El declarado penalmente fratricida, César Javier Soto Romero, fue sentenciado a 35 años de prisión y al pago de 531 mil 400 pesos como indemnización por haber asesinado a su propio hermano con un cuchillo de cocina, en la colonia Praderas de Villa, en Los Mochis.
El sentenciado rechazó un acuerdo de 20 años de prisión que la Vicefiscalía Regional de Justicia le propuso para irse a juicio abreviado en el que se declararía culpable, y optó por ventilar su caso en un juicio oral.
César Javier explicaría después que se negó a declararse culpable porque a su madre, la progenitora de ambos, le aseguro que él no era quien había asesinado a su hermano aquella tarde cuando él llegó a la casa de su hermano sumamente desesperado por drogarse ya que había pasado la noche en los separos de la policía municipal.
Aunque el resto de la familia nunca le creyó la versión, él la mantuvo hasta el último momento, y ya sentenciado, sólo aceptó que “lo hecho, hecho está”. Después de escuchar la sentencia de la juez Lucila Armenta Espinoza, él hundió la cabeza en sus hombros, espero a que el policía lo tomara de los hombros y de las manos y se perdió en el pasillo que lo conduce hacia adentro de la cárcel, en donde pasará el resto de sus días.
El caso tipificado como homicidio agravado por razón de parentesco concluido en la causa penal 929/2019 ocurrió a las 12:30 horas del 6 de noviembre en la casa marcada con el número 2700 de la calle Constitución.