La Junta de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Ahome (Japama) se convirtió en agiotista, durante el trienio del alcalde, Manuel Guillermo Chapman Moreno, lo que eleva la deuda pública a niveles estratosféricos, aunque ficticios.

Con la acción, los consumidores precarios son los más afectados pues el suministro de agua en hogares pobres fue estrangulado o cercenado, sin que exista entendimiento por la administración de la paramunicipal que encabezan funcionarios “importados” de la ciudad de México por el presidente municipal.

Pero aún, los precarios están a punto de ser demandados por la paramunicipal que podría acusarlos de robo de agua y procesarlos, cuando la acción es un espejismo provocado por la cerrazón de los directivos.

La cantidad de familias que enfrentan el riesgo es indeterminada.

En un primer censo de ellos, la asociación “Se da tu Vida Digna” tiene un registro de 100 familias.

Rosa Aidee Soto Martínez, lideresa de la agrupación aseguró que desde que Chapman Moreno ocupo su asiento en la Japama las cosas no han avanzado, sino retrocedido, pese agestiones individuales y grupales a través de regidores, que también son rechazadas.

Explicó que en administraciones anteriores había forma de evitar las limitaciones y cortes del servicio a precaristas e incluso esto ocurrió en los primeros meses del actual trienio cuando Alberto Corvera Norzagaray y Gonzalo Artola encontraron una forma de mantener el suministro de agua pagando los consumos habituales a través de una tarjeta con número de cuenta que se les asignó.

Aunque era un buen mecanismo y este no afectaba a la paramunicipal, la mecánica fue desechada por la Auditoría Superior del Estado, que la consideró irregular porque no resolvía la cartera vencida.

A la salida de estos, recordó Soto Martínez, las cosas se complicaron porque Japama pretendió canjear los recibos por dinero, en una maniobra agiotista, y voraz porque quería el pago en una sola exhibición y en efectivo.

“Cuando una familia pobre, sin ingresos fijos, que trabaja al día podrá pagar 30 mil pesos de deuda, pues ¡nunca!”, dijo.

Así es que la situación, más que arreglarse, se agravó.

Y empeoró cuando los directivos actuales procedieron al corte y reducción del suministro de agua.

Los precarios optaron entonces por abastecerse de tomas clandestinas, pues la dependencia los obligó a ello, atentando incluso contra los derechos humanos de los individuos.

Guillermo Padilla Montiel, apoyador del Comité de Usuarios y Servicios de Los Mochis, consideró la situación en contra de las familias pobres como una aberración que Chapman Moreno provocó y que la alcaldesa interina sustituta, Socorro Calderón Guillén continúa.

Ambos sostuvieron un encuentro ríspido en la paramunicipal, y aunque la regidora pidió tiempo para resolverlo aún no encuentra la fórmula. “Y la situación tiende a agravarse día a día, cuando el verano está cada vez más cerca, cuando el aumento en los consumos de agua se incrementa”.

Para Padilla Montiel, la situación de Japama es grave y sólo se remediará con el despido de los actuales gerentes y la contratación de funcionarios conscientes que ayuden a las familias pobres y no las sangren con un dinero que lejos están de tener.

Juan Soltero Sánchez, representante de la Central Unitaria de Vivienda, afirmó que la política rapaz de Japama promovida por el alcalde con licencia, Chapman Moreno, es ejemplo de que los políticos sólo buscan su beneficio a costo de los votos de los pobres, situación que debe de cambiar el 6 de junio próximo cuando el ciudadano tenga el poder de despedir a la clase partidista que con engaños asumió el poder y que lo pretende mantener para continuar pulverizando la calidad de vida de la que gozaban los ahomenses.