Si hubo corrupción, ya se acabó: Cuen

CUEN de lado-1

En Salud se acabaron los tiempos de prueba y error

No es una bomba de tiempo. Aunque así puede parecer, atender la Secretaría de Salud no significa un artefacto que en cualquier momento puede estallar, sino un reto. Así lo explica Héctor Melesio Cuen Ojeda, quien a partir de este lunes 1 de noviembre tomará un cargo que en las últimas administraciones ha estado plagado de irregularidades.

Melesio Cuen habla de las cosas por hacer en dicha secretaría, así como sus aspiraciones dentro del gabinete de Rubén Rocha Moya.

La crisis de medicamentos, la pandemia, los casi 9 mil fallecidos por el COVID-19 y los rastros de corrupción que pueda dejar una administración en una de las áreas más sensibles son los retos principales.

—¿No es una bomba de tiempo lo que le han entregado en las manos?

—La verdad es que yo siempre he tenido retos en mi vida.

—Está muy bravo este reto.

—Yo recuerdo cuando recibí el reto de la universidad, era un reto donde no había ni la más mínima vinculación con los sectores sociales y productivos, era un reto donde no había para pagar las quincenas ni los aguinaldos y lo retomamos, y claro, nada es fácil en la vida y hoy, bueno, como que la vida a mí siempre me va a poner cosas difíciles adelante.

—Entonces sí coincide conmigo con esto de que le han entregado una bomba de tiempo en las manos.

—No, la verdad es que para mí no es una bomba de tiempo, para mí es un reto importante donde está de por medio la salud y la vida de los sinaloenses.

La única persona que terminó acusada por malos manejos en la Secretaría de Salud dirigida por Ernesto Echeverría fue María Alejandra Gil, juzgada por el delito de desempeño irregular de la función pública.

La ex funcionaria fue condenada el 1 de abril de 2020 a cuatro años de prisión y al pago de una multa de 17 mil 519 pesos aunque quedó absuelta del delito de ejercicio indebido del servicio público.

—Le preguntaba esto porque, imaginemos que le toca ‘desenmarañar’, lo que una vez hizo el doctor Messina, una serie de irregularidades, una tras otra, otorgamiento de plazas, equipamiento, pago de salarios, construcción de salarios, no hubo área en donde no hubiera corrupción en los servicios de salud de Sinaloa, y él lo denunció.

—Ahí está el resultado.

—Él lo denunció en su momento y no hubo más que una sola responsable, la licenciada María Alejandra Gil Álvarez.

—¿Y por qué cambiaron a Messina?.

—Desconozco, creo que pidió su renuncia y entró el doctor Encinas.

—A lo mejor Messina renunció o pidió su cambió porque no aguantó la deshonestidad de sus jefes.

—Ah, y qué tal si le toca un escenario similar en donde tiene las pruebas y nadie quiere hacer nada.

Desde luego que todo lo vamos a hacer público, al primero que voy a consultar es al doctor Rocha Moya, yo espero que todo esté bien porque el doctor Efrén Encinas no se caracteriza por ser una persona deshonesta.

—Él no, sin embargo no creo que todo vaya a estar bien, la primera muestra la acaban de dar en el Congreso hace unos días.

—Y no me gustó, la verdad a mí no me gustó lo que ha pasado en el Congreso del Estado que de repente hay muchísimas observaciones para el gobierno estatal, pasan las horas y las solventan, entonces los diputados no les queda de otra más que tomar en cuenta que eso está solventado, entonces hay cosas que tendrán que cambiar sin lugar a dudas.

—En el hipotético caso de que tenga las pruebas en las manos, de corrupción y todo eso, si hay que meter gente a la cárcel, ¿la van a meter?

–Hay que recordar que yo soy químico, no hay que ser temerario, sobre todo siempre que se acusa a alguien hay que probarlo, si a alguien se le comprueba algo pues a la cárcel.

—Y si tiene las pruebas, ¿las va dar a conocer a la autoridad?

—Claro.

—Messina aportó las pruebas en su momento y la autoridad investigadora las hizo a un lado.

—¿La autoridad investigadora? ¿Sería?

—Yo creo, no lo sé.

-Yo tampoco sé, pero hay jefes.

—¿Habrá sido el gobernador entonces?

—Todo puede pasar, quien sabe. Sería muy temerario decir sí o no.

Ensayo y error, la pandemia que golpeó duro

El COVID-19 ha cobrado la vida de más de 8 mil 700 sinaloenses y además evidenció las carencias del sector salud, no solamente en equipamiento sino en la falta de personal y en sus prestaciones.

A más de 600 días de pandemia la atención no es tan precaria como al inicio y los errores se lograron detectar. Ahora, viene el solucionarlo.

“Ya ahorita tenemos una ventaja: echando a perder se aprendió en los hospitales para ver cómo tratar a un paciente con COVID-19 y también cuándo están encamados, el trato que se les debe de dar, sobre todo la intubación”, explica Cuen.

El ahora secretario de Salud rememora cuando el sector médico se queda sin la gente con experiencia por las comorbilidades y entonces hubo necesidad de poner a trabajar a gente que aprendió durante la pandemia a quienes tildó de héroes.

“Ellos aprendieron a la mala”, señala.

—Sí, pero el problema es que no puedes estar a prueba y error cuando de por medio está la salud y la vida.

—Se enojan conmigo cuando digo que esto es consecuencia de la corrupción imperante de los anteriores gobiernos, así como lo dijo Messina, que después los hayan perdonado o que haya habido negociaciones, eso es otra cosa, lo cierto es que se nota en los hechos y aquí el pagar no es el pueblo, aquí pagan las clases media y baja”.

—Hace rato me dijo que en el sector salud no puede haber ensayo y error.

—Nada de eso, eso no se va a permitir por ningún motivo. Cuando llegaron por ejemplo, si recuerdas el alboroto mediático de los respiradores artificiales… el problema no es ese, el problema es que necesitas expertos para intubar a un paciente, un especialista, no lo hace cualquiera”.

—Rubén Rocha ha dicho que ‘no tienen derecho a fallar’.

—Estoy completamente de acuerdo con él, y el doctor Rocha a mí me está dando la oportunidad lo cual agradezco mucho de un área muy sensible.

Artículo publicado el 31 de octubre de 2021 en la edición 979 del semanario Ríodoce.

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