una calma a la zona. Sólo entonces. Pero con el poder de esos dos grupos, nadie sabe cuándo pueda ocurrir eso, dice Guillermo Valdés
Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que Zacatecas “no estaba solo”, hace pocos más de dos semanas, los zacatecanos sintieron que la violencia por fin aminoraría. Tenían meses viviendo una inseguridad sin precedente, luego que pistoleros del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) empezaran a disputarle al Ismael, el Mayo Zambada, el corredor de drogas que atraviesa esa zona, y por ello el mensaje del mandatario daba esperanza.
Pocos días después López Obrador envió 3 mil 500 elementos de la Guardia Nacional para reforzar la estrategia de seguridad del gobierno federal bajo el eslogan “Plan de apoyo a Zacatecas”, y en ese momento los zacatecanos sintieron que el compromiso era real.
El plan, sin embargo, resultó una simulación, pues según reportes de analistas de seguridad y residentes de ese estado, los elementos castrenses se han limitado únicamente a patrullar la región, pero sin realmente emprender algún tipo de acción contra los grupos criminales.
“Vinieron los soldados, pero no hacen nada, sólo parece que se andan paseando por las calles, y los cárteles peleando a pocos kilómetros de ellos, como si nada pasara”, comentó un vecino que vive en Fresnillo.
Es la misma historia que se ha contado en Michoacán, en Guerrero y en otras entidades donde, en opinión de expertos, la figura del ejército ha resultado ornamental más que de resultados, según muestran los números de incidencia delictiva.
“El gobierno federal piensa que con la pura presencia de la Guardia Nacional, los grupos delictivos van a dejar de actuar, pero claramente no es el caso, porque la estrategia parece ser sólo de hacer acto de presencia, una medida netamente disuasiva y eventualmente reactiva, pero sin resultados porque es claro que no existe una estrategia para aliviar la inseguridad”, lamentó Guillermo Valdés Castellanos, quien durante la administración del ex presidente Felipe Calderón fue director del Cisen.
Agregó: “Y ahora que mande esos 3 mil 500 elementos, no sé si es un acto de desesperación por parte del presidente, después de anunciar durante su campaña que sacaría al ejército de las calles; yo lo veo como un acto mediático para demostrar que está haciendo algo en materia de seguridad, pero sin estrategia, sólo acto de presencia, lo cual no va a funcionar”.
Apenas el viernes de la semana pasada, elementos de la Guardia Nacional fueron atacados por un grupo armado que no les pudo sacar la vuelta, en el ejido Las Cabras, perteneciente al municipio Los Pinos, donde los elementos castrenses aparentemente no tuvieron otra que repeler la agresión. El resultado fueron dos civiles muertos y al menos 17 detenidos, según reportaron diversos medios de comunicación.
–¿El que haya enviado a 3 mil 500 elementos de la Guardia Nacional a Zacatecas significa que su política de abrazos no balazos ha llegado a su fin?, se le preguntó al analista.
—Absolutamente no. Puede desplegar al ejército entero en las calles, pero como digo, si sólo es para hacer acto de presencia, pero sin una estrategia de seguridad ni de inteligencia que pruebe resultados, todos esos patrullajes se vuelven una simulación. Porque, por lo que se ve, no hay una estrategia y, si la hay, no está dando resultados.
Movido por ese nivel de inseguridad, el alcalde del municipio de Valparaíso Eleuterio Ramos Leal, habría enviado un mensaje en vídeo a los cárteles que pelean en su municipio, pidiéndoles que se enfrenten en zonas aisladas para que no victimicen gente inocente, incluyendo mujeres y niños.
“Si ustedes han decidido vivir a salto de mata, luchando por una causa incomprensible, exponiendo su vida de forma permanente, háganlo a la distancia de las comunidades y de nuestras familias”, se le escucha decir en el video a Ramos Leal, el cual se volvió viral a los pocos minutos de ser subido.
El miedo a volver al terruño
Valparaíso junto con Fresnillo son los municipios más afectados por la ola criminal que afecta a la entidad, y que ha provocado que Zacatecas, el otrora estado colonial por excelencia que destacaba por su relativa calma, hoy se encuentra ardiendo en medio de tanta violencia, lo cual ha propiciado que miles de zacatecanos que radican en el extranjero, tengan miedo ir a pasar las fiestas de fin de año a sus lugares de origen.
“Muchos de nuestros paisanos de California están pensando si ir o no a Zacatecas, por la violencia que está ocurriendo, y que aunque allá anda la Guardia Nacional, la inseguridad sigue, y aquí es donde el gobierno federal debe intervenir con mano dura y proporcionar seguridad a quienes se quedan allá, y a quienes quieren ir a pasar las fiestas navideñas”, comentó Guadalupe Gómez, presidente de la Federación de Clubes Zacatecanos del Sur de California.
La violencia apunta a una nueva forma de narcoterrorismo, pues parte de las estrategias con que se han empezado a atacar incluye los llamados “drones suicidas”, que son drones de la marca DJI, modelo Mavic, a quienes les pegan explosivos con cinta gris, para entonces lanzarlos al aire, y desde arriba monitorear el punto donde se encuentra el enemigo; y es cuando los lanzan a gran velocidad, llegando a destruir vehículos, incluso casas.
Aunque el método que más está utilizando, tanto CJNG como los de Sinaloa, es identificar a sus enemigos, levantarlos, torturarlos, y finalmente colgarlos desde los puentes que hay en la ciudad. En lo que va del año se han encontrado a más de 57 cadáveres colgando en los puentes.
Por ese nivel de narcoterrorismo, el pasado 25 de noviembre el presidente López Obrador sostuvo una reunión de seguridad en Zacatecas, para decir a los zacatecanos, que “no estaban solos”, haciendo luego el anuncio de que enviaría a miles de elementos de la Guardia Nacional.
Esa medida es la que tendría pensando a Valdés Castellanos respecto a la forma en que López Obrador ha empezado a enfrentar el mismo problema que tuvo Calderón Hinojosa, hace 13 años, y que lo hicieron mantener al ejército en las calles.
“Nosotros estudiábamos la situación, cuestionábamos a los diferentes secretarios qué era lo que no estaba funcionando para hacer ajustes a la estrategia de seguridad. Hoy lo que se ve es que la Guardia Nacional sólo sale a patrullar, y los grupos delictivos se mueven a otras zonas cuando ve que se acercan elementos del gobierno, pero no dejan de operar desde otros lugares, y esa ha sido la historia de estos tres años: despliegues de Ejército y de Guardia Nacional, pero sin resultados”, insistió Valdés Castellanos, quien es autor del libro Historia del Narcotráfico en México.
–¿Usted ve imposible acabar con la violencia?
–Eventualmente va a disminuir la violencia, pero eso va a pasar cuando uno de esos grupos acabe con el otro, y entonces llegue una calma a la zona. Sólo entonces. Pero con el poder de esos dos grupos, nadie sabe cuándo pueda ocurrir eso.
De acuerdo al Secretario de Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, el motivo por el cual Zacatecas se ha convertido en una zona en disputa es porque representa un corredor clave para el trasiego de drogas que se mueven de sur a norte, ya que conecta con estados que llevan a la frontera, incluyendo Durango, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas, pero además conecta con estados que tienen playas, como Nayarit y Jalisco, lo cual vuelve sus carreteras muy atractivas para los grupos de crimen organizado.
La situación llegó a tal grado, que en nueve de los municipios del estado ni siquiera había policías, que habían sido muertos o renunciaron a sus cargos ante la falta de garantías para seguir haciendo su trabajo, y el poder que empezaron a mostrar los dos cárteles, considerados los más poderosos y violentos del país.
Artículo publicado el 12 de diciembre de 2021 en la edición 985 del semanario Ríodoce.
